(Minghui.org) Nací en Vietnam, pero ahora vivo y trabajo en Japón. Antes de comenzar a practicar Falun Dafa, mi vida como estudiante en Japón estaba mayormente aislada del mundo. Rara vez hablaba con los demás y mis días se centraban en asistir a clases, trabajar, conectarme a Internet para leer historias, ver películas o visitar las plataformas de las redes sociales. Planeaba volver a Vietnam después de vivir en Japón durante menos de un año, pero el destino hizo que conociera a mi marido.
En julio de 2019, cuando mi hijo tenía 5 meses, vi un vídeo sobre practicantes haciendo los ejercicios. Se veían tan elegantes y relajantes que me sentí atraída a probarlos. Me puse en contacto con un practicante y aprendí los ejercicios. Pronto escuché todas las Nueve Conferencias del Maestro.
Encontré algunas interferencias mientras escuchaba las conferencias, pero los practicantes veteranos me dijeron que persistiera y las distracciones desaparecieron rápidamente. Así empecé a practicar la cultivación. Leí las conferencias del Maestro en diferentes regiones en mi celular y, en consecuencia, todos mis problemas de salud desaparecieron.
Después de un tiempo, como no practicaba la cultivación sólidamente, me encontré con dificultades y conflictos. Me olvidé de que era una cultivadora y mi xinxing empeoró. Durante más de 6 meses, no estudié el Fa ni hice los ejercicios en absoluto.
Pero el compasivo Maestro me dio una nueva oportunidad de practicar la cultivación. Esta vez aproveché la oportunidad. Compré Zhuan Falun y otros libros de Falun Dafa y los leía todos los días. Al mismo tiempo, con la ayuda de otros practicantes, leía artículos de experiencias de otros practicantes publicados en el sitio web de Minghui. Poco a poco, pasé a ser parte del cuerpo de discípulos de Dafa y comprendí el significado y la importancia de la cultivación. Como mi entendimiento era limitado, solo comprendí lentamente estas cosas después de que el Maestro me dio pistas una y otra vez.
Me gustaría contar algunas de mis experiencias de cultivación.
Deshacerse de la envidia
Tenía que cuidar a mi hijo y trabajar a tiempo parcial en un supermercado. El curso escolar llegó a su fin y mi hijo tuvo que cambiarse a otro jardín de infantes. Como la escuela a la que solicité el traslado no aceptaba nuevos alumnos, mi hijo dejó de ir al jardín de infantes. Podíamos esperar a que se produjera una vacante o bien solicitar el traslado a otra escuela más alejada de casa.
Mis suegros tenían muchos problemas y necesitaban dinero. Cada vez que mi suegra llamaba para pedirnos que enviáramos dinero para esto y aquello, me sentía incómoda. En mi mente surgían todo tipo de resentimientos y pensamientos de envidia. No ganábamos mucho dinero y casi no teníamos ahorros. Estaba muy preocupada y atrapada en un dilema. Intenté buscar formas de mejorar nuestra situación financiera. Mirando hacia atrás, descubrí que era una oportunidad para deshacerme de mi apego al beneficio personal, pero no me di cuenta.
Mi marido también es practicante. Sin embargo, trabaja a tiempo completo y, por tanto, no podía asegurarse de hacer los ejercicios y estudiar el Fa todos los días. Pensé que usaba esto como excusa para su complacencia, así que decidí compartir las tareas domésticas con él. Si yo estaba haciendo las tareas de la casa, no le permitía sentarse a jugar o me enfadaba. Cuando me levantaba temprano para hacer los ejercicios y él seguía durmiendo, pensaba: "Si no haces los ejercicios ni estudias el Fa ¿cómo puedes llamarte un cultivador?". Lo animé a estudiar el Fa más a menudo, pero no lo hizo. En su tiempo libre, a menudo sacaba su celular y empezaba a mirar las redes sociales. Pensé que era injusto y, en mi corazón, lo consideré como una persona común. No fui capaz de tratarlo con amabilidad y finalmente dejó de practicar.
Pensé: “Si yo tuviera un trabajo a tiempo completo como él sería capaz de persistir en la práctica de cultivación. Eso demuestra que simplemente se aferra a sus apegos”. Me esforcé por demostrar que tenía razón y presumí. Debido a estas luchas internas, cada vez que me encontraba con cosas contrarias a mis expectativas, me enfadaba.
