(Minghui.org) Como practicante, si queremos seguir limpiándonos y purificándonos, así como elevándonos, tenemos que cumplir con estándares más altos, no podemos ser como la gente común. Después de haberme cultivado durante tantos años, siento que he cambiado. Ahora puedo considerar primero las necesidades de los demás cuando hago cualquier cosa y sigo la guía del Maestro. Mido todo lo que hago basándome en el Fa. También puedo mirar primero hacia adentro cuando encuentro problemas, reflexionar sobre mí y cultivarme verdaderamente.

El Maestro dijo:

“Todos saben que después de alcanzar ese nivel de luohan, al encontrarse con cualquier suceso no se lo guarda en el corazón, no se guarda, en absoluto, ningún asunto de la gente común en el corazón, se está siempre alegre y sonriente, y por más que se salga perdiendo ampliamente, igual se está alegre y sin darle importancia” (Novena Lección, Zhuan Falun).

Soy una cultivadora, lo que influye en mi comportamiento. Debo esforzarme por hacer bien las tres cosas, cultivarme bien, estudiar bien el Fa, enviar bien los pensamientos rectos y salvar a más seres conscientes.

El Maestro dijo:

“Si un estudiante quiere “ayudar a Shifu a rectificar el Fa”, entonces solo debe preocuparse por cómo hacer de la mejor manera aquello que Shifu quiere, esto es lo que debes hacer” (Qué significa ayudar a Shifu a rectificar el Fa, Escrituras esenciales para mayor avance (III)).

Por lo tanto, hago lo que el Maestro dijo.

El Maestro me llevó a casa a través de otra dimensión

Me gustaría relatar una experiencia inolvidable. Salí a distribuir materiales informativos de Falun Gong una noche en la primavera de 2010. Había mucha gente, pero un coche de policía se abrió paso entre la multitud con la sirena encendida, así que no fue fácil repartir mis folletos. No repartí muchos aunque caminé durante mucho tiempo. Salí de mi casa a las siete y pensé: "Déjame viajar por otra dimensión".

Seguí caminando y me di cuenta de que se había vuelto muy silencioso y ya no había farolas. Pensé que esta calle sería un buen lugar para distribuir materiales aclaratorios de la verdad y dejé unos cuantos folletos de Dafa en las tiendas del camino. Después de pasar un cruce, me di cuenta de que ya no se oía la sirena de la policía y había menos gente. No pensé mucho en ello, solo quería que la gente tuviera acceso a la verdad sobre Dafa.

Como era de noche, no podía saber en qué dirección estaba caminando. Pensé que si caminaba demasiado, tomaría un taxi para volver a casa. Sin embargo, cuanto más caminaba, más pequeñas eran las multitudes. Vi hileras de coches a ambos lados de la calle y una pareja joven caminando. En ese momento, no me apetecía hablar. Entonces vi a una pareja que llevaba a una chica a través de una gran puerta de la luna. Seguí caminando.

Unos tres o cuatro niños jugaban delante de una casa y dos grandes camiones de basura pasaban haciendo mucho ruido. Había un puesto de barbacoa al lado de la carretera y me di cuenta de que la parrilla utilizada para asar la carne era inusual: tenía una chimenea cuadrada en un lado. Era diferente de lo que solía ver. Le pregunté a la mujer junto a la parrilla: "¿Has empezado a cocinar?". Ella respondió sin darse la vuelta: "¿No acaban de salir todos estas brochetas de la parrilla?". Tenía el pelo amarillo rizado y solo le vi la espalda, no la cara.

En ese momento vi una barricada metálica al otro lado de la carretera. Me pregunté: "¿Pasa algo? No puedo seguir adelante". En mi corazón, le pregunté al Maestro: "Maestro, ¿debo detenerme aquí por hoy? Continuaré mañana. Quiero volver a casa".

El Maestro dijo:

“Lo que piensas en tu mente, mis Fashen en otro espacio lo saben todo. Como los conceptos de espacio-tiempo en ambos espacios son diferentes, viéndolo dentro del otro espacio, la formación de tus pensamientos lleva un proceso extremadamente lento. Antes de que pienses, él puede saberlo todo, por lo tanto, debes abandonar todos tus pensamientos incorrectos” (Segunda Lección, Zhuan Falun).

