(Minghui.org) Tengo 44 años y practico Falun Dafa desde que era muy joven. Estoy feliz de haberme topado con Dafa desde tan temprano. Me gustaría compartir con Shifu y otros practicantes algunas de mis experiencias recientes.
Deshacerse del apego al afecto humano
Como verdadera practicante de Falun Dafa, comprendo realmente la dificultad de librarse de los apegos. Sentí esto más intensamente cuando intentaba desprenderme del afecto que sentía por mi hijo.
Estuve divorciada durante muchos años, por lo que mi hijo se convirtió en el centro de mi vida y me sentía muy apegada a él. Había sido un niño amable y sensato y le iba bien en la escuela. Sus maestros, parientes y amigos decían cosas buenas sobre él, lo que satisfacía mi vanidad y mi búsqueda de una vida feliz.
Luego, cuando estaba en la escuela secundaria, mi hijo de repente se volvió rebelde, infeliz e irritable. Tenía una novia. Fue entonces cuando supe que era hora de dejar de lado mi apego a él, pero simplemente no podía hacerlo. No sé cuánto tiempo luché con esto. Mi naturaleza demoníaca emergió cuando no pude controlarme. Más tarde, pude controlar mi comportamiento, pero mi corazón todavía sufría mucho.
Sabía que tenía que superarlo, pasara lo que pasara. Creía firmemente que, con el tiempo, lo superaría, así que estudié mucho el Fa y envié pensamientos rectos con intensidad. Pude lograr contenerme cuando la conducta de mi hijo me molestaba, pero aun así me sentía resentida.
En un momento dado, mi mente estaba tan llena de resentimiento y de tantos pensamientos no rectos que no pude resistir, y me sentí como si estuviera rodeada de demonios. Sentía como que todo mi cuerpo había sido tomado y que estaba a punto de morir. Solo me quedaba un suspiro para recitar las frases de la rectificación del Fa. Pero no me rendí, pensando: “Shifu, este fuerte apego no es mi verdadero ser. No importa lo difícil que sea, me libraré de él”.
Poco a poco, sentí que mi apego se debilitaba y se disipaba. Continué rectificándome con Dafa en mi vida diaria. Observaba cada uno de mis pensamientos y continuaba cultivándome. Al ver mi determinación y sinceridad, Shifu eliminó capa por capa mis apegos duros como el granito. Finalmente pude dejar ir mi afecto por mi hijo. Ya no luché con el amor y el odio. Desarrollé un estado mental desapegado y pacífico.
Renunciar al afecto por mi hijo no ha significado dejarlo seguir su propio camino. Quiero guiarlo por el camino correcto. Le he contado historias tradicionales y le he pedido que vea los Nueve comentarios sobre el Partido Comunista, El objetivo final del comunismo, vídeos de aclaración de la verdad y la serie de películas Coming for you. Quedó fascinado y habló con sus compañeros de clase sobre las cosas que había aprendido. Ya es una vida salvada.
Hace unos días salieron los resultados de sus exámenes mensuales. Siempre me había preocupado el rendimiento de mi hijo, pero no se me ocurrió preguntarle sobre sus resultados esta vez. Se alegró de decirme que le había ido bien. Le dije que las notas no eran importantes siempre que hiciera lo que debía.
Él se sorprendió y dijo: “¿Es esta la misma madre que quería matarme cuando me perdí algunos puntos en un examen?”. Al principio, me recordé que no debía alegrarme demasiado. Luego pensé: “¿Qué alegría? Las cosas de este mundo no tienen nada que ver conmigo. Mi misión es cultivarme y salvar a todos los seres conscientes”.
A medida que fui dejando de lado el afecto que sentía por mi hijo, descubrí que no había tomado en serio algunos de mis comportamientos diarios que no se ajustaban a Dafa. Se trataba de comportamientos de personas comunes, no de un cultivador que se ajusta al máximo a la sociedad común.
No dudaba en charlar y bromear con mis compañeros de trabajo, pero cuando regresaba a casa me sentía triste y arrepentida, como si me hubiera mezclado de nuevo con gente común. Reflexioné y descubrí que no siempre me consideraba una practicante y que mi lugar de trabajo no era un entorno de cultivación.
En otras palabras, no me tomaba en serio mi cultivación. Además, como no me involucraba tanto en los asuntos del lugar de trabajo ni en las charlas y bromas como para apegarme a ellos, me entregaba a ellos sin preocuparme demasiado. Podría haberlos evitado si hubiera cultivado mi forma de hablar y prestado atención a mi comportamiento, pero no me lo tomé en serio y simplemente me arrepentía después.
