(Minghui.org) Era superficial y arrogante cuando era joven. No entendía que la virtud y la moralidad eran más importantes que una apariencia atractiva. Mi matrimonio fue concertado por nuestros padres. Ella era honesta, de buen corazón y era una buena esposa. Sin embargo, yo la ignoraba y daba por sentado todo lo que hacía por mí, solo porque no era guapa. También engañé a mi mujer y tuve una aventura.
En la década de los noventa, mi mujer y mis suegros empezaron a practicar Falun Dafa. Era popular en toda China. Pensé que eran unos tontos. No entendía por qué tenían fe en la espiritualidad cuando la mayoría de la gente estaba ocupada persiguiendo dinero.
Para mi sorpresa, mi suegro, que había tenido mala salud, se sanó al comenzar a practicar Falun Dafa, y pudo trabajar en el campo. Me pareció increíble, así que ya no estaba en contra de Falun Dafa.
Varios años después de casarnos, decidí divorciarme porque estaba enredado en una aventura. La noche en que se lo dije a mi mujer, ella no discutió ni armó un escándalo. Dijo que me amaba y que no quería irse. Insistí, así que ella empaquetó tranquilamente sus cosas. Me enseñó dónde había colocado las cosas importantes y me mostró qué ropa debía utilizarse en cada época. Incluso me devolvió todo el dinero que le había dado.
La observé mientras empacaba con sentimientos encontrados. Era tan tranquila y compasiva, que me hizo sentir vergüenza. Cambié de opinión y no quise divorciarme de esta mujer de buen corazón. En cambio, quería pasar el resto de mi vida con ella.
Ahora cuando miro atrás, me alegro mucho de haber cambiado de opinión en el último momento. No perdí una buena esposa y así no perdí la oportunidad de practicar Falun Dafa años después.
Durante muchos años mi mujer no podía quedar embarazada. Tomó innumerables medicamentos y visitó muchos hospitales, pero no pasó nada. Después de empezar a practicar Falun Dafa, decidió seguir el curso de la naturaleza y dejó de consultar a los médicos. Sorprendentemente, se quedó embarazada un año después y dio a luz a un niño.
Sin embargo, nuestro recién nacido no podía amamantarse después de nacer. El médico dijo que tenía una cardiopatía congénita. Lo llevé inmediatamente al hospital infantil provincial para recibir más tratamiento con mi madre y mi tío. Nos sorprendió que el médico dijera que, además de la cardiopatía, tenía otras enfermedades. Mi madre y mi tío dijeron que no teníamos dinero para cuidar a un bebé tan enfermo, así que me convencieron de que lo abandonara en el hotel.
Lloré, pero sentí que no tenía otra opción. Dejé al niño con mi madre y volví a casa porque mi esposa seguía en el hospital. Lloré terriblemente todo el camino a casa por tener que abandonar a mi hijo.
Pero ocurrió un milagro. Justo cuando mi madre y mi tío colocaron una carta explicando la situación de mi hijo en su pañal, y estaban listos para irse, mi hijo empezó a beber. Mi madre y mi tío se emocionaron y se quedaron dos días más. Tras otro examen minucioso, el hospital dijo que mi hijo tenía un defecto del tabique ventricular. El médico dijo que podía curarse solo, pero que también podría empeorar cuando cumpliera siete años.
Cuando mi hijo cumplió siete años, fuimos al mismo hospital para que le examinaran. Todos los resultados mostraron que estaba sano. Han pasado veinte años. Bañado en los principios de Falun Dafa de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, mi hijo ha crecido hasta convertirse en un joven sano. Practica Falun Dafa y fue admitido en una buena universidad.
Siendo testigo de muchos milagros que mis familiares experimentaron a lo largo de los años, decidí practicar Falun Dafa en 2016 cuando me diagnosticaron un alto nivel de azúcar en la sangre. Experimenté otro milagro. Todos mis síntomas desaparecieron mientras continuaba practicando y siguiendo los principios de Dafa. Y lo que es más importante, empecé a tomar la fama y los intereses materiales a la ligera y ya no los persigo.
Gracias, Shifu, por despertarme cuando me perdí en este mundo, por darme una buena esposa, por salvar a mi hijo y por purificar mi alma con los principios de Falun Dafa.
¡Gracias, Shifu!
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