(Minghui.org) Empecé a practicar Falun Dafa en 1995. Antes de eso, tenía mala salud y sufría de contracción ventricular prematura (PVC), reumatismo y un espolón óseo en el talón derecho que me dificultaba caminar. Después de tres meses de cultivarme en Dafa, me recuperé de mis enfermedades, y ya no experimenté problemas de salud.

El jefe dijo: "Confío más en ti"

Un amigo mío, dueño de una fábrica, me pidió que administrara la cafetería de la empresa. Quería que comprara los alimentos, cocinara las comidas y limpiara la cafetería. Acepté el trabajo y administré cuidadosamente el presupuesto mensual que me proporcionó. Aún así, pude dar a todos una buena comida. Cuando quedaba algo de dinero a final de mes, se lo daba al dueño. Estaba muy satisfecho con mi conducta.

Luego, me pidieron que gestionara la logística, que incluía el bienestar de los empleados, la protección laboral y la eliminación de residuos. Llevaba la cuenta de todos los artículos vendidos en un cuaderno. Cuando el dinero de la venta de chatarra se acumulaba hasta una determinada cantidad, se lo entregaba al propietario. Nunca revisaba los libros. Le pregunté: "¿Por qué no comprueba lo que he vendido y ve cuánto dinero hay?". Me dijo: "Yo confío más en ti".

Una vez, me ofreció una bonificación de 3.000 yuanes [unos 470 dólares]. Cuando le dije que no quería el dinero, quiso saber por qué. Le dije: "Practico Falun Dafa y no quiero el dinero". Me dijo: "Yo dirijo la fábrica y tengo la última palabra. Te lo estoy dando. Debes aceptarlo". Así que acepté la bonificación.

Compartir la bonificación con los practicantes y los no practicantes

Cada vez que el propietario me daba una bonificación, la guardaba y solo la gastaba en proyectos que validaran el Fa. En 1999, el exlíder del Partido Comunista Chino (PCCh), Jiang Zemin, inició la persecución a Falun Dafa.

En mayo, un practicante vino a la fábrica y me dijo: "Un practicante desplazado está viviendo en un sótano en una zona rural local y no tiene comida". Le di 500 yuanes [78 dólares] y le dije: "Por favor, hazme saber si ese practicante necesita más dinero".

Más tarde, otro practicante se me acercó y me dijo: "Algunos practicantes de otras zonas no tienen dónde vivir y necesitan alquilar una habitación". Le di 2.000 yuanes [312 dólares] y le dije: "No dude en volver si necesita más".

Algunos de los trabajadores de la fábrica se acercaban a mí cuando tenían dificultades, y yo les ayudaba a resolver sus problemas. Así, los trabajadores comprendieron que Falun Dafa es bueno. Les di folletos que aclaraban la verdad, que aceptaron de buen grado. Cuando iba a la cafetería a almorzar al mediodía, en lugar de llamarme por mi nombre, me señalaban y decían: "¡Falun Dafa es bueno!".

Aclarando la verdad

Tenía mi propia oficina en el trabajo. Compré pintura roja y blanca, cuerda y tela roja y amarilla, e hice pancartas para exponer hechos sobre Falun Dafa. Después de hacer 8 o 10 pancartas, esperé a que todos salieran del trabajo, y entonces salí y las colgué en los árboles a ambos lados de la calle. Después, tomaba un autobús o un taxi para volver a casa. Siempre llegaba a casa sin problemas y no me paraba la policía.

Durante el Año Nuevo, la fábrica daba a cada empleado 25 kg de arroz, 25 kg de harina y 5 kg de aceite de cocina. Compré y distribuí todo sin cometer ningún error.

Al hacer las compras para la fábrica, nunca acepté las comisiones que me ofrecían los vendedores. Les dije: "Soy una practicante de Falun Dafa y cultivo Verdad-Benevolencia-Tolerancia. No acepto sobornos". Dijeron: "¿Quién no quiere dinero hoy en día?". Yo dije: "Si otros lo quieren, es su problema. Yo no lo quiero". Me dijeron: "Tu jefe es realmente inteligente y contrató a una buena persona como tú: tú también puedes trabajar para mí".

A principios de 2003, mi marido y yo volvimos a nuestra ciudad natal después de que él sufriera una hemorragia cerebral. Su salud mejoró. Un día, el dueño de la fábrica vino a verlo. Antes de marcharse, dijo que estaba dispuesto a contratar a un cuidador para que se ocupara de mi marido y yo pudiera volver al trabajo. Mi marido dijo que tenía mal carácter y que probablemente un cuidador a domicilio no podría llevarse bien con él. Necesitaba que yo lo cuidara. El propietario no insistió. Aunque no volví a trabajar, me sentí muy agradecida por su confianza en mí.