Al observar con atención, descubrí muchos apegos ocultos en esas cosas: ostentación, peleas, egocentrismo, menosprecio hacia los demás, etc. El hecho de que no hubiera podido aclarar bien la verdad a mis colegas está relacionado con estos apegos. Recordé un pasaje de Shifu del Fahui de San Francisco de 2014:
“Les digo a ustedes, los Dafa dizi no pueden en absoluto ser ambiguos. La prueba que vas a pasar, la pasarás pronto, pero si aún hay un apego que no fue eliminado, entonces se queda allí. Pero esa cosa no es grande, ese apego no es grande, es muy chico, pero simplemente debido a que no puedes percibirlo, no puedes pasar, siempre estás estancado allí. Esto no es para decir que no te cultivas bien, solo que no lo has pensado seriamente un poco ¡y no estás consciente de que estas cosas no encajan en el xiulian! Mientras eso no encaje con el estado de un cultivador, no encaje con lo que deben tener los cultivadores, ¡eso es un problema!” (Enseñanza del Fa en el Fahui de San Francisco).
Gracias, Shifu, por tu iluminación. Mientras escribo sobre este tema, debo hacer un gran avance. Debo eliminar todo pensamiento no recto y corregir cada detalle de mi vida.
Elevándome a través de la aclaración de la verdad cara a cara
Salvar seres conscientes es la misión sagrada de los practicantes de Dafa durante el período de la rectificación del Fa. Una compañera practicante y yo nos alentamos mutuamente y hemos estado aclarando la verdad a la gente cara a cara desde el invierno pasado. He aprendido mucho y me he conmovido mucho en el proceso. A continuación, presento algunas de mis reflexiones.
Persistir en contarle a la gente los hechos sobre Dafa
Estaba un poco nerviosa cuando empezamos a hablar con la gente cara a cara. Nos rechazaron muchas veces cuando intentamos repartir materiales de aclaración de la verdad. Nos ridiculizaron e incluso nos regañaron. Pero persistimos, sabiendo que salvar a una sola persona al día valía la pena. Muchas veces, cuando nos sentíamos frustradas después de haber sido rechazadas tantas veces, había gente que aceptaba la verdad y renunciaba al Partido Comunista Chino (PCCh) y a sus organizaciones afiliadas. Sabíamos que era Shifu quien nos alentaba.
Un día caminamos en una niebla tan densa que nos mojó el pelo. Me rechazaron con frialdad una y otra vez y no di ni una sola información, por no hablar de ayudar a alguien a renunciar al PCCh. Aunque nos recordamos que debíamos mantener pensamientos rectos, me sentí decepcionada.
En una intersección, sugerí que giráramos hacia el sur y pronto vimos a un anciano frágil que venía hacia nosotras. Le entregamos los materiales y le dijimos que esa era la verdad sobre Falun Dafa. El hombre dijo emocionado: “Esto es justo lo que quería”. Caminamos con él durante diez pasos y logramos que renunciara al PCCh. Estábamos felices de que se hubiera salvado.
La compañera practicante dijo: “Las vidas que merecen ser salvadas serán salvadas. No hicimos nada; simplemente dimos un paso adelante y abrimos la boca. Shifu está haciendo todo”. Ambas teníamos lágrimas en los ojos.
Muchas veces no tuve que decir mucho cuando pedía a la gente que renuncie al PCCh. Recibía una respuesta afirmativa tan pronto como hacía la sugerencia. Una vez estaba sentada en la bicicleta eléctrica de la otra practicante esperando a que cambiara el semáforo. Salté de la bicicleta y le entregué volantes al hombre que esperaba a nuestro lado. Después de aclararle brevemente la verdad, logré persuadirlo de que renunciara al PCCh. Shifu puso las vidas que más merecen ser salvadas junto a nosotros para alentarnos y darnos confianza para seguir adelante.
De ser selectiva a rescatar a todos
Cuando empezamos a hablar con la gente cara a cara, nos dirigíamos a hombres de mediana edad y mayores que parecían amables. Lo que más me daba miedo era hablar con mujeres porque pensaba que podrían ser más testarudas. Durante un tiempo, simplemente dejaba pasar a las mujeres, sobre todo a las que iban vestidas a la moda. Pero me di cuenta de que eso estaba mal. ¿Cómo podía tratar a los seres conscientes de forma diferente basándome en mis nociones humanas?
Seguí intentando cultivarme y eliminar ese apego. Hace unos días, cuando estaba enviando pensamientos rectos, le dije sinceramente a Shifu: “Todas las personas que conozco son personas a las que debo enfrentar y debo salvar”. La otra practicante no vino conmigo ese día. Pensé: “No podemos demorar la salvación de las personas. Iré sola”. Esa mañana logré que nueve personas renunciaran al PCCh.
