(Minghui.org) Soy agricultora en una remota zona montañosa de la provincia de Sichuan. Aprendí a leer un poco cuando era joven y dejé el campo cuando ya era mayor.

Seguí a un pariente a la ciudad de Chengdu para ganar más dinero y terminé vendiendo facturas falsas. Me arrestaron por eso en agosto de 2001 y estuve detenida en el Centro de Detención del Condado de Pi durante ocho meses. Allí conocí a muchas practicantes de Falun Dafa que habían sido detenidas por sus creencias.

Me enteré que la autoinmolación de Tiananmen fue un montaje del Partido Comunista Chino (PCCh), y que Falun Dafa no era lo que decían la televisión y los periódicos.

Las practicantes me dijeron que Dafa es la Gran Vía Universal, que guía a las personas con los principios morales de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Decían que seguir estos principios mejora el carácter de uno y ayudan a ser mejor persona.

Me gustaba escuchar las historias sobre cómo mejoraban su carácter, y yo también quise aprender Dafa. Empezaron a enseñarme a memorizar poemas de Hong Yin y Hong Yin (II). También pude memorizar muchos artículos del Maestro Li Hongzhi como Dafa es Indestructible, Sendero, Los discípulos de Dafa en el período de la rectificación del Fa, La grandeza de los discípulos y otros.

Una practicante anciana me enseñó a hacer los ejercicios, y sentí mi cuerpo lleno de energía positiva. Desde ese momento, empecé a cultivarme en Dafa.

Antes sufría de mareos, laringitis y otras enfermedades. Pero después de aprender Dafa, todos mis problemas de salud desaparecieron.

Fui liberada del centro de detención en marzo de 2002. Contacté con una compañera practicante con la ayuda de las practicantes que conocí en el centro de detención y conseguí el texto principal de Dafa, Zhuan Falun.

También quería que más personas conocieran la verdad sobre la persecución. El 11 de abril de 2002 me arrestaron por distribuir materiales para aclarar la verdad, tan solo 19 días después de haber sido liberado.

Me llevaron de nuevo al Centro de Detención del Condado de Pi durante más de nueve meses. El 27 de enero de 2003 me trasladaron al Centro de Detención de Yuechi, donde estuve detenida otros dos meses.

En una ocasión, los guardias descubrieron que yo había pasado un artículo a otras practicantes. Entonces ordenaron a estas practicantes que se arrodillaran. Me levanté y les dije a los guardias que sus fechorías les traerían un castigo kármico. Entonces, cuatro guardias me sacaron y me pusieron en un aparato de tortura.

Grité: "¡Falun Dafa es un Fa recto; Falun Dafa es inocente!". Después, los guardias me esposaron a una cama durante 17 días.

Empecé una huelga de hambre el décimo día, y durante ese periodo, probaron todo tipo de maneras de lavarme el cerebro. Les dije que, aunque me cortaran la cabeza, seguiría practicando.

Después de ver que mis dedos estaban apretados y no podían abrirse, y que mis piernas estaban paralizadas, me llevaron al Centro de Lavado de Cerebro de Huaying. Sin embargo, no era bienvenida allí porque estaba en muy mal estado.

Por temor a tener que asumir alguna responsabilidad si yo moría, el personal encargado del centro de lavado de cerebro llamó a las autoridades del pueblo y a mi familia. Dos de mis familiares y un funcionario del gobierno municipal me llevaron a casa en abril de 2003.

Mi familia se asustó al ver mi estado, ya que no podía comer sin ayuda ni caminar. Mi hija tiró mi copia de Zhuan Falun sin decírmelo, y no pude contactar a ningún otro practicante.

Pero insistí en hacer los ejercicios y recitar los pasajes del Fa que recordaba. Dos meses más tarde, estaba totalmente recuperada. Mi familia fue testigo del milagro de Dafa.

La amargura de la vida me sacude, y retomo la cultivación

Después de recuperarme, necesitaba encontrar trabajo. Sin embargo, ahora que era una practicante de Dafa, tenía que mantener un nivel más alto y ya no podía, con una buena conciencia, vender facturas falsas.

Me fui a una nueva ciudad donde mi sobrino me enseñó a reparar colchones. También quise encontrar a otros practicantes.

