(Minghui.org) Este año me ha resultado el más difícil de mis más de 20 años de cultivación. Tres practicantes leíamos juntos el Fa. Formamos un pequeño grupo en el que constantemente surgían conflictos. Y gracias a estos diversos conflictos, y a ese ambiente de cultivación, mis pensamientos y nociones negativas salieron a la luz. Me esforcé por corregirme, esperando cumplir con los requisitos del Maestro. Estudiaba constantemente el Fa para comprender los principios del Fa en diferentes niveles.
Nuestro pequeño grupo no era armonioso. No nos comunicábamos bien entre nosotros.
A veces quería abandonar el grupo porque pensaba que sería mejor que cada uno estudiara el Fa tranquilamente por su cuenta, y que volviéramos a vernos después de que cada cual hubiera mejorado algunas de sus carencias. Sin embargo, esto no cumplía con los requisitos del Maestro de estudiar el Fa en grupo. Como intuía que mi pensamiento era erróneo, no lo abandoné.
El Maestro nos dijo:
“Si un estudiante quiere ‘ayudar a Shifu a rectificar el Fa’, entonces solo debe preocuparse por cómo hacer de la mejor manera aquello que Shifu quiere, esto es lo que debes hacer, ¿cómo puedes querer que Shifu te ayude a ti? ¿Cómo puedes usar Dafa durante la rectificación del Fa para ayudarte a realizar tus ideas humanas? (Qué significa ayudar a Shifu a rectificar el Fa, Escrituras esenciales para mayor avance (III)).
Comprendí que lo único correcto era hacer lo que el Maestro nos pedía. Como el Maestro quiere que estudiemos el Fa juntos, debemos estudiar el Fa en grupo. Era fácil entender el principio, pero difícil ponerlo en práctica.
Ninguno de los tres podíamos compartir libremente nuestros pensamientos. Temíamos que alguno de los otros se sintiera ofendido, y que surgieran conflictos y discusiones. Me sentía deprimido e infeliz. Afloraron viejos recuerdos de momentos en los que me había sentido agraviado, impotente y confuso, porque no me comprendían, me acusaban o me humillaban. Entonces, supe que tenía que soltar muchos apegos, pero no sabía cómo hacerlo.
Tuve un sueño una noche que estaba a punto de decidir dejar el grupo. En mi sueño, no podía encontrar 'La Vía de la Gran Perfección' hasta que me di cuenta de que la iba a abandonar en casa del practicante. Supe que el Maestro me iluminaba con este sueño para que no abandonara el cuerpo ni el entorno, y que había llegado el momento de dar un gran salto en mi cultivación.
Reflexioné sobre las enseñanzas del Maestro, y pensé en el "corazón de gran Ren" ("Novena lección", Zhuan Falun) de Han Xin, que fue capaz de soportar grandes humillaciones. Sentí que debía concentrarme en mi cultivación.
Supe que, como practicante, debía cumplir los requisitos del Maestro, aunque no sabía qué hacer exactamente, ni cómo aligerar mi corazón, pero quería alcanzar el estado de fundirme en el Fa.
Viendo mi confusión y mi incapacidad de salir adelante, el Maestro me mostró, en una de las tantas capas de principios del Fa, lo que es la tolerancia y lo que se necesita para lograr el altruismo.
Comprendí que somos un solo cuerpo y que formo parte de él. Si no me cultivaba bien, desempeñaba un mal papel en el cuerpo. Comprendí que debía cultivarme bien, asumir mi parte de responsabilidad y ser un catalizador que, positivamente, armonizara el cuerpo.
Empecé a darme cuenta de que como practicante de Dafa, uno de los futuros grandes seres iluminados del nuevo cosmos, sería uno de los guardianes del cosmos, y que sería responsable de todos los elementos rectos del cosmos. Debía aumentar mis capacidades hasta poder entregarlo todo por todos y cada uno de los seres.
Me di cuenta de que si no me cultivaba bien y no cumplía con los requisitos del Fa, los seres conscientes de mi propio mundo no se salvarían. Cada practicante de Falun Dafa representa un universo, y mi universo es solo una partícula del gran cuerpo celestial.
¿Si fracasaba en mi cultivación, esto no afectaría a la rectificación de todo el cuerpo celestial y al progreso de la rectificación del Fa del Maestro? Entonces, ¿cómo no puedo abandonar mis sentimientos personales, mis ganancias y pérdidas, lo que considero glorioso o lo que me avergüenza?
Mirando hacia adentro, vi que lo que no podía abandonar no era otra cosa que el estatus, la ganancia personal y las emociones de la gente común. Cuando comprendí esta capa de los principios del Fa y quise asimilarme a ella, el Maestro retiró una pesada sustancia que me sofocaba. Al instante sentí que el Cielo y la Tierra se volvían cristalinos y vastos.
Mirando hacia dentro en medio del conflicto, descubrí que, aunque había muchas cosas que me preocupaban, un apego se manifestaba por todas partes y se había depositado profundamente, a saber, el apego a estar "descontento con alguien o algo". Este apego es especialmente fácil de desarrollar en medio de los conflictos. Se manifiesta ampliamente y no solo le perjudica a uno mismo, sino que también perjudica a los demás.
