(Minghui.org) Cuando liberaron al Sr. Ji Xiaodong tras cumplir una condena de siete años de prisión el 24 de noviembre de 2020, se encontraba demacrado. Luchaba contra las graves secuelas de la trombosis cerebral que le indujeron las torturas que sufrió en prisión.

El vecino de la ciudad de Chifeng, en Mongolia Interior, se sintió aún más desconsolado al encontrarse sin hogar. Su hermano no solo se negó a admitirlo, sino que también expulsó a su madre, de casi 70 años. Le dijo que él había estado cuidándola durante los últimos años y que ahora le tocaba al Sr. Ji.

La madre y el hijo no acabaron viviendo en la calle gracias a que los amigos del Sr. Ji los ayudaron. Aportaron dinero para que se trasladaran a una vivienda temporalmente, que no tenía calefacción.

El Sr. Ji fue con un amigo a la comunidad para solicitar una ayuda por bajos ingresos. Le dijeron que "a los practicantes de Falun Gong no se les permite solicitar el subsidio de bajos ingresos. Incluso si se aprueba la solicitud, deben escribir una declaración renunciando a practicar Falun Gong". Como el Sr. Ji se negó a escribir dicha declaración, le denegaron el subsidio.

Desde que el régimen comunista chino comenzó a perseguir a Falun Gong en 1999, muchos practicantes de Falun Gong, incluido el Sr. Ji, por defender su fe, han sido encarcelados, torturados y privados de las condiciones básicas para la supervivencia.

El Sr. Ji, exfuncionario de 52 años de la Oficina de Impuestos del Condado de Aohan, en la ciudad de Chifeng, fue condenado a dos años de trabajos forzados en 1999, a cinco años en 2001 y a siete años en 2014 por su fe. Perdió su trabajo debido a la persecución, y su esposa también se divorció, por temor a verse implicada.

Persecución previa

El Sr. Ji fue a Beijing para apelar a favor de Falun Gong en julio de 1999 y lo detuvieron en la plaza de Tiananmen. Lo escoltaron de vuelta a Aohan el 25 de julio, esposado. El 31 de julio lo liberaron tras extorsionarle 200 yuanes.

El 1 de octubre de 1999 fue de nuevo a Beijing para apelar. Lo detuvieron y encarcelaron en el Centro de Detención del Distrito de Xicheng, en Beijing, antes de escoltarlo de vuelta a Aohan. Wang Fenglai, jefe de la Oficina de Impuestos de la ciudad de Chifeng, lo despidió el 6 de octubre.

Lo llevaron posteriormente a un campo de trabajos forzados. Su esposa se divorció mientras cumplía su condena de dos años. Cuando lo liberaron el 23 de julio de 2001, tuvo que alojarse en casa de un compañero. Una noche, cuando él y otro practicante salieron a colocar información sobre la persecución, lo detuvieron otra vez y lo condenaron a cinco años de prisión.

Se vio sometido a incesantes abusos en la Prisión de la Ciudad de Chifeng. Los reclusos le obligaron a permanecer en cuclillas con las dos manos sujetas detrás de la cabeza durante cinco días. Más de 10 reclusos se turnaban para vigilarlo. No le permitieron levantarse ni dormir. Tenía las piernas y los pies hinchados, y los calcetines adheridos a los pies. El guardia Liu Gang le golpeó en las manos y en la cabeza con un cinturón.

Lo detuvieron de nuevo en 2014 y el Tribunal del Distrito de Songshan lo condenó a siete años en la Prisión de la Ciudad de Chifeng, en abril. Mientras recibía tratamiento, tras sufrir una trombosis cerebral en agosto de 2005 a causa de las torturas, recibió la ropa de un recluso portador de sífilis y se contagió. Más tarde lo trasladaron a la Prisión de Enfermedades Infecciosas de Hohhot, donde continuó siendo víctima de la persecución.

Inició una huelga de hambre para protestar por la persecución el 12 de octubre de 2016. Los guardias de la prisión le pidieron a su familia que lo persuadiera para que comiera. El Sr. Ji dijo a su familia por teléfono: "No soy culpable de nada por practicar Falun Gong. La huelga de hambre es para protestar por la persecución. No comeré hasta que me absuelvan". El guardia que estaba a su lado tomó el teléfono: "Si no pueden persuadirlo de que coma, lo alimentaremos a la fuerza. Tenemos muchas formas de tratarlo".

Prolongaron su condena medio año más, porque se negaba a dejar de practicar Falun Gong. Estaba muy delgado y tenía que caminar con muletas cuando lo liberaron el 24 de noviembre de 2020.

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