Una vez vi a una empresaria sentada en posición de meditación y le pregunté si practicaba Falun Dafa. Ella no era practicante, pero uno de sus familiares sí.

Conocí a unos cuantos practicantes locales y empecé a asistir a un grupo de estudio semanal del Fa. Sin embargo, no tenía el libro y mi estado de cultivación no era bueno.

Más tarde me mudé a otra ciudad y perdí el contacto con los practicantes y no pude encontrar a nadie en la nueva ciudad. Me trasladé de ciudad en ciudad hasta que encontré un trabajo a tiempo parcial como barrendera en 2009.

Una compañera de trabajo me dijo que conoció a alguien que le habló de Falun Dafa y le dio un amuleto. Así que le pedí ayuda para encontrar a esta persona.

Entonces retomé el estudio del Fa y obtuve otra copia de Zhuan Falun y otros libros de Dafa, y comencé a estudiar el Fa sistemáticamente.

Lamenté profundamente haber perdido tanto tiempo precioso. Intenté compensarlo haciendo las tres cosas con más diligencia para salvar a la gente.

Poco a poco, empecé a distribuir materiales de aclaración de la verdad, a colgar pancartas, a poner carteles y a enviar pensamientos rectos para los compañeros practicantes que estaban enfrentando la persecución.

Con la ayuda de Shifu, aprendí muchas maneras de ayudar a salvar a los seres conscientes.

La protección de Shifu a los Discípulos de Dafa

Una tarde de invierno, una compañera practicante y yo fuimos en motocicleta al campo para distribuir materiales de aclaración de la verdad. Una mujer de un pueblo agarró el mango de nuestra motocicleta y se propuso denunciarnos.

La compañera practicante no estaba asustada y le explicó amablemente: "Verá, vinimos hasta aquí con este frío. Solo queremos decirles la verdad y mantenerlos a salvo".

Entonces la mujer lo soltó.

Shifu Li dijo:

“Con los dizi repletos de pensamientos rectos,
el Shifu posee el poder de llevarlos al Cielo”
(Bondades entre el Shifu y los dizi, Hong Yin (II)).

Salimos a salvo con la protección de Shifu. No tuvimos miedo y continuamos distribuyendo nuestros folletos.

Después, alguien en una motocicleta intentó alcanzarnos por detrás y no dejaba de preguntar qué estábamos distribuyendo. Le respondimos que se trataba de la cultura tradicional. Entonces pidió copias y se fue con dos folletos en la mano.

En otra ocasión, cuando una compañera y yo estábamos distribuyendo material para aclarar la verdad, una mujer se nos lanzó encima. Me sujetó una mano y me agarró la mochila con la otra. No nos asustamos. Mi compañera, de nuevo, se limitó a tratarla con amabilidad, y ella nos soltó poco a poco.

Después de regresar a casa, miré hacia adentro y me di cuenta que no había estudiado bien el Fa, lo que pudo haber causado la interferencia.

Saliendo de la persecución con pensamientos rectos

En 2019, un compañero de trabajo me denunció a la policía por distribuir materiales de aclaración de la verdad en mi zona. De hecho, lo hicieron otros practicantes.

Varios policías llegaron a mi casa a última hora de la tarde y me arrestaron. También saquearon mi casa.

Me confiscaron todos mis libros de Dafa, mi computadora y dos teléfonos celulares. También me confiscaron los ejemplares de Minghui Weekly que otros practicantes guardaban en mi casa; la policía también amenazó a mi esposo y a mi hijo.

Me interrogaron en la comisaría. Querían saber la identidad de los otros practicantes, pero me negué a responder.

Les dije con firmeza que la persecución de Falun Dafa les traería un castigo kármico. Estuve detenida durante 12 días y luego fui liberada. Sabía que Shifu me había salvado.

Todavía tengo muchos apegos humanos, y sé que debo desecharlos todos para cumplir con el requisito de Shifu. La rectificación es urgente y el tiempo se acaba.

Debo salvar a más personas para cumplir mi misión histórica. Mirando hacia atrás el camino lleno de baches por el que pasé, me doy cuenta de la importancia de estudiar bien el Fa, de mirar hacia adentro y de seguir la guía de Shifu.

Por favor, señalen cualquier cosa en mi entendimiento que no esté de acuerdo con el Fa.

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