(Minghui.org) ¡Saludos Maestro! ¡Saludos compañeros practicantes!
Comencé a practicar Falun Dafa en 2005. En esa época me cultivaba sola. Después de que comenzó la persecución, nunca me preocupé por mi seguridad cuando aclaraba la verdad. Durante 16 años, llueva o brille el sol, no he dejado de hablar con la gente sobre la persecución ni un solo día.
Eliminando las nociones humanas
Con la protección y guía del Maestro, cada día he ayudado a unas 10 personas a renunciar al Partido Comunista Chino (PCCh). En un buen día el número superaba los 30. Hasta ahora he ayudado a más de diez mil personas a renunciar al PCCh.
Para aclarar mejor la verdad uno debe estudiar bien el Fa, así que presté mucha atención al estudio del Fa y al envío de pensamientos rectos. Me levanto a las 3 de la mañana todos los días para hacer los ejercicios. Todas las semanas realizamos el estudio del Fa en grupo en mi casa. Después de leer las enseñanzas, hacemos los ejercicios y enviamos pensamientos rectos a medianoche. Algunos practicantes comentan que se sienten como antes de la persecución.
Una madre, su hijo de 7 años, mi nieto de 6 años y yo formamos un grupo que enseña a los pequeños practicantes. Ahora los dos pequeños pueden recitar el Lunyu y a menudo salen a aclarar la verdad con nosotras.
A principios de 2020, cuando el virus del PCCh (Covid19) comenzó a propagarse, la ciudad en la que vivo fue confinada. A pesar de las restricciones, un practicante pudo repartir carteles y folletos en mi distrito. La norma de entonces era que solo una persona de cada hogar podía salir a hacer la compra cada día. Con la protección del Maestro, salí a repartir folletos y a pegar los carteles todos los días. Había poca gente en la calle. Hablé con todos los que encontré y casi todos aceptaron los hechos y renunciaron al PCCh.
En mi casa conviven cuatro generaciones. Mis suegros tienen más de 90 años y mi nieto 6. Nos respetamos y nuestras relaciones son armoniosas. Mi suegra se cayó un día y necesitó de mi ayuda para cambiarle el pañal y asearse. Me aseguré de que estuviera siempre bien alimentada y limpia.
En el proceso de cuidarla, muchos de mis apegos quedaron expuestos. Cuando estaba en la cama y seguía preguntando por mí, me irritaba de manera inusual y le hablé con mala actitud, ya que no podía controlar mi temperamento. Interiormente, estaba resentida por el trabajo extra. Ninguno de los hermanos de mi marido quería ocuparse de su madre. Venían una vez al mes a verla y yo tenía que preparar una gran cantidad de comida para recibirlos. Me molestaba que no me ayudaran a cuidar de su madre.
Cuando hablé con un practicante sobre mi situación, me di cuenta de que había llegado el momento de abandonar mis nociones. El ser que se sentía resentido y guardaba rencor no era mi verdadero yo. Era la sustancia egoísta que había en mí y que debía eliminar. Ninguna situación podía impedirme hacer las tres cosas y ninguna noción humana podía impedirme salvar a la gente.
Mientras mi suegra estaba postrada en la cama, yo seguía saliendo a aclarar la verdad todos los días. Después de enviar pensamientos rectos por la mañana, terminaba todas las tareas y preparaba las comidas. Me aseguré de que estuviera limpia, de que se le cambiara el pañal y de que tuviera todo lo que necesitaba. Le recordé a mi suegro que no la moviera. Cada día tenía unas dos horas para salir y aclarar la verdad.
Por la noche, nadie salía a causa de la pandemia. Fui a diferentes edificios para poner carteles en los pasillos. Una noche me encontré con un joven que vivía enfrente de mí. Sabía que era abogado y que su padre trabajaba en un juzgado. Durante un tiempo me encontré con él casi cada vez que salía a aclarar la verdad. Mis apegos al miedo y a la sospecha afloraron y pensé que me estaba siguiendo. Mi miedo y mi sospecha se intensificaron y me estresaron como un enemigo terrible.
Esto duró un mes. Para eliminar mis pensamientos negativos, incrementé el tiempo de estudio del Fa y el envío de pensamientos rectos. Le pedí al Maestro que fortaleciera mis pensamientos rectos. Al mismo tiempo, insistí en salir a aclarar la verdad todas las noches. Tenía un pensamiento: "He venido para ayudar al Maestro a rectificar el Fa y salvar a la gente. Nada puede detenerme". Poco a poco mi miedo desapareció mientras continuaba contándole a la gente los hechos.
Seguir recordándole a la gente que Falun Dafa es bueno
Fui a todos los centros comerciales y mercados de la ciudad para aclarar la verdad. Muchos propietarios de tiendas me conocieron y se hicieron amigos míos. Cada Año Nuevo les daba calendarios de Falun Dafa y les decía que debían recordar que: "Falun Dafa es bueno" y "Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno".