Lo que más me impresionó fue una mujer elegante que estaba esperando el autobús. Cuando vi su maquillaje recargado y sus grandes pendientes, me sentí un poco reacia a acercarme a ella. Pero recordé la promesa que le hice a Shifu, así que me acerqué a entregarle información y le dije que esa era la verdad sobre Falun Dafa. Ella parecía enojada y dijo: “¿Aún sigues haciendo esto?”.
No me afectó y le dije la verdad con calma. Poco a poco se fue ablandando y empezó a hacer preguntas que respondí con paciencia. El autobús llegó mientras le estaba contando sobre la renuncia al PCCh. Mientras corría hacia el autobús, aproveché una última oportunidad y le pregunté: “¿Puedo darle el seudónimo 'Wei' para que renuncie al PCCh?”. Con un pie todavía en el suelo, se dio la vuelta y dijo: “Sí”. Me alegré mucho por ella.
Es importante ser paciente y hacer todo lo posible por salvar a la gente. Cada día, cuando regresaba a casa después de hablarles a las personas sobre Dafa, revisaba mi desempeño, principalmente para buscar mis propias deficiencias evaluando las reacciones de los demás. Descubrí que el hecho de que muchas personas no renunciaran al PCCh tenía algo que ver con mi falta de compasión y paciencia.
Por falta de paciencia, no aclaré la verdad a fondo, lo que tuvo un efecto negativo en la salvación de las personas. Si eran “reacias”, iba rompiendo su confusión poco a poco, para que pudieran elegir un futuro mejor.
Hace unos días me encontré con un hombre que juntaba basura. Traté de entregarle algunos materiales para aclarar la verdad, pero él gruñó y se negó a aceptar nada. Comencé hablándole sobre ser una buena persona y la belleza de Dafa y Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Se fue ablandando poco a poco. Cuando algunos de los papeles que había juntado volaron, lo ayudé a ir a buscarlos. Al final, renunció al Partido.
También conocí a personas que apoyaban al Partido sin importarles nada y que no me dejaban decir ni una palabra. Les dije: “Al menos recuerden que Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”. Realmente quiero dejarles un rayo de esperanza.
Hay que tener un corazón puro para salvar a la gente
He aprendido mucho desde que empecé a trabajar con mi compañera practicante para aclarar la verdad. Me he elevado en el proceso. Pero también he aprendido lecciones debido a una mentalidad incorrecta.
Una vez fuimos en auto hasta las afueras de la ciudad para aclarar la verdad. Empecé a contar anécdotas sobre el trabajo y las dos nos reímos y hablamos en el auto durante todo el trayecto. Cuando llegamos a nuestro destino y empezamos a aclarar la verdad, la gente se mostró indiferente y se negó a escuchar.
Alguien que decía ser el secretario del alcalde amenazó con demandarnos. Al final, nadie renunció al PCCh ese día. Aunque dije que no debíamos desanimarnos por no haber salvado a nadie, en tanto y en cuanto alguien viniera, me sentí incómoda en mi corazón. La compañera practicante dijo: "¿Será porque bromeamos demasiado? Siento que estoy en un estado incorrecto, queriendo reír todo el tiempo".
Reflexioné sobre mi comportamiento después de llegar a casa y sobre mi falta de seriedad. Desde un punto de vista más amplio, interfería con la salvación de las personas. La cultivación es importante y seria. Si no podemos ser estrictos con nosotros mismos, ¿cómo podemos ser dignos del título de discípulos de Dafa del período de la rectificación del Fa y ser dignos de ser discípulos de Shifu? ¿No estaremos defraudando a Shifu y a su enorme misericordia, así como a los innumerables seres conscientes que han puesto una esperanza infinita en nosotros? Después de esta lección, dejé de contar chistes.
Como nuestros esfuerzos por aclarar la verdad habían ido relativamente bien, las viejas fuerzas seguían poniendo en mi mente ilusiones como “He hecho un buen trabajo”. No las dejaba permanecer ni un momento y las eliminaba de inmediato. A veces pueden surgir pensamientos desalentadores, pero los erradico por completo. No quiero nada más que el deseo de salvar a la gente.
La cultivación es algo serio. Si uno no mira verdaderamente hacia dentro y cambia poco a poco su ser para asimilarse a Dafa, no es una cultivación verdadera. Salvar a la gente es la misión más sagrada de los discípulos de Dafa durante el período de la rectificación del Fa y es el propósito fundamental de nuestras vidas. Practicar la cultivación y salvar a la gente son inseparables.