En mi limitada comprensión, uno no puede ser verdaderamente sincero y compasivo cuando lleva el apego del descontento (resentimiento), y mucho menos tolerante. ¿Cómo puedo ser sincero y compasivo si tengo descontento en mi corazón y miro por encima del hombro o incluso con desprecio a los demás practicantes? ¿Cómo podría desintegrar los malos elementos de mi entorno? ¿Y cómo podría tratar a los demás con tolerancia?
Me di cuenta de que mi "descontento" procedía principalmente del egoísmo, de la obsesión por mí mismo y del ego. Esto no concuerda con el Fa.
El Maestro nos dijo:
“El que tiene la razón es él
El que está equivocado soy yo
¿Por qué contienden?”
(Quién tiene razón, quién no, Hong Yin III)
Con el apego al descontento, el primer pensamiento que uno tiene en momentos de conflicto, siempre va a ser: "Se equivoca; yo tengo la razón". al manejar asuntos e interactuar con los demás, uno se sentirá descontento con las cosas que se hagan. Además, se desarrollaría la autocomplacencia, la arrogancia, etc. y se evaluaría a la gente y los asuntos basándose en nuestras nociones, en lugar de en el Fa.
Si uno expresa descontento en un grupo con frecuencia, tienden a surgir inestabilidades y a formarse separaciones.
Hace poco, uno de los cartuchos de tinta de mi impresora dejó de funcionar bien. En un artículo de la página web Minghui, un practicante dijo que uno debería arreglar sus problemas de cultivación antes de arreglar la máquina. Empecé a mirar hacia dentro, capa por capa, para ver qué apegos o qué sustancia mala no había eliminado que impedía que la tinta fluyera correctamente.
Observé cada uno de mis pensamientos y me sorprendí al descubrir que todas mis aflicciones y frustraciones provenían de mi descontento con cierto practicante. "Me ha hecho daño, me ha agraviado y ha hablado mal de mí...". ¿Cómo podía ser feliz si estaba inmerso en tantos pensamientos negativos?
Fabricar materiales de aclaración de la verdad produciendo sustancias tan malas y oscuras, ¿qué bien podían hacer cuando tanto yo, como la impresora, los materiales y los seres conscientes somos un solo campo y un solo cuerpo? ¿Cómo no iba a atascarse el cabezal de la impresora? ¿Cómo podría no sentirme frustrado? Unos materiales fabricados con esa mentalidad, ¿pueden salvar a las personas?
En cuanto identifiqué mis sentimientos de descontento –que estaban profundamente arraigados–, comencé a enviar pensamientos rectos sin cesar, para eliminar los malos pensamientos y las malas sustancias.
Miré más hacia dentro y me di cuenta de que el resentimiento se había depositado en capas y capas de nociones: estaba descontento con la actitud, el comportamiento y la forma de hacer las cosas de los demás. Con tanto descontento en mi corazón, ¿cómo podía ser verdaderamente sincero, compasivo y tolerante con los demás? ¿Cómo podría cooperar con los demás para realizar juntos una tarea común?
El apego al descontento no solo obstaculiza mi propia mejora, sino que también afecta la armonía y la mejora general de todo el cuerpo. Envié pensamientos rectos intensamente y con mayor frecuencia para eliminarlo por completo.
Me sentí relajado después de hacer esto durante algún tiempo, y dejé de pensar en los defectos de los compañeros practicantes. De repente, esos conflictos parecían irrelevantes. Dejé de fijarme en los defectos de los demás. Dejaron de afectarme los asuntos de la gente común.
Decidí asimilarme al Fa siguiendo Verdad-Benevolencia-Tolerancia y tratar bien a los demás. El proceso de eliminar el apego al descontento fue también el proceso de eliminar el egoísmo y el ego.
Mis experiencias de este último año me ayudaron a darme cuenta de que era muy importante ver un problema desde diferentes puntos de vista.
Según mi entendimiento, cuando nos encontramos con un problema, solo cuando nos damos cuenta de que somos una partícula de Dafa, y queremos asimilarnos al Fa incondicionalmente, y queremos lograr lo que quiere el Maestro, podemos corregirnos y fundirnos en el Fa. Solo cuando el Maestro nos muestra los principios del Fa, podemos ver los diferentes niveles del Fa y cultivarnos según el Fa de ese nivel.
El Maestro está a nuestro lado, velando por nosotros y protegiéndonos con su misericordia. El Maestro nos dará pistas y nos iluminará usando a distintas personas y otras tantas cosas. Por ejemplo, el Maestro hizo que la impresora me revelara qué era lo que oprimía mi corazón.
Solo cuando nos desprendamos de todo tipo de apegos y nociones humanas, y nos aferremos a un estándar más elevado, podremos alcanzar gradualmente el estándar de los grandes seres iluminados del futuro nuevo cosmos.
¡Gracias, Maestro, por su misericordia! ¡Gracias, compañeros practicantes! ¡Animémonos mutuamente y mejoremos juntos!