(Minghui.org) Perdí la oportunidad de empezar a practicar Falun Dafa hace años, pero tuve otra oportunidad en 2004. Un pariente que vino a desearle un feliz cumpleaños a mi suegro trajo uno de los artículos del Maestro (no recuerdo cuál), que leí esa noche. Mientras leía, me emocioné y me arrepentí. También tuve una visión de la vida.
La razón por la que me emocioné fue que vi muchos secretos celestiales en el artículo. Comprendí por qué el Maestro introdujo Falun Dafa en el mundo y por qué yo estaba viva. Lo que lamenté fue no haberme iluminado hace años y, en cambio, haberme dedicado a los asuntos de la gente común y perder la oportunidad de practicar Falun Dafa. Grité en mi corazón: "¡Quiero cultivarme y convertirme en una buena persona! Quiero salvar a la gente".
Empecé a cumplir mi promesa. Aclaré la verdad sobre Dafa a mis compañeros de trabajo, a los alumnos de mis clases, a mis vecinos, a mis antiguos colegas y a los colegas y amigos de mi marido. Toda la ciudad pronto supo que yo practicaba Falun Dafa.
La gente tuvo diferentes reacciones. Mirando hacia atrás, mi comprensión inicial de las enseñanzas era superficial, por lo que mi forma "atrevida" de hacer las cosas parece divertida ahora.
Pedí prestadas todas las conferencias del Maestro a otro practicante y las leí. Mientras seguía rectificando y salvando a la gente, fui encontrando un camino adecuado para mí. Me gustaría contar mis experiencias.
No esperar a los demás
Me llevó mucho tiempo conseguir materiales informativos sobre Dafa porque vivía a cierta distancia de otros practicantes. Como estaba ansiosa por empezar, estaba preocupada, pero no sabía qué hacer. Tal vez el Maestro vio mi deseo sincero: me di cuenta de que cierto artículo del Semanario Minghui era adecuado para cierta gente, así que le pedí a un pariente que hiciera copias para mí. Las distribuí en una empresa que conocía. A veces también escribía "Falun Dafa es bueno, restaura el nombre del Maestro" en los postes de los servicios públicos con tiza.
Más tarde me mudé a la ciudad y compré un ordenador, una impresora y otros equipos. Comencé a hacer materiales para aclarar la verdad.
Nuevas oportunidades para salvar a la gente
Como hay más practicantes que viven en la ciudad, ahora tenía un entorno que me ayudaba a señalar dónde tenía que mejorar. Sentí que progresaba rápidamente. Seguí viendo mis deficiencias y seguí rectificando basándome en los principios de Dafa. También utilicé diferentes enfoques para contar a la gente los hechos sobre Falun Dafa.
Los métodos utilizados por el Partido Comunista Chino (PCCh) para vigilar a la gente siguen creciendo junto con las innovaciones en tecnología y electrónica. En la actualidad, casi todas las comunidades residenciales han instalado cámaras de vigilancia, lo que hace más difícil que los practicantes puedan salvar a la gente. Cada vez hay menos practicantes que vayan a los edificios a distribuir materiales, y de vez en cuando se pueden ver materiales desechados volando por las calles. Me sentí triste.
Leí artículos en el sitio web de Minghui que contenían fotos de las actividades de los practicantes, como las reuniones del Día Mundial de Falun Dafa, los recuerdos solemnes del 20 de julio y otros eventos: las fotos eran hermosas y grandiosas. Sería bueno que pudiéramos mostrarlas a la gente. Con la ayuda del Maestro, tuve la idea de colocar estos artículos en los pasillos. Esto sería sencillo de hacer, y la gente podría ver de qué se trataba en un solo vistazo.
Así que descargué estos reportajes de Minghui.org y seleccioné los que tenían colores vivos y grandes escenas. Añadí leyendas cerca de las imágenes y las imprimí en papel adhesivo A4. Encontré buenos lugares en los pasillos y los coloqué bien cuadrados. Otro practicante me ayudó. Uno de nosotros enviaba pensamientos rectos y vigilaba los alrededores mientras el otro colocaba los artículos.
De vez en cuando me veían, pero nunca me metí en problemas. Una vez fui a un barrio en el que había instaladas muchas cámaras de vigilancia. Ignoré la seguridad y traté de apresurarme. Al ir de un pasillo a otro, me vio el vigilante del edificio.
Me regañó: "¿Cómo te atreves? ¿Has puesto eso? ¿Qué tienes en la mano? Dámelos".
Esto me atrapó desprevenida y al principio me asusté un poco. Me tranquilicé, sonreí y dije: "Hermano, esta información sobre Falun Dafa ayuda a contar los hechos de la persecución y puede salvar a la gente. ¿Qué puedes hacer con ellos?".
Me amenazó: "Soy de la oficina de seguridad. Llamaré a la policía si no te vas".
Seguí sonriendo y le dije: "Es usted una persona amable. Es casi año nuevo. Usted no haría eso. Los practicantes sólo desean lo mejor para la gente, por eso distribuimos estos materiales".
Se burló: "¡Eres valiente! Vete y no vuelvas".
Otro día, mientras colocaba un cartel en un pasillo, un hombre entró de repente desde fuera, sin dejarme tiempo para esconderme. Eliminé mi miedo y le dije con una sonrisa: "Señor, por favor, renuncie al PCCh para que esté a salvo". Asintió con la cabeza y dijo: "Lo hice hace tiempo".
Esto me recordó el poema del Maestro:
“Niebla endemoniada en la gran tierra de la Planicie Central
La verdad sobre Dafa se transmite de casa en casa
La multitud de seres es rescatada, los corazones se aclaran gradualmente
Los policías se despiertan y no obstaculizan cuando ven…” (Se ve benevolencia, Hong Yin III)
Con la disponibilidad de los teléfonos móviles y los mensajes de voz, éstos se convirtieron en métodos importantes para aclarar la verdad y contar a la gente los hechos sobre Dafa. El Maestro nos dijo que todas las personas del mundo fueron alguna vez sus parientes, por lo que no debemos distinguir entre zonas o razas. En los últimos años, he intentado utilizar WeChat y MMS para contar los hechos y enviar fotos sobre Falun Dafa, para que más gente pueda conocer Dafa.
Debido a que los teléfonos celulares ahora necesitan ser registrados, esto obstaculizó en gran medida nuestra capacidad de usarlos para decirle a la gente los hechos. Espero que todos los practicantes envíen pensamientos rectos para disolver los obstáculos restantes creados por las viejas fuerzas y eliminar todo lo que interfiere con la capacidad de la gente para escuchar y entender la verdad.
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