(Minghui.org) Me diagnosticaron hepatitis B en 1996. Me embarqué en un largo viaje de un tratamiento médico tras otro. Probé muchos tipos de medicina china y occidental. Sin embargo, seguía enferma y débil. No sabía cuánto tiempo iba a durar, y me deprimí.
Como no experimentaba ninguna mejora, quise probar el qigong para curar mi enfermedad. Sin embargo, no sabía dónde encontrar una buena práctica.
Un día, un practicante de Falun Gong me dio un ejemplar de Zhuan Falun, el libro principal de Falun Dafa, y el vídeo de enseñanza del Maestro Li Hongzhi. No creí que leer un libro pudiera curar mi enfermedad, así que se lo devolví. Un año después, otra practicante que conocía mi enfermedad me lo volvió a dar. Sin embargo, no quería leerlo hasta que ella me dijo lo precioso que era el libro, una y otra vez.
Su amabilidad me conmovió y me quedé con el libro. Lo ojeé casualmente mientras estaba en la cama. El libro me pareció interesante, así que seguí leyendo. Tres días después, me olvidé de que estaba enferma y me dediqué a las tareas domésticas.
Aunque han pasado 25 años, no puedo olvidar ese momento en que decidí cultivarme en Falun Dafa. De repente entendí todo y encontré todas las respuestas que había estado buscando. Me sentí muy afortunada de que el Maestro me diera una oportunidad tras otra para que pudiera practicar Falun Dafa.
Visité a la practicante que me trajo el libro y quise aprender los ejercicios. Tiré todas mis medicinas y compré mi propia copia de Zhuan Falun y otros libros de Dafa. Me uní a la práctica en grupo cuando tenía tiempo y vi el vídeo de la conferencia del Maestro Li. Me sentí libre de la enfermedad, y mi cuerpo se volvió relajado y ligero. Medio mes después, fui al hospital para un chequeo y los resultados del laboratorio fueron normales.
Comencé a vivir de acuerdo con los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, y mi comprensión del Fa se profundizó. Trabajé para mejorar mi xinxing y convertirme en una mejor persona. Luego, me recuperé de todas las demás enfermedades que había sufrido, como faringitis, sinusitis, vaginitis y colecistitis. Estaba agradecida al Maestro y a Falun Dafa por haberme dado un cuerpo sano.
A partir de entonces, seguí las enseñanzas de Dafa en casa y en el trabajo. Trabajo duro y me tomo los intereses personales a la ligera. Nunca cotilleo ni tengo conflictos con otras personas. Siempre pienso primero en las necesidades de los demás y doy un paso atrás. He vivido felizmente, y mi vida se ha vuelto maravillosa porque me cultivo en Falun Dafa.
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