Chantajeada por la policía, golpeada por mi suegra

Un día de marzo de 2003, la policía me detuvo cuando colocaba material para esclarecer la verdad y me llevó a la Estación de Policía. Cuando tres policias me interrogaron, les dije: "Falun Dafa enseña a la gente a ser buena. Cultivamos la Ley de Buda. No persigan a Dafa". Me dijeron: "Deja de hablar, estás promoviendo Dafa. Dinos dónde has conseguido los materiales". No les di esa información.

Uno de ellos parecía ser un líder. Dijo: "Si no nos lo dice, llévenla al Campo de Trabajos Forzados de Masanjia". Envié pensamientos rectos en mi mente, y recité el Fa del Maestro:

"Un gran ser iluminado no teme a las penalidades
Su voluntad está formada de diamante
Sin apego a la vida ni a la muerte
Camina abierta y majestuosamente su sendero en la rectificación del Fa"

(Pensamientos rectos y acciones rectas, en Hong Yin (II))

Me registraron y encontraron mi teléfono móvil y mi agenda telefónica en el bolsillo, llamaron a mi hija y fueron a mi casa. Saquearon mi casa y nos extorsionaron 10.000 yuanes. Salí de la Estación de Policía a las cinco de la tarde.

Mi hija me llevó directamente a casa de mi suegra. Cuando entré, siete personas, entre ellas mi suegro, mi suegra, mi marido, mi cuñado, mi cuñada, mi hija y mi yerno, estaban sentados en el salón. El segundo hermano de mi marido se quejó conmigo y me dijo algo desagradable. Mi suegra se acercó a mí y me dio dos bofetadas. No dije nada, sabía que estaba angustiada por los 10.000 yuanes que se había llevado la policía. Hacía más de 30 años que no nos peleábamos y me dije: "Esto es una prueba para mí". Después de un rato, volví a mi casa.

Veinte minutos después, mi cuñada se acercó y me dijo: "No te enfades". Cuando te fuiste, le dije a mi madre: "Eres una suegra de 80 años y golpeas a tu nuera de 60; ¿qué haces?". Mi suegra era una persona muy egocéntrica. Más tarde, cuando enfermó, seguí tratándola igual que antes, haciéndole bolas de masa y cuidándola. Tres meses después, falleció.

Después del incidente, mi marido me vigilaba todos los días y no me dejaba salir. Pensé: "Soy una practicante del Maestro Li (el fundador de Falun Dafa) y quiero validar Dafa, que es mi misión". Le di la llave del sótano a una practicante, y le pedí que dejara los materiales de aclaración de la verdad en un depósito del sótano. Por la noche, salía a distribuirlos. A menudo le leía a mi marido la información contenida en los materiales para que conociera la realidad de Dafa. Más tarde, él ya no se oponía a que yo estudiara el Fa, e incluso pedía a otros practicantes que vinieran a nuestra casa para estudiar el Fa.

Después de la muerte de mi esposo, mi hija me invitó a vivir en su casa, diciendo que yo tenía 70 años y nadie me cuidaba. Le dije: "Cultivo Dafa y el Maestro me cuida. Puedo vivir sola".

Por la mañana, después de hacer los ejercicios, tomo un autobús para ir a un lugar cercano a la prisión para enviar pensamientos rectos. Por la tarde, voy al grupo de estudio del Fa para estudiar el Fa. Otros practicantes imprimen las palabras sobre Dafa que cosemos en pancartas, yo misma hago las pancartas y las cuelgo cerca de la prisión. En el Día Mundial de Falun Dafa, preparé una pancarta yo misma y la colgué. Cada vez que hacía estas cosas, volvía a casa sana y salva.

Me enteré por un practicante de que la persecución a Dafa por parte de cierta Estación de Policía era muy mala. Preparé algunos folletos con información sobre Falun Dafa y fui a la Estación de Policía con otra practicante. Ella envió pensamientos rectos fuera, mientras que yo fui al patio y puse los folletos en cada coche de policía en el patio, para que los oficiales los leyeran.

Soy discípula del Maestro Li y quiero validar Dafa. He practicado Falun Dafa durante 26 años, y no he tomado ningún medicamento durante todos esos años. Esto es una bendición que me ha dado el Maestro, y estoy agradecida al Maestro por cuidar de mí.

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