(Minghui.org) Después de que la señora Mu Caiying, residente en el condado de Ningqiang, en la ciudad de Hanzhong, provincia de Shaanxi, fuera liberada en 2016 tras cumplir 3.5 años de prisión por practicar Falun Gong, realizó trabajos esporádicos para ganarse la vida, ya que la Estación Forestal de Dajiaba la había despedido por defender su fe. Pero la persecución estaba lejos de terminar. Agentes de la Oficina 610 local la perseguían cada vez que se desplazaba e intentaban obligarla a renunciar a Falun Gong. En 2021, con su salud deteriorada por las torturas sufridas en la cárcel, no podía seguir trabajando y dependía de un subsidio de bajos ingresos para salir adelante.
El 6 de septiembre de 2021, las autoridades locales se presentaron en el domicilio de la Sra. Mu y le exigieron que firmara un documento de renuncia a su fe. La amenazaron con enviarla a la cárcel y a centros de lavado de cerebro, con suspender su subsidio de bajos ingresos y su vivienda pública, así como con despedir a su hija de un puesto gubernamental.
Aunque la Sra. Mu se negó a obedecer, los funcionarios la obligaron a colocar sus huellas dactilares en la declaración de renuncia y la fotografiaron.
Esta es la tercera vez que la Sra. Mu es acosada desde 2021. En enero, Zhao Nancheng y Zhang, del Comité Residencial de Qiangzhou, la acosaron. En marzo, otros cuatro funcionarios del gobierno de la ciudad de Hanyuan registraron el apartamento de la Sra. Mu, con la excusa de "cuidarla".
Primer período en el campo de trabajo
Desde que el Partido Comunista Chino comenzó a perseguir a Falun Gong, una práctica espiritual de ejercicios y meditación, en 1999, la señora Mu, de 59 años, ha sido llevada a centros de lavado de cerebro tres veces, a un campo de trabajos forzados dos veces (durante un total de 3.3 años) y encarcelada durante 3.6 años en total. Fue sometida a varias torturas inhumanas mientras estaba detenida y desarrolló complicaciones de salud como resultado.
Cuatro policías del Departamento de Policía del Condado de Jingqiang irrumpieron en el apartamento de la Sra. Mu el 22 de agosto de 2005. La llevaron a la Estación de Policía de la Ciudad de Hanyuan y la esposaron a un largo banco durante la noche.
Mientras estaba retenida en el centro de detención, la golpearon brutalmente varias veces y perdió la audición en ambos oídos. Los guardias le esposaron la mano izquierda al marco de una puerta y siguieron empujando la puerta de un lado a otro hasta que el hueso de la muñeca izquierda quedó al descubierto. Entonces los guardias cambiaron a su mano derecha y continuaron la tortura hasta que se desmayó. La esposaron y encadenaron a un lecho de muerte. En ese momento, la Sra. Mu tenía el período y la sangre menstrual empapó sus pantalones y su ropa.
Recreación de la tortura: El lecho de muerte
Para protestar por la persecución, Mu hizo una huelga de hambre. Cuando fue liberada del lecho de muerte tres días después, su cuero cabelludo estaba totalmente entumecido. La esposaron y la obligaron a llevar grilletes de 8 kg (16 libras) durante otra semana. Para encubrir la tortura, el centro de detención le cambió a la fuerza la ropa y los pantalones a la Sra. Mu antes de permitirle reunirse con sus familiares durante una visita. El oído derecho de la Sra. Mu recuperó gradualmente su audición medio año después, pero su oído izquierdo quedó dañado permanentemente.
La Sra. Mu fue condenada a 2 años de prisión en el Campo de Trabajos Forzados para Mujeres de Shaanxi, tras permanecer 57 días en el centro de detención. La privaron del sueño, no le permitieron ir al baño y la obligaron a realizar trabajos intensivos no remunerados. En una ocasión, los guardias la obligaron a permanecer de pie durante 1 mes por no renunciar a Falun Gong.
Segunda condena en el campo de trabajo
La Sra. Mu fue detenida de nuevo el 7 de mayo de 2008. La llevaron a un centro de lavado de cerebro en la ciudad de Hanzhong. Debido a un terremoto, unos días después, fue trasladada al Centro de Detención del Condado de Ningqiang. Insistiendo en que no había hecho nada malo al practicar Falun Gong, la Sra. Mu se negó a memorizar las reglas de la prisión o a escribir la declaración requerida para renunciar a Falun Gong. El director del centro de detención, Liao Ninglan, la golpeó con un látigo de cuero con púas. Toda la espalda de la Sra. Mu quedó azul y negra. Y fue obligada a llevar grilletes de 14 kg (30 libras) durante 10 días.
