(Minghui.org) Un residente de la ciudad de Longkou, provincia de Shandong, fue sentenciado a dos años de prisión tras una vista judicial celebrada el 5 de junio de 2024, por su fe en Falun Gong, una práctica espiritual perseguida por el Partido Comunista Chino desde julio de 1999.
El Sr. Guo Meixue fue arrestado el 28 de febrero de 2024 y llevado directamente al Centro de Detención de la ciudad de Longkou. Inmediatamente inició una huelga de hambre en protesta por la detención arbitraria y no volvió a beber ni a comer hasta el sexto día.
Dos personas de la Procuraduría de la ciudad de Longkou tomaron declaración al Sr. Guo en el centro de detención en la mañana del 8 de marzo. Guo Fudui, uno de los agentes de la División de Seguridad Nacional de la ciudad de Longkou que lo arrestó, acudió esa tarde para notificarle que acababan de dictar contra él una orden de arresto formal.
La policía presentó el caso del Sr. Guo a la Procuraduría en mayo de 2024. El Tribunal de la ciudad de Longkou celebró una vista el 5 de junio de 2024 y lo condenó más tarde (se desconoce la fecha exacta).
El Sr. Guo ha presentado un recurso y en el momento de redactar este informe sigue retenido en el centro de detención. Según una fuente de información privilegiada, recientemente inició otra huelga de hambre (fecha exacta desconocida) y fue trasladado en varias ocasiones al hospital de Beihai para ser alimentado a la fuerza.
Antes de su última condena, el Sr. Guo fue condenado a una sentencia desconocida de trabajo forzado en el Segundo Campo de Trabajo Masculino de la provincia de Shandong. El 6 de enero de 2008 inició una huelga de hambre en señal de protesta y fue retenido en régimen de aislamiento. Los guardias lo colgaron y le aplicaron descargas eléctricas con picanas durante largas horas. También le daban un minúsculo bollo al vapor sólo para cada comida.
Los seres queridos del Sr. Guo no podían creer que lo hubieran vuelto a encarcelar simplemente por practicar su fe. Sabían muy bien que Falun Gong le había salvado la vida en 2003. Ese año tuvo un accidente laboral y sufrió quemaduras de tercer grado en todo el cuerpo. Permaneció en una unidad de cuidados intensivos para quemados durante más de tres meses y fue sometido a múltiples injertos de piel. Cuando le dieron el alta, hizo ejercicios de Falun Gong y se recuperó gradualmente. Las quemaduras de su cara han desaparecido por completo. Todo lo demás también ha vuelto a la normalidad (excepto sus manos, que aún no pueden enderezarse del todo). Como practicante de Falun Gong, no intentó obtener una indemnización exorbitante de su empleador y se ganó el respeto de todos.
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