(Minghui.org) Con otro Día del Padre a la vuelta de la esquina, me entristece ver que la persecución a Falun Dafa, una práctica espiritual de ejercicios y meditación, continúa en China, 22 años después de que el partido comunista chino iniciara la persecución. A innumerables practicantes, incluidos muchos padres, se les negó el derecho a creer en “Verdad-Benevolencia-Tolerancia”, y fueron arrestados, encarcelados, enviados a campos de trabajo forzado e incluso perdieron la vida. Las familias quedaron separadas y los niños perdieron a sus padres.
En este día especial para los padres, quiero conmemorar a aquellos que fueron perseguidos por defender su fe. Espero que la persecución termine pronto y las familias puedan reunirse.
Tras perder a un hijo, un anciano padre está desolado por el último arresto de otro hijo
El señor Yu Chunbo y su esposa la señora Li Fengxia (que no practica Falun Dafa) fueron arrestados en su casa el 12 de noviembre de 2020. Su casa fue allanada. Desde entonces, la pareja está detenida y su hija pequeña quedó sola. La niña echa mucho de menos a sus padres y espera cada día su regreso. El padre del señor Yu, de 70 años, fue a diferentes organismos gubernamentales y judiciales para pedir la liberación de su hijo mayor y su nuera, pero le dieron rodeos. La pareja fue juzgada en secreto el 24 de mayo de 2021 y ahora está a la espera de la sentencia.
El hermano menor del señor Yu murió en 2007 como consecuencia de la persecución hacia Falun Dafa cuando solo tenía 32 años. La última detención del señor Yu y su esposa supuso un duro golpe para su padre, que dijo: "¡La mayor tragedia es que un padre vea morir a sus hijos antes que él! Y ahora se llevaron a mi hijo mayor, que era el único sustento de la familia, junto con mi nuera, y lo persiguen". Su hija, que está en el instituto, se quedó sola. No solo está sometida a la presión académica, sino que tiene que lidiar con el hecho de que sus padres están encarcelados. Sin el amor de su familia y su apoyo económico, llora todos los días y sufre un gran estrés mental".
El hermano menor del señor Yu, Yu Chunhai, comenzó a practicar Falun Dafa en 1998. En mitad de una noche de noviembre de 2000, la policía irrumpió en la casa del señor Yu más joven y lo detuvo en su cama.
El señor Yu, el más joven, fue sentenciado a dos años de prisión en un campo de trabajo. Cuando estuvo recluido por primera vez en el campo de trabajo forzado de Weizigou, fue brutalmente golpeado y torturado. En una ocasión, un preso le tiró de la cabeza hacia abajo y le obligó a agacharse, mientras que otro preso le dio una patada tan fuerte que su cabeza golpeó la pared y se desmayó.
El señor Yu fue trasladado al campo de trabajo forzado de Chaoyanggou a principios de abril de 2001. Lo golpearon, patearon, quemaron con cigarrillos, privaron de dormir y obligaron a cruzar las piernas durante largos periodos de tiempo. Un delincuente llamado Xu Hui utilizó un tablón de madera de un metro para golpearlo docenas de veces, lo que le hizo sangrar mucho las nalgas. Los reclusos declararon abiertamente que solo hacían lo que los guardias y el director de la prisión les ordenaban.
Un mes más tarde, en mayo, cuando el señor Yu estaba al borde de la muerte por la tortura, lo llevaron a su casa. Falleció unos nueve meses después, el 21 de enero de 2007. Le sobreviven dos hijos pequeños, de 2 y 8 años.
Profesor de inglés y padre de dos hijos se enfrenta a la cárcel
Zhang Jingyuan, de la ciudad de Changchun, provincia de Jilin, es profesor de inglés en una escuela primaria y padre de un hijo de 18 años y una hija de 21. Fue detenido el 15 de julio de 2020, y desde entonces se encuentra en prisión preventiva. Fue juzgado el 9 de abril de 2021. Sus alumnos anhelan su regreso. Su frágil madre, de 70 años, se sienta fuera de la casa y mira hacia la entrada del pueblo todos los días, con la esperanza de ver regresar a su hijo.
Un hijo pierde a sus dos padres en tres años
La policía de la ciudad de Anshan, en la provincia de Liaoning, irrumpió en la casa del señor Wang Dianguo, su esposa, la señora Yu Baofang, y su hijo Wang Yu, en la noche del 4 de julio de 2017. La señora Yu fue recluida en el centro de detención de mujeres de Anshan y murió 13 días después. Hasta una hora después de la muerte de la señora Yu no se permitió a su hijo ver a su madre por última vez en el hospital. No se le permitió acercarse mucho a ella.
El señor Wang fue detenido y no se le permitió organizar el funeral de su esposa. Posteriormente fue condenado a cuatro años de prisión. Murió el 16 de junio de 2020, dos años después de ser encarcelado.
Hija defiende la integridad de su padre
El señor Yang Jianlu, de la ciudad de Zhangjiakou, provincia de Hebei, fue condenado a ocho años de prisión y a una multa de 10.000 yuanes el 16 de marzo de 2012. Su abogado presentó una declaración de inocencia en su nombre y una declaración escrita firmada por 415 vecinos en apoyo del señor Yang.
La hija del señor Yang defendió a su padre, diciendo que fue testigo de cómo había hecho que la familia fuera feliz y armoniosa después de que empezara a practicar Falun Dafa y de cómo le enseñó a ser una buena persona a pesar de la decadencia moral general. También argumentó desde una perspectiva legal que su padre no era culpable por practicar Falun Dafa y pidió su absolución.
La muerte de un padre
Después de que el señor Gong Piqi, coronel retirado de la división de artillería de reserva de la provincia de Shandong, y su esposa fueran detenidos el 13 de mayo de 2005, su hija perdió el apoyo económico y se quedó sin hogar.
Cuando su hija se mudó a Estados Unidos, no pudo regresar a China para visitar a sus padres debido a la persecución a su fe compartida. El 17 de octubre de 2017, el señor Gong fue detenido de nuevo mientras visitaba a un compañero practicante.
Desde fuera de China, su hija, la señora Gong Xiaoyan, pidió ayuda, pero no pudo evitar que las autoridades condenaran a su padre, de 62 años, a siete años y medio de prisión en agosto de 2018.
En la noche del 12 de abril de 2021, la familia del señor Gong fue informada repentinamente por la prisión de Jinan de que había muerto. Vieron lesiones evidentes en su cuerpo. Se vio que le salía sangre de las orejas y que tenía la cabeza hinchada y húmeda.
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En los últimos 22 años son incontables las tragedias de este tipo. Lo que sufrieron esos padres va más allá de lo imaginable. Ojalá que cada vez más personas presten atención a la persecución y ayuden a acabar con ella.
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