(Minghui.org) De nuevo estoy experimentando una prueba de yeli de enfermedad. Parecía ser una enfermedad que padecí cuando comencé a practicar Falun Dafa. Pensé que había pasado esta prueba cuando comencé a practicar y ya me había olvidado de ello. No sabía que las viejas fuerzas permanecían ocultas mientras se alimentaban de mis apegos, lo que finalmente causó esta tribulación.

Estaba embarazada del cuarto hijo cuando mi médico me dijo que había contraído lupus. Tanto él como mi esposo me recomendaron que abortara, pero pensé que, como llevaba cultivándome durante diez años, debía atesorar este pequeño practicante de Falun Dafa que aún no había nacido. Hice caso omiso de su consejo. Mi hijo nació sin ningún problema, pero yo fui ingresada en el hospital debido a mi mal estado de salud.

Descuidar el estudio del Fa y el mirar adentro

Como practicante de Dafa, primero miré adentro e identifiqué mis apegos. Fui dada de alta del hospital después que mi salud mejoró. No obstante, volví a ingresar al cabo de una semana. Encontraron que tenía un nivel bajo de plaquetas en sangre, fiebre alta y también tenía restos de sangre en la mucosidad y en los intestinos. Mi esposo estaba asustado y me dijo que fuera al médico. Le dije que me diera algo de tiempo y volví a mirar adentro.

Me pregunté si había hecho las tres cosas. La pregunta fue: ‘Lo hice, pero con un resultado pobre’. A menudo me faltaba tiempo para enviar pensamientos rectos y no lo recuperaba. También fallé en estudiar el Fa de forma habitual. Aunque afirmaba haber estudiado Zhuan Falun innumerables veces, aún no había memorizado Lunyu.

Estaba inmersa en muchos proyectos de aclaración de la verdad pero no les dediqué tiempo. A menudo miraba medios independientes en las redes sociales mientras trabajaba en los proyectos y pensaba que era inteligente. Además, hacer los ejercicios a menudo, pasó a un segundo plano y cuando las cosas se complicaban no los hacía.

Sabía que no estaba en estado bueno. Desde que comenzó la pandemia no hemos podido reunirnos para hacer los ejercicios. Durante algún tiempo participé en el grupo de ejercicios por Internet de las 3:30 de la madrugada, pero me pasaba las tardes con el móvil, mirando esos medios de comunicación. Seguía cosas como las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, la profecía del niño prodigio, etc… eso me emocionaba. También lo compartía en Facebook. Por supuesto, no podía levantarme temprano para hacer los ejercicios.

Cuando en lugar de hacer las tres cosas dedicaba mucho tiempo al teléfono, enfermaba de nuevo. Después de darme cuenta, inmediatamente eliminé todas las suscripciones a esos canales, desinstalé Facebook y YouTube. No obstante, las viejas fuerzas no me dejaron. Mi dispositivo siguió reproduciendo los vídeos descargados durante los últimos años mientras estaba en la UCI. Les dije a las viejas fuerzas que se fueran, pero no me dieron tregua y siguieron tocando.

Los videos sin sentido que vi en YouTube me interfirieron en hacer las tres cosas. ¿Cómo podría merecer el título de practicante de Falun Dafa durante el periodo de la rectificación del Fa? ¿Cómo puedo ofrecer la salvación a los seres conscientes si yo estoy en un estado así? Incluso he recurrido a estos medios para obtener la comprensión del Fa en lugar de centrarme en el estudio del Fa y mejorar mi entendimiento. ¿No es esto sabotear el Fa? Me sorprendí al entender esto. ¿Cómo pude llegar tan lejos? Los practicantes usan los medios de comunicación independientes para esclarecer la verdad. ¿Cómo me pude confundir? ¿No es esto peligroso?

Las viejas fuerzas se niegan a dejarme marchar

Quise corregirme de inmediato. Una practicante me invitó a estudiar el Fa juntas mediante el teléfono móvil. Las viejas fuerzas le dijeron a la practicante, cuyo tianmu estaba abierto: ‘Hoy ella morirá. Es la última vez que estudiará el Fa’. La practicante se negó a aceptar este arreglo. Juntas enviamos pensamientos rectos después de estudiar el Fa. También contacté con otros practicantes para que enviaran pensamientos rectos para mí. La practicante escuchó coómo las viejas fuerzas estaban nerviosas y gritaban: ‘¡Tiene refuerzos! Rápido, tomemos nuestras armas’.

Esa noche la pasé en la UCI. Cuando me levanté, la enfermera me dijo que durante la noche mi corazón se detuvo y que mi cerebro había estado muerto durante un par de minutos. La practicante me explicó lo que vio con su tinamú: ‘Las viejas fuerzas no se iban. Al principio Shifu te cubrió con un escudo, nosotros tampoco podíamos entrar ya que debías pasar un proceso. Mientras mejorabas, el escudo se iba ampliando”.

Realmente sentí cuando los practicantes se unieron para el rescate como habían prometido y lucharon como un solo cuerpo, enviando pensamientos rectos y puros. La oscura multitud de las viejas fuerzas se hizo añicos. La luz de FoFa penetró el escudo que lentamente se fue agrandando.

Aunque no podía ver a los seres fuera del escudo, en mi mente recité los principios de Falun Dafa. Reconocí mis apegos y expresé mi determinación en corregirme y en cumplir la misión de un practicante de Falun Dafa durante la rectificación del Fa. Les prohibí que dañaran mi cuerpo porque lo necesitaba para ayudar a Shifu a salvar a los seres conscientes hasta el día de la rectificación del Fa del mundo humano. Ese día no me importó aceptar mi castigo, pero como practicante de Falun Dafa tengo pleno acceso a los poderes divinos para eliminar a aquellos que tratan de impedir que cumpla mi misión antes de ese día.

Tan pronto como puse la palma de la mano frente a mi pecho y recité en voz alta la fórmula para enviar pensamientos rectos, incontables Falun comenzaron a rotar dentro del escudo irradiando rayos dorados. La practicante me dijo que algunas de las viejas fuerzas aún no se habían ido y que podía utilizar la forma de resolución benévola que el Maestro nos enseñó en la Conferencia del Fa en Nueva York del 2004. Seguí su consejo. Después de esto la atmósfera dentro y fuera del escudo se tornó pacífica. La practicante me recordó que debía estar alerta, ya que las viejas fuerzas aún podían engañarme.

Estaba en lo cierto. De repente, no podía mover mi brazo. La enfermera parecía asustada. Corrió para avisar al médico. Grité en voz alta: “¡Shifu, Shifu Li Hongzhi, por favor sálveme!”. Tan pronto pronuncié estas palabras, pude mover mi brazo de nuevo. Se me llenaron los ojos de lágrimas, sabía que Shifu había estado conmigo cada segundo y que me protegió.

Tanto la enfermera como el médico dijeron que había tenido suerte de haberme recuperado tan rápido. Cada día me veían leer un libro con la tapa de color amarillo y hacer los ejercicios. Le di mi señalador de Falun Dafa a la enfermera y les agradecí por su trabajo durante los últimos seis días.

Me he dado cuenta de que tengo que ponerme al día inmediatamente. Me apresuré a escribir este artículo para compartirlo, con la esperanza de avisar a otros practicantes que como yo sean adictos a los medios de comunicación independientes. Por favor, siéntase con la libertad de señalar cualquier cosa inapropiada.

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