(Minghui.org) Soy un practicante anciano de Falun Dafa de China. Llevo muchos años cultivándome. Mi estado de cultivación ha llegado a estabilizarse después de sufrir muchas tribulaciones. Me he dado cuenta de la importancia que tiene la compasión a la hora de aclarar la verdad a la gente y de animarles a renunciar al Partido Comunista Chino (PCCh) y de sus organizaciones juveniles.

A menudo me encuentro con jóvenes cuando salgo a aclarar la verdad. Suelen tener un aspecto descuidado, llevan ropa rara, fuman y carecen de buenos modales. En el pasado, me daban asco y solo pensaba en lo corruptos que debían ser. Los miraba con desprecio cuando intentaba explicarles los hechos sobre Falun Dafa, así que los resultados nunca resultaron ser muy buenos.

Entonces me di cuenta de que el PCCh les adoctrina deliberadamente con malos pensamientos, así que tenía que ser más paciente con ellos, más compasivo y más amable para influirles. Ajusté mi mentalidad y traté de no prestar atención a sus malos hábitos. Les hablé con amabilidad y traté de contenerme cuando veía algún mal comportamiento. Cuando les señalaba sus carencias, intentaba no parecer crítico ni didáctico. Quería que se dieran cuenta de que estaba siendo realmente amable y que mi intención era realmente por su propio bien. Así los resultados solían ser mucho mejores.

Algunos jóvenes podían percibir que me preocupaba de verdad por ellos. No solo les daba folletos de aclaración de la verdad, sino también programas informáticos para esquivar el cortafuegos de Internet del PCCh, de modo que pudieran acceder al resto del mundo. Por lo general, esto les interesaba, lo que hacía que obtuvieran mejores resultados cuando les aclaraba la verdad.

Puede que los jóvenes tengan sus problemas, pero los de mediana edad también los tienen. Suelen ser egoístas, indiferentes y poco amables. Antes, sus malas actitudes me hacían enfadar cuando les aclaraba la verdad. Por ejemplo, cuando hablaba de lo terrible que era el PCCh, muchos decían: "¿No es todo el mundo así ahora?". En sus mentes, veían como algo natural que el PCCh fuera malvado.

El PCCh ha acabado con todas las normas morales de la sociedad china actual, pero esa gente parece que ha estado de acuerdo con todo eso. Ahora me doy cuenta de que esta situación es una oportunidad para aclarar la verdad. Ahora, cada vez que oigo este comentario, ajusto mi mentalidad y digo amablemente: "Sí, las normas morales de la gente son así ahora, pero ¿no sería mejor que la gente no fuera así?". Eso suele incitarles a reflexionar sobre las cosas y me permite seguir, mucho mejor, aclarando la verdad.

Las personas mayores también tienen sus problemas. Como me dijo mi hijo: "Cuando algunos ancianos no se muestran razonables, la gente suele decir que no es porque los ancianos se vuelvan malos, sino porque la gente mala envejece". Los movimientos políticos previos del PCCh, especialmente la Revolución Cultural, los convirtieron en malas personas ya que les permitieron hacer muchas cosas malas. Ahora esas personas  que están envejeciendo siguen siendo malas. Engañan, reprenden y amedrentan a los demás.

El PCCh tomó el poder hace 72 años. A muchos de los ancianos de hoy les lavaron el cerebro durante las numerosas campañas políticas del PCCh. Muchos fueron profundamente envenenados por el PCCh y son testarudos. En realidad, todos son víctimas.

Cuando les aclaramos la verdad, si recordamos esos movimientos políticos y el sufrimiento que padecieron, podremos ayudar a la mayoría para que lo comprenda. Algunos se llenan de miedo y dicen: "¡Hay que tener cuidado! El Partido es muy malo". Entonces, si podemos redirigir la conversación en una dirección más positiva, por lo general, reflexionarán y podrán llegar a entender mejor la verdad.

Cuando nos encontramos con personas que han recibido una buena educación, podemos explicarles las cosas más a fondo, por ejemplo preguntando: "¿Sería mejor que no hubiera ningún Partido?". Muchos no han pensado nunca en eso y se estremecen con la idea. Algunos reflexionarán y tendrán más posibilidades de entender la verdad.

Llevo muchos años cultivando Falun Dafa y me he recuperado de todas mis enfermedades. Siento mucho agradecimiento por Dafa y el Maestro. Debo cultivarme más diligentemente y tratar a la gente con la mayor compasión, para poder salvar a más seres conscientes.

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