(Minghui.org) Nací en una familia de campesinos y crecí entre palizas y regaños. Mi madre era analfabeta pero se convirtió en líder de la organización de la guardia roja del partido comunista chino durante la gran revolución cultural. El temperamento de mi madre era violento y nunca sentí su cálido amor maternal.
A través de un mediador, me casé a la edad de 20 años y viví en un pueblo no muy lejos de mi casa. Imaginé que podría tener una suegra que me amara y un marido que me cuidara. Pero cuando me casé, me trataron como una criada. Cocinaba para toda la familia y lavaba a mano toda su ropa. Al final, tanto mi suegra como mi marido me miraban con desprecio y me golpeaban. Después de cuatro años, me divorcié y quise convertirme en monja. Más tarde, conocí a mi actual marido.
Mi marido y yo discutimos sobre la construcción de una casa en 1997. Despierta toda la noche, pensé: "La gente está luchando por la fama y los beneficios. ¡Qué grande sería dejar estas cosas a un lado!". A la mañana siguiente, fui a visitar a una vecina que era practicante de Falun Dafa. Le pregunté: "¿Pueden los ejercicios de Falun Dafa ayudarme a dejar la fama, la ganancia y el afecto?". Ella respondió: "Sí, ¿cómo sabes esto?". Luego le pedí a mi vecina una copia del libro Zhuan Falun. Ella se sorprendió de que yo estuviera interesada en aprender sobre Falun Dafa.
Leí Zhuan Falun con entusiasmo y entendí los principios del ser humano. En el proceso de leer el libro, el Maestro Li (fundador de Falun Dafa) purificó mi cuerpo y sentí como si una mano agarrara algo de mi cabeza. De inmediato me volví lúcida, sintiéndome cómoda en todas partes. Sin darme cuenta, mi severa enfermedad estomacal se curó.
Entonces las pruebas para mejorar mi carácter vinieron una tras otra. Mi marido, que antes siempre me cuidaba, empezó a impedirme que hiciera los ejercicios. Cuando regresaba del lugar de práctica todos los días, me daba puñetazos y patadas. Al principio no podía soportarlo y peleaba con él aunque sabía que era una prueba para mí.
Una vez fui a la casa de un compañero practicante para ver el video de las conferencias del Maestro Li y mi madre cuidó a mi hijo por mí. Cuando volví, mi madre lloró, diciéndome que no cuidó muy bien al niño. Solo entonces vi que el niño se cayó de la cocina y se quemó la cara. Sabía que esto era una prueba de quing por el niño y mantuve la calma en mi corazón.
Cuando mi marido volvió a casa y descubrió esta situación, empezó a pegarme. Recordé que el Maestro dijo: "Ustedes que refinan gong ni siquiera devuelven el golpe al ser golpeados, no devuelven la injuria tras ser injuriados" (Novena Lección, Zhuan Falun).
Sin que me afectara, fui a una farmacia a comprar crema para quemaduras y la apliqué en la cara del niño. Todos mis vecinos dijeron que la cara de mi hijo tendría cicatrices. El niño no tuvo ningún dolor durante la recuperación y su cara se curó milagrosamente sin ninguna cicatriz.
Un día fui al sitio de práctica, pero no había nadie porque estaba lloviendo. Me fui a casa pero no pude abrir la puerta para entrar. Mi hijo de cuatro años me dijo que su padre cerró la puerta con clavos. Estaba empapada por la lluvia, pensando: "El Maestro nos dice que consideremos a los demás". Afuera, le dije a mi marido: "Por favor, ábreme la puerta para que pueda cocinar para ti y después puedas ir a trabajar". Abrió la puerta pero en cuanto entré en la casa, empezó a pegarme.
Le dije: "No te enfades, cocinaré para ti". Y repetí las palabras del Maestro Li en mi mente: "Difícil de soportar, se puede soportar; difícil de hacer, se puede hacer" (Novena Lección, Zhuan Falun).
Cada vez que volvía del sitio de práctica, mi marido me golpeaba; él siguió golpeándome durante más de un año. Fue difícil para mí pasar esta prueba. Durante más de un año, soñé muchas veces por la noche que llevaba ropas antiguas y luchaba con otros con una espada en la mano. También vi a un hombre que se cultivó por más de trescientos años venir a competir conmigo.
Después de aprender Falun Dafa, me di cuenta que este sueño tenía algo que ver con quitarme el apego a la competencia. Tal vez el comportamiento de mi marido implicaba deudas con él en mis vidas anteriores. Esta situación también ocurrió para eliminar mi qing por él.
Después de pensarlo de esta manera, cada vez que mi esposo me golpeaba de nuevo, ya no lo odiaba. Lo trataba bien sin resentimiento ni odio. Cada vez que lo veía ayudarme a mejorar mi carácter golpeándome con ira, sentía pena por él.
El Maestro dijo: "...porque a quienquiera que le cae el yeli siente malestar; está garantizado que es así" (Cuarta Lección, Zhuan Falun).
Con la bondad cultivada en Dafa, me preocupé por este hombre y consideré sus necesidades. Mi bondad finalmente movió a mi esposo y más tarde él también comenzó a practicar Falun Dafa. Nunca olvidaremos el día en que obtuvo el Fa. Después de ver los videos de las conferencias del Maestro y de aprender los ejercicios, él estaba lleno de emoción y lloró toda la noche. Después de aprender Falun Dafa, pensamos en los demás cuando nos encontramos con dificultades y nuestra familia está ahora en armonía.
Todos mis vecinos dicen que hemos cambiado para mejor. Ellos pueden ver que Falun Dafa es realmente bueno y cómo realmente cambió a una persona como mi esposo. Agradezco al Maestro por ayudarme y salvar a mi familia.
Mi esposo fue arrestado ilegalmente y detenido en el centro de detención del distrito por distribuir información sobre Falun Dafa en 2002. Fui a la comisaría para encontrar al oficial del caso y pedir la liberación de mi marido. En ese momento, mi cuñada y mi primo me acompañaron, y razonamos con ellos. Bajo la bendición del Maestro y el apoyo de mis parientes, mi esposo regresó a casa al día siguiente.
Las acciones rectas de mi primo y mi cuñada en el rescate de mi marido les trajeron todas las bendiciones. Mi primo ganó más de 200.000 yuanes con los cultivos de hierbas medicinales de ese año. Mi hermano mayor también prosperó en su negocio. ¡Todos saben que Falun Dafa es bueno!
Después de que mi suegro falleció, mi suegra vino a vivir con nosotros para que yo pudiera cuidarla. Ella estaba enferma y tenía dificultades para caminar. Yo lavaba toda su ropa y la mantenía limpia y ordenada sin ninguna queja. Cada vez que lavaba su ropa, mi suegra se conmovía tanto que lloraba y decía: "Ni siquiera mi propia hija me cuida tan bien".
La bondad que cultivé en Dafa tocó a la familia de mi suegra. ¡Todos ellos saben que Falun Dafa es bueno! Una de las hermanas de mi esposo también vino a aprender la práctica de cultivación de Falun Dafa.