Cuando llegó la pandemia, todos los negocios cerraron y mucha gente aún no había oído hablar de la verdad. Me sentía preocupada y quería que los negocios volvieran a abrir. Quería decirles que estarían a salvo si recordaban que Falun Dafa es bueno. También quería ver si había nuevos propietarios de negocios y presentarles Falun Dafa.
Cuando la pandemia remitió, los negocios volvieron a abrir. Fui a los centros comerciales a los que solía ir y les di a todos los propietarios de las tiendas el código QR que les permitía leer información sobre la persecución y ayudarles a renunciar al PCCh. Les recordé que debían decirle a sus familiares y amigos la verdadera situación y les pedí que recordaran que "Falun Dafa es bueno" y "Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno" durante la pandemia para que ellos también pudieran estar a salvo.
Todos parecían emocionados de verme. Uno dijo: "¡Hermana, has vuelto a traernos cosas buenas!". En otra tienda les di a todos una tarjeta con el código QR. El dueño me dijo: "Hermana, podemos compartir una. ¡Dé el resto a los demás! Eres muy amable y siempre nos tienes en tus pensamientos".
Una cosa me conmovió especialmente. Durante tres años he estado aclarando la verdad a la dueña de una tienda. Fui más de diez veces y finalmente aceptó renunciar al PCCh. Al principio me rechazó rotundamente y me dijo: "¡Soy miembro del PCCh y no me creo nada de lo que dices! Compra lo que necesites o cállate y vete". Después de eso ella evitó hablar conmigo. Durante mucho tiempo dejé de ir a su tienda.
El pasado Año Nuevo, fui a su tienda para regalarle un calendario. En cuanto me vio, me dio una calurosa bienvenida: "Hermana, ¡hace mucho que no vienes a mi tienda! Te he echado de menos". Le dije que le había traído algo bueno. Ella me dio las gracias. Le pregunté si quería renunciar al PCCh y le dije: "Ahora hay tantas calamidades. Solo renunciando al PCCh estarás a salvo". Con una sonrisa en la cara dijo: "Sí, renunciaré". Entonces me sugirió que también diera calendarios a los dueños de las dos tiendas cercanas a la suya: "Iré a traerlos aquí". Trajo a los dos propietarios de las tiendas y comencé a aclararles la verdad. Ella ayudó diciendo: "Es una buena persona, deberían escuchar y renunciar al Partido". Ambos aceptaron la verdad y renunciaron al PCCh.
De camino a casa, me sentí conmovida. ¡Por fin había entendido la verdad después de tres años! El tiempo es muy limitado y la gente sigue esperando ansiosamente que los practicantes los salven. Debemos ser pacientes porque esta gente tiene el cerebro muy lavado por la propaganda del PCCh. Si no nos damos por vencidos, las personas con relación predestinada acabarán salvándose.
Todos los días aclaro la verdad en los mercados cuando hago la compra. Hablo con todos los que conozco: los propietarios de las tiendas y sus clientes. He ayudado a muchos a renunciar al PCCh.
Después de que la gente haya renunciado al PCCh, todavía pueden olvidar la verdad sobre Falun Dafa porque están rodeados de la propaganda del Partido. Visito al dueño de cada tienda dos o tres veces para recordarles que "Falun Dafa es bueno". Ahora todos ellos me conocen y saben que los practicantes de Falun Dafa son buenas personas. Están de acuerdo en que "Falun Dafa es bueno" y "Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno".
Una vez fui a un supermercado a comprar una bolsa de arroz y una anciana me siguió. Sabía que el Maestro la había enviado y empecé a pensar en cómo podía contarle los hechos. Ella habló antes que yo: "¿Cómo se cocina el arroz?". Respondí a su pregunta. Cuando salí de la tienda, ella también se fue. Rápidamente la llamé: "Espera, tengo algo que decirte. La pandemia da miedo ahora. ¿Has oído hablar de cómo estar a salvo renunciando al PCCh?". Ella dijo que nunca había oído hablar de ello y me preguntó cómo. Le dije que el Cielo eliminaría al PCCh porque persigue a Falun Dafa y ha cometido numerosos crímenes. Los que se unieron al PCCh y a sus organizaciones afiliadas se comprometieron a dar su vida al Partido. Al renunciar, uno puede evitar ser eliminado con él. Uno debe anular la promesa que hizo para mantenerse a salvo.
Estaba muy contenta y me pidió que la ayudara a renunciar a la Liga Juvenil y a los Jóvenes Pioneros. Entonces le conté cómo había conseguido una excelente salud gracias a la práctica de Falun Dafa y le regalé un recuerdo de Falun Dafa. Me pidió otro para dárselo a su hermana mayor porque estaba enferma. No quería irse y siguió hablando conmigo y dándome las gracias hasta que su marido vino a buscarla.