Después de que encontré un trabajo a tiempo completo, estudié el Fa e hice los ejercicios todos los días. Le pedí a mi marido que volviera a cultivarse. Él se negó de nuevo, diciendo que yo necesitaba estar en su posición para entender su situación. Justo entonces, un pasaje del Fa del Maestro apareció en mi mente:
"Pero en realidad, ¿cómo pueden ser todos iguales? Los trabajos son distintos, los grados de responsabilidad en las funciones y los deberes tampoco son iguales" (Séptima Lección, Zhuan Falun).
Resulta que estaba envidiosa de él.
En muchas ocasiones compartí con él y traté de que volviera a practicar la cultivación. Se negó a escucharme y por eso pensé, ¿por qué es tan terco? ¿Por qué lo menosprecio? ¡Olvídalo, no se lo volveré a recordar! Cuando leí el Fa y el capítulo donde habla sobre "la mentalidad de presumir", me iluminé a esto: “Cuando le pedí que practicara la cultivación, no dejé de lado mi envidia. Le hablé con la actitud de presumir y de que yo sabía más que él. Quería decirle lo que el Maestro decía en las enseñanzas. La envidia hizo que mis sugerencias fueran ineficaces”.
Mientras repartía volantes a la gente, también sentía envidia de los demás. Los otros practicantes repartían muchos volantes, pero yo no repartía ni uno solo. Me quedaba allí, pero mi mente estaba llena de pensamientos aleatorios, juzgando a esta persona y a aquella. A veces, cuando veía pasar a una chica guapa, pensaba: su figura es linda y se viste bien. Mírame a mí, soy bajita como una colegiala. La gente comentaba con frecuencia que me parecía a una estudiante. Yo estaba molesta: ¿Cómo puedo salvar a alguien si tengo un campo tan malo a mi alrededor?
Después de memorizar las enseñanzas sobre la envidia, descubrí que este apego se manifiesta de muchas maneras: mi deseo de beneficio personal, el trabajo, el estado de mi vida y mi apariencia. Debemos prestar atención a todos los aspectos de la envidia y deshacernos de ellos. Como queremos ser mejores que los demás y estamos envidiosos, tendemos a presumir. Cuando me veía inferior a los demás, estaba resentida y sentía injusticia. Cuando me creía mejor que los demás, me sentía satisfecha conmigo misma y miraba a los demás por encima del hombro. En consecuencia, no tenía compasión hacia los demás.
Por qué no soy capaz de progresar en la cultivación
Administro las finanzas de mi familia. Tomo la decisión final en todos los asuntos importantes e insisto en manejarlos yo misma para que mi mente pueda estar tranquila. Al estudiar el Fa, siempre que leo las enseñanzas del Maestro sobre “dudar”, me resisto a leerlas. Mi madre también ha estado leyendo Zhuan Falun durante casi un año. Ella lee las enseñanzas del Maestro todos los días, pero a menudo me envía mensajes de texto preguntando: "Las cosas que se mencionan en el libro, ¿son realmente ciertas? ¿Cómo puede existir algo así?". Ella dice que no cree en la cultivación. A veces le respondo: "No puedes dudar de las enseñanzas del Maestro, cada palabra de las enseñanzas del Maestro es absolutamente cierta, ¡debes tener fe en ellas!". Yo seguía pensando que era un problema de mi madre. Sin embargo, nunca se me ocurrió que el problema estaba dentro mío. ¿No era eso dudar?
Hace unos meses, cambié de trabajo. Me encontré con tantos problemas que quise dejarlo. Tenía que hacer horas extras con frecuencia, mis compañeros no hacían bien su trabajo y acababa teniendo que hacer todo yo. El trabajo me quitaba demasiado tiempo y no tenía tiempo para hacer los ejercicios o estudiar el Fa. Pensé que había demasiadas dificultades y traté de cambiar la situación una vez más. Me pareció difícil y no sabía qué hacer. Sin embargo, al estudiar más el Fa, apreté los dientes y seguí trabajando allí. Si esto hubiera ocurrido antes de convertirme en practicante, habría cambiado todo en una semana porque la "persistencia" no existía en mi mente. Compartí mi problema con el grupo con el que estudiaba y un practicante me señaló un pasaje de las enseñanzas del Maestro.