Vi que un coche se había detenido no muy lejos, así que me acerqué y le pregunté al conductor si podía llevarme. Me pidió que esperara. En ese momento, un hombre grande con traje salió del asiento del pasajero delantero y el conductor dijo: "Sube. Vamos a esperarle un poco".

Me senté en el asiento trasero. Al cabo de un rato, aquel hombre volvió a subir al coche. No pude ver su cara con claridad, pero me sentí a gusto. Cuando el motor se puso en marcha, sonó como si el coche circulara por el agua; de hecho, oí cómo brotaba el agua. Me pregunté por qué habría tanta agua en un día tan claro. Al cabo de un rato, el coche dio una vuelta y vi claramente la multitud que había antes bajo las luces de la calle.

El coche se detuvo ante mi casa y me bajé. Justo cuando me enderezaba, oí un "woo" y me volví para ver qué era. Para mi sorpresa, el coche no se veía por ninguna parte, ¡ni siquiera una sombra!

¿A quién podría contarle esto? ¿Quién me creería? ¡Pero sí me ha pasado de verdad! No estoy tratando de decir lo bien que me cultivo. Al contrario, ¡solo me decía que cultivaba tan mal que el Maestro tenía que preocuparse por mí! Era un ejemplo de la benevolencia del Maestro: su gran misericordia me había protegido.

Este incidente me ha animado todos estos años, recordándome que debo ser diligente en mi cultivación.

Sigue al Maestro y nunca vuelvas atrás

La pandemia fue muy grave en el año 2020, y nuestro distrito fue bloqueado. Se cerraron las entradas de todos los subdistritos y nadie podía entrar ni salir. Luego, se anunció otra regla: Solo una persona por hogar podía salir de casa para comprar cada dos días y esta persona tenía que volver en dos horas. Si no, nadie podría salir de la casa. El bloqueo dificultó mucho la aclaración de la verdad en el distrito, por lo que tuve que aprovechar bien esas dos horas. Antes, podíamos charlar con los demás cara a cara cuando aclarábamos la verdad, pero ahora, si saludabas a alguien, se asustaba tanto que se alejaba.

¿Qué debo hacer? ¡Cambiar el método! Cuando iba al supermercado a hacer la compra, la gente parecía asustada, pero por muy difícil que fuera, no podía ser negligente a la hora de salvar a la gente. Más tarde, el supermercado exigía que todo el mundo escaneara un código de barras y que se comprobara su identidad. Si no, no se podía entrar, así que busqué supermercados de más fácil acceso o supermercados pequeños.

Enfrentarse a las tribulaciones

Un día, cuando volvía de aclarar la verdad, había una capa de nieve fresca que cubría el hielo de la terraza de mi patio. Llevando el arroz y las verduras, resbalé y me caí, cayendo sobre el lado derecho del pecho y el brazo derecho.

No podía mover el brazo, pero enseguida pensé: "Estoy bien. Soy una practicante, tengo la protección del Maestro. No hay ningún problema". Me levanté y entré en la casa. Sin embargo, me dolía mucho el brazo y el lado derecho del cuerpo. Pensé que se trataba del mal que me perseguía porque estaba haciendo lo más recto: no había nada malo en salvar a los seres conscientes.

Esa tarde, hice los ejercicios. No podía levantar el brazo derecho, así que utilicé la mano izquierda para levantar la mano derecha. Aunque era muy doloroso, persistí. Cuando se hizo insoportable, rogué al Maestro en mi corazón que me empoderara, que no reconociera la persecución del mal y que no dejara que eso me impidiera salvar a los seres conscientes y hacer los ejercicios. También recité: "«Difícil de soportar, se puede soportar; difícil de hacer, se puede hacer»" (Novena Lección, Zhuan Falun).

Durante los siete días siguientes, sentí el pecho tan apretado que no podía respirar correctamente cuando dormía por la noche. Cuando me palpé el pecho, el lado derecho sobresalía mucho más que el izquierdo y también lo sentía muy caliente. Y no importaba dónde pusiera el brazo, me dolía y me hacía difícil conciliar el sueño.

Miré en mi interior para ver qué había hecho mal que permitiera al mal tener una excusa para perseguirme. No estaba apegada al dinero ni a la lujuria, y no me importaban mucho las relaciones. ¿Por qué me perseguían?