A la Sra. Mu se le impuso otra condena de 2 años en el campo de trabajo sin el debido proceso. En octubre la llevaron a la Prisión de Mujeres de la Provincia de Shaanxi. La pusieron en régimen de aislamiento y las reclusas la maltrataron verbalmente todos los días. También la obligaron a limpiar el baño con las manos. Durante su estancia, su lugar de trabajo la degradó y redujo su salario, antes de finalmente despedirla.
La policía confiscó la notificación de liberación de su segundo período en el campo de trabajo y los documentos sobre el primer período en un allanamiento de su casa años más tarde.
Otros dos meses de detención
Poco después de que la Sra. Mu fuera liberada el 11 de agosto de 2009, fue detenida de nuevo y llevada a un centro de lavado de cerebro durante dos meses, bajo la directiva del director de la Oficina 610, Li Kejian.
Li Qingbao, un director de su lugar de trabajo, solicitó su liberación, pero fue rechazada por Yan Bin, el jefe del centro de lavado de cerebro.
Alimentada a la fuerza con orina en la cárcel
Unos diez policías detuvieron a la Sra. Mu en su lugar de trabajo el 30 de agosto de 2012 y la llevaron al Centro de Detención de Hantai. El Tribunal del Condado de Ningqiang celebró un juicio para ella el 25 de diciembre de 2012 y la condenó a 3.5 años.
Unos días después, los funcionarios del tribunal se presentaron en el centro de detención y ordenaron a la Sra. Mu que firmara el veredicto. La amenazaron con enviarla a la cárcel incluso sin su firma. Después de que ella insistiera en apelar el veredicto, le dijeron: "Si puedes tener tu apelación lista en 5 minutos, te permitiremos presentarla; de lo contrario, te llevaremos a la cárcel de inmediato".
La Sra. Mu escribió una frase: "No hay nada malo en vivir según los principios de Falun Gong de Verdad-Benevolencia-Tolerancia para ser una buena persona. No he infringido ninguna ley. Pido encarecidamente que se apele".
Unos meses después, el Tribunal Intermedio de la ciudad de Hanzhong celebró una vista sobre su caso de apelación y decidió mantener la sentencia original. En enero de 2014, Mu fue trasladada a la Prisión de Mujeres de la Provincia de Shaanxi.
Durante 2.2 años que permaneció en prisión, fue sometida a diversas formas de tortura y humillación, lo que le causó una enorme angustia tanto mental como física.
Estuvo privada de sueño durante mucho tiempo. Como no se le permitía ir al baño, la obligaban a hacer sus necesidades en los pantalones. Una vez no pudo aguantar y orinó en su propio lavabo. Las reclusas Yan Hongli y Li la golpearon y patearon. Su pierna izquierda estaba lesionada y no podía estirarla. El dolor la mantuvo despierta toda la noche.
En otra ocasión, no pudo ir al baño durante más de 11 horas y tuvo que hacer sus necesidades en el cubo de la fregona. Yan Hongli la tiró al suelo y la orina se derramó por todo el piso. Yan gritó y chilló a la Sra. Mu que recogiera la orina en el cubo y le ordenó que se la bebiera. Cuando se negó, la alimentaron a la fuerza con la orina. Después, las reclusas la golpearon, lo que provocó que se le hinchara la cara, se le amoratara la nariz y la boca, y se le aflojara un diente delantero, que luego se le cayó.
Despedida por defender su fe, sin pensión tras la jubilación
El lugar de trabajo de la Sra. Mu, una unidad afiliada al gobierno, suspendió su sueldo en 2012 y emitió un documento para despedirla oficialmente de su puesto en 2014, cuando le faltaban tres años para cumplir los 30 años de servicio, momento en el que tendría derecho a recibir las prestaciones de jubilación.
Al no tener capacidad económica para pagar los últimos tres años de contribución a su cuenta de la seguridad social, la Sra. Mu quedó excluida de cualquier prestación de jubilación y tuvo que realizar trabajos esporádicos para mantenerse.
Cuando solicitó el subsidio por bajos ingresos en 2019, las autoridades intentaron utilizarlo como una excusa para que renunciara a Falun Gong.
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