(Minghui.org) He notado que algunos practicantes de Falun Dafa se desprecian tanto a sí mismos como a los demás. Esta mentalidad perjudica la capacidad que poseemos de recorrer bien nuestro camino de cultivación y la medida en que podemos cooperar con los demás.

Una practicante dijo que tanto ella como su familia habían experimentado muchas dificultades a lo largo de los años. Se preguntaba si era porque tenía tanto yeli que no podía ser una practicante.

Cómo perjudicamos nuestra propia cultivación

Cultivamos nuestro espíritu principal en medio de todo tipo de interferencias y persecuciones que nos imponen las viejas fuerzas. Esto es completamente diferente de todas las formas de cultivación anteriores, en las que era el espíritu asistente el que se cultivaba. Tan pronto como una parte de nosotros alcanza el estándar, el Maestro Li la separa inmediatamente. Nuestro lado que no se ha cultivado, sin embargo, continúa cultivándose. Este lado, sin duda, va a manifestar todo tipo de apegos y deseos humanos. Cuando estos se exponen, ¿no es una oportunidad para eliminarlos?

El Maestro dijo:

"Señalamos puntual y realmente ese corazón, y si uno quita ese corazón, se cultiva muy rápidamente" (Quinta Lección, Zhuan Falun).

A veces, parece que nunca nos deshacemos de ciertos apegos. Pero si lo vemos como si estuviéramos extrayendo largos hilos, los veríamos eliminándose poco a poco. ¿No es eso la cultivación?

Valorar esta preciosa oportunidad

Nos cultivamos en el mundo complejo, corrupto y caótico de este período final del Fa. Cualquiera que sea capaz de seguir al Maestro hasta el final a pesar de las dificultades resulta admirable. Cada practicante ha atravesado innumerables dificultades.

El Maestro ha dicho que aquellos que murieron por la persecución llegarán a la Perfección –están esperando en un lugar especial hasta que la Rectificación del Fa haya terminado. Así que debemos tener fe en el Maestro y en Dafa. Los practicantes que se han desviado del camino deberían aprovechar el tiempo que les queda para cultivarse.

Sabemos que a través de la historia, cada método de cultivación requería sufrimiento y no era fácil. Los practicantes necesitaban tener una fe firme, dejar de lado el miedo a la vida y a la muerte, y superar todo tipo de tribulaciones para tener éxito. Durante los miles de años que hemos reencarnado, muchos de nosotros nos hemos cultivado innumerables veces.

El mundo nunca ha estado tan corrompido como ahora: cosas como el ateísmo y la cultura del partido comunista están intoxicando a la gente. La sociedad humana ha tocado fondo. La mayoría de la gente ya no cree en los dioses.

Debido a que muchos seres en todos los niveles se han corrompido,  los cultivadores están sufriendo varias interferencias. Tal vez, a los ojos de muchos seres de alto nivel, resultaría casi imposible para los practicantes cultivarse y elevarse por encima de este ambiente complicado.

El yeli aquí es realmente enorme. Los seres humanos crean constantemente yeli. Si el Maestro no viniera a rectificar el Fa, el viejo cosmos y los seres humanos habrían sido destruidos hace mucho tiempo.

Los seres superiores pueden ver que el mundo humano es una gran tina de tintura, con olas y olas de yeli. Cualquier vida que venga a este mundo tiene que cultivarse en medio de la ilusión. Nuestros ojos físicos crean una falsa apariencia, por lo que muchas personas se obsesionan con las búsquedas de lo material y pierden la oportunidad de obtener la salvación. Paso a paso, van dirigiéndose hacia la destrucción.

Una vez tuve un sueño en el que vi la manifestación del yeli: el mundo entero estaba envuelto en una sustancia negra y pegajosa.

En un entorno así, ¿no nos iba a resultar difícil permanecer diligentes? En cuanto nos relajamos, nuestros pensamientos pueden hundirse en el mar de los deseos mundanos.

Pero, como nuestras circunstancias son tan difíciles nuestra ascensión es la más rápida. Estamos cultivándonos con el Dafa (o  la Gran Ley) del universo. Somos discípulos del Maestro, quien nos cuida.

Así que no te menosprecies. Aunque salves a una sola persona, eres la única esperanza tanto para ella como para muchos otros seres del cosmos.

Los practicantes no deben subestimarse unos a otros

Me he dado cuenta de que he menospreciado a otros practicantes. Algunos también me han menospreciado. A veces, solo podemos ver los defectos de los demás. No podemos ver el lado que han cultivado bien. Entonces, ¿no nos estamos dejando confundir por su comportamiento cuando pensamos: "Por qué él o ella es así"?

A lo largo de nuestras innumerables reencarnaciones, no sabemos cuántos veces nos hemos agraviado unos a otros. Algunas personas se enfadan incluso cuando piensan en ciertas personas. pero esa no es su verdadera naturaleza. Cuando nos conocimos en el Cielo y decidimos reencarnar juntos, ¿nos menospreciábamos?

En la película "Coming for You", dos seres divinos establecieron un vínculo sagrado en el Cielo y siguieron al Santo Rey a la Tierra para salvar a todos los seres. Fueron muy solemnes, comprensivos y respetuosos el uno con el otro.

Al reencarnar, los dos se convirtieron en marido y mujer, pero no se llevaban bien. A menudo, él le pegaba tanto que ella se iba corriendo a casa de su madre. La pareja se odiaba y quería divorciarse. Aunque el marido era un santo en el Cielo, en esta vida era un simple matón.

Solo el Maestro conoce nuestro verdadero ser y el origen de cada practicante. Siempre mira nuestro lado bueno y nos aprecia tanto que no quiere dejarnos atrás a ninguno. Además, ha soportado enormes dificultades para salvarnos.

Si no vemos las situaciones desde la perspectiva de la cultivación, podemos quedar atrapados en los agravios. Si los practicantes se desprecian unos a otros, entonces no podremos formar un solo cuerpo. Las viejas fuerzas podrán entonces generar más brechas entre los practicantes y perseguirnos.

Después de descubrir este problema, envío pensamientos rectos para rechazar todos los pensamientos de crítica contra otros practicantes. Cuando salen a la superficie, me acuerdo de la película "Coming for You" y me recuerdo: Cuando nos reunimos en el Cielo y decidimos ayudar al Maestro a salvar a los seres conscientes, ¿nos despreciábamos los unos a los otros? En absoluto. Cada uno de los practicantes tiene sus puntos fuertes y es digno de mi respeto.

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Nota del editor: El artículo representa únicamente la opinión del autor y está destinado a compartir entre los practicantes según la enseñanza del Fa: “...comparte en el aprendizaje y comparte en la cultivación…” (Cultivación sólida, Hong Yin).

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