Ah, lo encontré. Todavía me aferraba al odio. Este apego se manifestaba ocasionalmente cuando me quejaba de que mi marido no me apoyaba en mi cultivación, se negaba a ayudarme en la casa y me creaba problemas. Cuando la policía vino a nuestra casa para acosarme, él les abrió la puerta y no me dijo que estaban allí. No los detuvo cuando confiscaron mis libros de Dafa y la grabadora que utilizaba para hacer mis ejercicios. No hizo nada cuando me detuvieron durante 15 días. Podría seguir hablando de todas las cosas que pensé que hizo mal.

Sabía que no debía sentir odio y traté de deshacerme de este apego, pero no pude hacerlo. Incluso acusaba a mi hija de no quererme y de no apoyarme. Cada vez que surgían estos apegos, enviaba pensamientos rectos para deshacerme de ellos, pero al cabo de un tiempo volvían a aparecer. No podía deshacerme de ellos. Me sentí muy mal por haber sido tan decepcionante, pero pensé: "Soy una practicante de Dafa. Si hay áreas que no cultivé bien, las rectificaré basándome en el Fa. Tengo un Maestro que me vigila y el mal no tiene derecho a perseguirme. No voy a dejar que me impidan cultivarme".

No me salté ninguno de los ejercicios. Aunque me dolía tanto el brazo que no podía hacerlos bien, persistí. Mientras hacía el segundo ejercicio, me dolía tanto el brazo que me temblaba y apenas podía mantenerme en pie. Envié un pensamiento: "Maldad, no puedes detenerme en mi camino de cultivación. Ni siquiera temo a la muerte, ¿por qué habría de temer al dolor? Eso nunca me hará caer. Ya que me provocas dolor, te haré lo mismo". Aunque el dolor era insoportable, no lo reconocí.

El Maestro dijo:

“Durante el xiulian, el ye tiene que ser eliminado, y eliminar ye es doloroso, ¡pues dónde existe que el gong crezca cómodamente! Así, ¿cómo quitarías tu apego?” (Sexta Lección, Zhuan Falun)

Continué saliendo a salvar a la gente, y gradualmente me sentí mejor.

La gente está de acuerdo con el Maestro y con Dafa

Una vez conocí a un hombre mayor que entendía la verdad en un gran centro comercial. Dijo: "Este año tengo 91 años. Nunca fui a la escuela. Sé que todos ustedes son buenas personas. Espero que el Maestro Li regrese pronto a China. Tiene que volver pronto". Se me llenaron los ojos de lágrimas y le dije: "¡Señor, gracias por decir eso! Usted es una buena persona, así que definitivamente será bendecido. Recuerde que "«Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno», «Falun Dafa es bueno»". Dijo que lo haría. He tenido muchos encuentros similares.

Por supuesto, cada individuo es diferente. A lo largo de todos estos años, he conocido a todo tipo de personas mientras aclaraba la verdad. Algunos no entienden por qué alguien como yo, que ya es mayor, no se queda en casa para descansar y ver la televisión cómodamente. No entienden por qué salgo a hablar con la gente, por lo que no quieren escuchar lo que digo. También hay gente que me menosprecia. Cada vez que nos encontramos con gente así, los compañeros me dicen: "¡No te lo tomes a pecho!". No puedo odiar a esa persona por no entender la verdad, porque no he hecho un trabajo suficientemente bueno aclarándole la verdad.

Mientras aclaro la verdad para salvar a los seres conscientes y dar a las personas con relaciones predestinadas la oportunidad de salvarse, nunca me siento cansada. Cuanto más camino, más relajada y ligera me siento.

El Maestro dijo:

“Es decir, entonces, este asunto nunca existió. Desde la apertura de Cielo y Tierra nunca existió la grandiosa manifestación de la rectificación del universo; desde la apertura de Cielo y Tierra tampoco existieron Dafa dizi. Shifu abrió y creó esta Gloria, guiándolos a ustedes a entrar en este momento histórico. Cultívense bien, esfuércense al máximo ustedes mismos en la salvación de la multitud de seres, ¡háganlo aún mejor!” (Fahui de Nueva York 2019).

“Espero que al final de este proceso, los Dafa dizi hagan lo mejor por salvar a más gente y hacerlo aun mejor, de forma que vuestra poderosa virtud sea aun mayor. No deben aflojar en este aspecto, y deben hacerlo aun mejor” (Sean más diligentes, Colección de Enseñanzas del Fa, Vol. X).

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