El Maestro dijo:
"Pero cuando tratan con este asunto que los ha confundido por mucho tiempo, al ver los desafíos que se vienen, al estar completamente conscientes de ellos, ustedes retroceden en vez de ir hacia adelante, y no quieren hacerlo" (Enseñando en el Fahui Internacional de Gran Nueva York de 2009)
Me quedé perpleja. ¿No estaba hablando de mí? Quería cambiar las cosas y rendirme cuando encontraba dificultades. Estudio el Fa al llegar a casa del trabajo todas las noches. Todos los pensamientos de dejar el trabajo se desvanecieron cuando estudié el Fa. Dafa me dio el poder de persistir a pesar de las dificultades.
Lloré cuando me di cuenta de que mi lugar de trabajo es un entorno que el Maestro dispuso para que yo me cultive. Los problemas con los que me topaba eran como un espejo que reflejaba las áreas en las que debía mejorar. Cuando la forma en que me trataban los demás me hacía sentir incómoda, debía aprovechar la situación para mirarme a mí misma. Como había estado estudiando el Fa con una mentalidad desconfiada por mucho tiempo, no era capaz de captar nuevos principios y progresar en la cultivación.
Mi hijo quería comer una galleta en particular, pero no se la di. Le dije: "¿Por qué tienes que comer este tipo de galleta, no puedes comer otra cosa?". Después de decir esto, sentí que estaba hablando de mí misma. Aun así, no me iluminé. El Maestro me volvió a dar pistas. Tuve un sueño en el que veía al Fashen del Maestro tomando a Pigsy de Viaje al Oeste como discípulo. El Fashen del Maestro dijo: "Este es un asunto serio, no podemos aceptar productos falsos". Cuando me desperté, pensé que el Maestro me pedía que sustituyera las flores artificiales de la habitación por otras frescas. Cuando le comenté mi sueño a mi marido, me dijo: "Creo que lo que significa es que no estás practicando genuinamente la cultivación". Me quedé boquiabierta. Me pregunté si estaba practicando verdaderamente la cultivación. ¿Por qué no soy una verdadera practicante? Más tarde, después de contarle mi sueño a otros practicantes, me di cuenta de que mi cultivación es como la de Pigsy. Soy codiciosa y me gusta estar cómoda. Estaba apegada a la lujuria y eso significaba que me importaba mucho cómo me sentía. A menudo no quiero continuar el “Viaje al Oeste” para buscar las escrituras.
A pesar de las frecuentes insinuaciones del Maestro, no miré en mi interior para ver dónde tenía que cultivarme. Estaba centrada en proteger mis ganancias personales y llevar una buena vida. Ansiaba escuchar palabras agradables y quería que los demás me trataran con amabilidad, por lo que me cuidaba de no entrar en conflictos para no salir perjudicada. En particular, no confiaba en nadie. Después de leer muchos testimonios de practicantes, supe que me aferraba al "falso yo".
Me di cuenta de la gravedad del asunto, pero no sabía cómo deshacerme de todos esos apegos. Pensé: "¿Por qué no empecé a practicar Falun Dafa antes de casarme? Habría sido fácil eliminar el apego a la lujuria". Era como si mi entorno actual fuera un obstáculo para el problema.
A través del estudio del Fa, me di cuenta de que es precisamente porque estoy en un ambiente tan complicado que puedo practicar la cultivación. Tengo que deshacerme de mis nociones humanas, no de mi marido. Hay que desprenderse de los pensamientos humanos en la cultivación, de lo contrario no habrá un cambio fundamental, independientemente del entorno.
Nuestra actitud es especialmente importante cuando estudiamos el Fa. Si nuestra mente no está tranquila, no servirá. Un practicante no debe actuar como una persona común. No es un asunto pequeño si uno no hace los ejercicios. Si no enviamos suficientes pensamientos rectos, algunas interferencias tendrán lugar en esta dimensión.
Siempre que me encuentro con problemas que no puedo resolver, paro todo y estudio el Fa con una mente concentrada. Me siento inmersa en la compasión del Maestro, en un campo de energía pacífica y todo se resuelve. Este es el camino dispuesto por el Maestro. Siempre que soy consciente de los apegos que necesito eliminar, el entorno cambia. Mi marido ha vuelto a la cultivación. Se unió al grupo de estudio del Fa y hace las tres cosas.
Agradezco al Maestro por su salvación compasiva. Seguiré rectificándome en el Fa, apreciando el tiempo que el Maestro extendió para los seres conscientes, y trabajando duro en contar a más personas sobre Dafa.
(Presentado en el Fahui de Japón de 2022