(Minghui.org) Soy una practicante de Dafa que este año cumplirá nueve años. Mi abuela, abuelo, mamá y papá también son practicantes.
Superando la enfermedad
Según mi madre, nací con un tumor rojo en la mano, una marca de nacimiento llamada hemangioma. Me dijeron que si estallaba, podía desangrarme hasta morir. Mi mamá y mi papá me hicieron escuchar las conferencias del fundador de Falun Dafa, el Maestro Li Hongzhi, todos los días. Con el tiempo, el rojo desapareció.
Mi abuela dijo que mi mamá tenía histeromioma (tumores benignos en el útero, también llamados fibromas) cuando yo nací. Los tumores le fueron extirpados después de que yo naciera. Creo que el Maestro Li me estaba protegiendo. Después de convertirme en practicante de Falun Dafa, siempre he sido diligente en mi cultivación. Si no lo hago bien, no podré volver al lugar en el Cielo de dónde vengo.
Cuando tenía cinco o seis años, tuve una fiebre alta de 42 grados. Durante unos 10 días me resulto difícil comer y beber, lo que me hizo perder mucho peso. Mi mamá tenía un negocio que vendía vestidos, así que me sentaba en una silla en su tienda casi todo el día. Mis padres estaban muy preocupados, enonces mi mamá me compró parches antifebriles para que me los pusiera en la frente.
Sin embargo, yo creía en el poder del Fa y sabía que no tenía ninguna enfermedad. No quería usar los parches, pero mi padre no me escuchaba. Estaba frustrada y grité: "Es porque ninguno de ustedes puede dejar de apegarse a mí que no he mejorado todavía".
No sabía por qué dije eso, pero mi mamá inmediatamente dejó de usar los parches para la fiebre. Confiaba en que el Maestro Li me protegería y que recitar poemas de Hong Yin sin duda ayudaría a mi condición. Al continuar recitando Hong Yin y escuchando las grabaciones de las conferencias del Maestro, mi fiebre desapareció.
La pérdida y la ganancia de la virtud
Cuando tenía ocho años y estaba en el primer grado en la escuela, un niño siempre me pegaba. El Maestro les dice a los practicantes,
“…No devolvieron el golpe ni insulto a su agresor” (Exponiendo el Fa en Sidney).
No podía comportarme como ese chico, así que me contuve y no hice nada. Continuó golpeándome todos los días, y no lo denuncié. Un día, cuando me golpeaba, pensé que debía parar. ¿No me estás dando toda tu virtud al golpearme? Entonces se detuvo. Desde ese momento, supe que cualquier persona que me hiciera daño me ayudaría realmente dándome virtud.
Este año estoy en segundo grado, y me he relajado en estudiar las enseñanzas del Fa del libro Zhuan Falun. Leía con más frecuencia cuando estaba en primer grado.
En mi clase, había otro chico que siempre me pegaba. No quería ser como él, pero él continuó. Después de ser golpeada todos los días durante dos semanas, me sentía angustiada por ir a la escuela.
Finalmente, decidí decirle al profesor lo que él estaba haciendo. El maestro lo castigó y no se le permitió ir al recreo. Tuvo que quedarse adentro y no usar el baño, mientras todos los demás salían a jugar. Me sentí mal por él, y pensé que tal vez no debería haberlo denunciado. Tal vez mi holgazanería tuvo algo que ver con lo que pasó, e hice algo malo al delatarlo.
Me gusta ver programas de dibujos animados, y mi mamá me limitó a ver solo un episodio por sesión. Sin embargo, quería ver más y seguí mirándolos. Después de seguir haciendo esto, mi mamá habló conmigo acerca de que ver demasiada televisión también era un apego que necesitaba ser eliminado. Como resultado, dejé de ver televisión. Si mis apegos son demasiado numerosos, me quedaría atrás y no sería capaz de progresar en mi cultivación.
Una vez estuve compitiendo con mi abuelo para ver quién podía mantener la posición sentada con las piernas cruzadas (para meditar) durante más tiempo. Yo podía hacerlo durante una hora, pero al día siguiente, él me superó sentándose durante una hora y media. Un día después, también me senté con las piernas cruzadas durante una hora y media. A partir de esto, pude ver que necesitaba dejar de lado el apego a ser competitiva.
Alentando a mi familia
Cuando mi tía abuela tenía dolor en las encías, tomó medicamentos a escondidas. Yo le dije: "¿Sigues siendo una practicante? ¿Tienes fe en el Maestro?". Me fui después de hacerle las preguntas.
Después, mi tía abuela se acercó a mi madre y le dijo: "Tu hija tiene razón. Después de que ella habló conmigo, tiré mi medicación. ¿Cómo podría seguir tomando las píldoras después de haber sido advertida por una niña? Únicamente practicaré los ejercicios y el dolor desaparecerá".
Me sentí muy feliz cuando escuché esto. Le di una naranja para animarla.
Cuando mi mamá tenía dolores de estómago, la gente le suplicaba que acudiera a un médico. Ella estaba indecisa y no podía decidir si ir o no. Le dije: "Si vas a los médicos y no te diagnostican nada, sería una pérdida de dinero. Si te lo diagnostican, siempre pensarás en ello. ¿No sería eso un apego? El Maestro dijo que tú en realidad no tienes una enfermedad. Si crees en el Maestro, entonces tú definitivamente no tendrás ninguna enfermedad".
Al escuchar esto, decidió leer con un grupo de estudio del Fa. Posteriormente, el dolor desapareció.
Ayudando a hablar a la gente sobre Dafa
Todos los domingos cuando estaba libre, acompañaba a mi abuela o a mi mamá cuando salían a aclarar la verdad para ayudar a despertar a la gente. Hablaron con la gente sobre Falun Dafa y luego me hicieron repartir colgantes con inscripciones. Me acercaba a las personas y les decía: "Hola. Toma este bendito colgante, te protegerá". La mayoría de la gente tomaba uno con entusiasmo, y luego el adulto con el que estaba ayudaba a la gente a renunciar al partido comunista chino. A los adultos les gustaba que estuviese allí, y a mí me gustaba cooperar con ellos.
El Maestro Li es feliz cuando ayudo a salvar a la gente y también me protege. Por ejemplo, un día estando con mi mamá, cuando ella le hablaba a la gente sobre Dafa, un automóvil se acercaba a toda velocidad por detrás mí y justo antes de que me golpeara, de repente una fuerza tiró de mí, y yo salté a un lado. El vehículo no me golpeó por poco. Mi mamá estaba realmente conmocionada, pero yo sabía que el Maestro me había protegido de ser lastimada.
"Con los dizi repletos de pensamientos rectos, el Shifu posee el poder de llevarlos al Cielo" (Bondades entre el Shifu y los dizi, Hong Yin (II)).
Ese día, mi escuela celebró una ceremonia de unión a los jóvenes pioneros (comunistas) e izado de la bandera. Envié pensamientos rectos y repetí "Falun Dafa es bueno" en mi mente. De repente mi nariz empezó a sangrar, así que fui enviada a la enfermería y terminé perdiéndome la ceremonia.