Hace unos días fui a un mercado y hablé con un agricultor de maíz. Me dijo que nunca se había afiliado a ninguna de las organizaciones del PCCh y que no quería el código QR. La segunda vez que fui, elogié la calidad de su maíz y al hacerlo muchos clientes se acercaron a su puesto. Les aclaré la verdad a los clientes. La tercera vez que fui a ver al agricultor de maíz, nos hicimos más amigos. Me dijo que nunca se había afiliado a ninguna organización del PCCh. Sin embargo, esta vez me pidió que le diera el código QR y un recuerdo de Falun Dafa, y se alegró de recibirlos.
Últimamente los negocios se han ralentizado y los propietarios de las tiendas de los centros comerciales tienen caras largas. Utilizando los tópicos de la mala economía china y la pandemia, es fácil aclarar la verdad y conseguir que la gente renuncie al PCCh. Casi todos con los que he hablado han renunciado de inmediato.
Una mujer que vende ropa se acercó a mí y me dio una palmadita en el hombro después de que le contara los hechos. Estuvo de acuerdo y me dijo: "Eres realmente una buena persona. ¿Cómo es que eres tan amable?". Incluso me dijo que no tenía que comprar su ropa si no me gustaba. Pude ayudar a decenas de personas en ese centro comercial a renunciar al Partido.
Muchas personas tuvieron reacciones adversas después de vacunarse. Un amigo mío me dijo que sentía como si su corazón ardiera después de vacunarse. Le sugerí que recitara "Falun Dafa es bueno" y "Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Su mujer y dos vecinos estaban allí. Aproveché la oportunidad para aclararles la verdad. Su mujer me pidió un recuerdo de Falun Dafa y el código QR. Sostuvo con cuidado el recuerdo y dijo: "A partir de ahora, recitaré 'Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno' todos los días". Sabía que era sincera y seria. Se dirigió a su marido y le dijo que practicara Falun Dafa conmigo.
Nuestro equipo local de aclaración de la verdad
Los practicantes locales formaron equipos de aclaración de la verdad para ayudar a los practicantes a vencer su miedo de salir a aclarar la verdad solos. Nos dividimos en grupos y fuimos a diferentes partes de la ciudad. Cada día ayudábamos a decenas, a veces a un centenar de personas, a renunciar al PCCh.
Muchos practicantes que al principio tenían miedo de aclarar la verdad, poco a poco se volvieron buenos en ello. Ahora pueden salir por su cuenta. En el proceso de ayudarles, vi muchos de mis propios apegos. Estaba acostumbrada a colaborar con determinados practicantes o por mi cuenta. Podía aclarar la verdad dondequiera que fuéramos. Cuando tuve que formar equipo con más practicantes con los que no estaba familiarizada, tuve que cambiar y la situación se volvió un reto.
Vi que tenía una noción: no quería ser molestada. Esta noción quedó expuesta cuando tuve que formar equipo al azar con otros practicantes. Me di cuenta de que no debía ser exigente cuando tenía que colaborar con practicantes que nunca habían aclarado la verdad. Después de todo, somos un solo cuerpo.
Una vez me acompañó una practicante mayor para aclarar la verdad. Yo caminaba rápido y ella tenía que acelerar e incluso correr un poco. Vi que resollaba después de que subimos unas escaleras. Cuando me enteré de que tenía más de 80 años, supe que había sido egoísta y no había tenido consideración hacia ella.
Mientras colaboraba con ella, vi que tenía perseverancia y que no tenía problemas para salir incluso con mal tiempo. Me sentía avergonzada de ser reacia a formar equipo con ella porque era lenta y me interrumpía a menudo cuando hablaba con la gente. Lo hablé con ella y no tuvo ningún problema en cambiar.
Un día de nieve, la practicante anciana se dirigió rápidamente en su bicicleta al lugar de reunión. Recuerdo que pensé: "Una persona común nunca haría eso, solo un practicante podría". Una persona de más de 80 años montó en bicicleta rápidamente en un día de nieve queriendo salvar a la gente. Conmovió a todos los practicantes. Se unía a nosotros todos los días y ningún estado del tiempo podía impedirle salvar a la gente.
Sucedió algo increíble. Un día me olvidé de la hora y cuando terminé de aclarar la verdad, solo tenía 20 minutos para ir a buscar a mi nieto. Normalmente tardaba más de 30 minutos en llegar a casa en bicicleta. Ese día me dije que podía viajar por otra dimensión y el Maestro no me dejaría llegar tarde. Llevé a una practicante en mi bicicleta y me apresuré en llegar a casa. Cuando llegué, miré el reloj y solo habían pasado 15 minutos.
En los últimos 16 años, aclaré la verdad en todas partes y siempre que pude. Con la protección del Maestro, he caminado con firmeza y seguridad por el camino de la cultivación. Me siento bendecida por ser discípula del Maestro. Vine por el Fa y por todos los seres. No dejaré de salvar a la gente y progresaré vigorosamente para cumplir mis votos y seguir al Maestro a casa.
¡Gracias Maestro por su bondadosa salvación!
Por favor, señalen cualquier cosa que haya dicho que sea inapropiada.
(18.º Fahui de China en Minghui.org)
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