(Minghui.org) Muchos practicantes de Falun Dafa han mencionado que cuando están en la calle contándole a la gente los hechos sobre la práctica y la persecución, a veces son tratados con frialdad o insultados. Esta es una buena oportunidad para mejorar la naturaleza de nuestro corazón (xinxing). Si realmente buscamos dentro de nosotros la fuente de este tipo de trato, podemos encontrar que es el resultado de nuestros propios apegos ocultos.
Me gustaría dar algunos ejemplos de cómo mejoré mi xinxing mientras ayudaba a la gente a conocer la verdad sobre Dafa, y la persecución que el partido comunista chino (PCCh) lanzó en un intento por destruir la práctica.
Eliminando el miedo
A menudo distribuyo un libro llamado El propósito final del comunismo. La portada podría llevar a la gente a pensar a primera vista que el libro elogia al partido comunista chino, cuando en realidad la publicación expone su naturaleza malvada. En un intento por evitar situaciones peligrosas, entregué el libro sin revelar de qué se trataba realmente. Una vez que me di cuenta de que esta motivación era egoísta, cambié mi enfoque.
La siguiente vez que salí, me encontré con una señora y decidí darle una copia. Le dije: "Tía, me gustaría entregarle este libro". Miró a la portada y dijo: "No lo quiero". Continué diciendo: "Este libro expone la naturaleza malvada del comunismo. Después de que lo lea, entenderá la verdad y no será engañada por el PCCh". Ella dijo: "Bien, gracias", y lo aceptó.
Me iluminé a que si no nos comportamos de acuerdo con los principios de Falun Dafa de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, los seres divinos no pueden reforzar nuestra labor de ayudar a las personas a conocer los hechos y a crear un buen futuro para ellas.
El Maestro lo hace todo
Una vez conocí a una vecina que tenía más de ochenta años y quería darle un libro para que se lo llevara a su hijo. Decía repetidamente: "No sé leer, no sé leer". A pesar de que había una persona junto a la anciana que se burlaba de ella, la animé encarecidamente a que lo aceptara. Más tarde pensé: "¿Cómo pude hacer algo tan terrible? ¡Era tan reprobable de mi parte por avergonzarla de esa manera!".
Me pregunté: "¿Por qué obligué a una mujer mayor y analfabeta a tomar el libro después de que lo rechazara?". De repente me di cuenta de que solo quería entregar el libro lo más rápido posible. Mi corazón no estaba puesto en ayudarla a que conociera los hechos y se distanciara del PCCh, sino en mí, para hacer mi trabajo.
Cuando hablé con otra practicante, Ah Jing, me dijo: "Noté que cada vez que sales, estás ansiosa por repartir los libros lo más rápido posible. El Maestro (Li Hongzhi) nos trae a las personas que tienen relaciones predestinadas con nosotros, siempre y cuando tengamos el corazón para ayudarlos".
Ella continuó: En una ocasión, "Tomé una bolsa de folletos y salí a distribuirlos, pero no pude repartir ni una sola copia. Estaba un poco ansiosa, pero luego me acerqué a un grupo de personas que estaban trabajando, y todos los materiales fueron fácilmente aceptados. Me di cuenta de que el Maestro me había guiado hacia esas personas, que estaban dispuestas a conocer la verdad. Desde entonces nunca me he sentido preocupada por no poder repartir materiales. Todo lo que necesito hacer es tener la idea de llevar información a la gente que la desea, y siempre entrego todos mis materiales".
Un día, cuando salí con Ah Jing, conocimos a un hombre de 50 años que plantaba verduras en su jardín. Le contamos todo sobre Falun Dafa y la persecución, y le sugerimos que renunciara a su membresía en el PCCh para asegurar su futuro. Escuchó atentamente, y entonces nos dijo que era miembro del PCCh y que no iba a renunciar.
Le pedí al Maestro en mi corazón que ayudara a este hombre. Ah Jing se armó de valor y le explicó los hechos una vez más. Entonces, de repente, cambió de opinión y se retiró del PCCh.
El último libro
En otra ocasión que salí con Ah Jing para distribuir libros y hablar con la gente. Me llevé nueve copias y rápidamente entregué ocho de ellas. Pensé: "¿Por qué tengo todavía este último libro? Debo tener un problema con mi xinxing". Miré hacia dentro y me di cuenta de que quería repartir el último libro para poder irme a casa. Mi mente no estaba realmente enfocada en ayudar a la gente a entender verdaderamente que Dafa es bueno y que el PCCh está equivocado al perseguir a las buenas personas.
Entonces me dije: "Es un error sentirse tan protector de uno mismo. Estoy con otra practicante para ayudar a la gente a conocer la verdad. Las dos debemos soportar la presión que conlleva la distribución de materiales que exponen los crímenes del PCCh. En ese momento, una persona salió de su casa. Aceptó el libro y me lo agradeció profusamente".
Un cambio de corazón
Ah Jing mencionó una vez: "Solo quiero ayudar a que otros conozcan la verdad". Sus palabras realmente me conmovieron y me pregunté: "¿Fui sincera en mi deseo de ayudar a la gente a conocer la verdad?". Descubrí que, en el fondo, solo quería hacer las tres cosas que se les pedían a los practicantes, y completar mi camino de cultivación. No estaba pensando realmente en las personas que habían sido engañadas para que creyesen las mentiras sobre Dafa que el PCCh les había inculcado.
Me dije: "No importa lo difícil que sea, debo mirar más allá de mis propios intereses y verlo con una perspectiva más amplia". Entonces empecé a corregir mis pensamientos egoístas y a dedicar mi corazón en ayudar verdaderamente a las personas.
En medio de esta comprensión, varias personas se me acercaron de repente. Algunos parecían ricos y otros pobres. Pensé: "¡Son todos seres conscientes!". Y mientras repartía folletos a cada uno de ellos, me di cuenta de que el Maestro Li me había enviado para ayudar a salvarlos. Estaba contenta con este simple pensamiento de rectitud.
En la sociedad china ordinaria, existe una distinción natural entre ricos y pobres, nobles y humildes, y las personas son juzgadas comúnmente por su estatus social. Cuando mi motivación cambió de solo tratar de mejorarme a ayudar a los demás, me había alineado con los principios del Fa y todos en el grupo aceptaron naturalmente mis materiales.