(Minghui.org) Antes de empezar a practicar Falun Dafa en 1997, tenía un fuerte apego al dinero. Después de practicar Dafa, comprendí el principio de "sin pérdida, no hay ganancia" enseñado por el Maestro Li (el fundador de la práctica) y empecé a dejar ir muchos apegos, incluyendo el de dinero.
Hace unos años, alquilé mi apartamento a una joven. Cuando me di cuenta de que había olvidado devolverle el depósito de 50 yuanes, lo deduje de su tarifa de servicios públicos.
Una vez fui a cobrar el alquiler, pero ella me pidió que le diera un par de días más ya que no podía encontrar su tarjeta de crédito. Fui varios días después, y me pidió que le acompañara al cajero automático. Sin embargo, el cajero automático estaba averiado. Ella dijo: "No es que no quiera darle el dinero, pero tengo que hacer un recado". Se subió a su bicicleta y se marchó.
Si no hubiera practicado a Dafa, me habría molestado y discutido con ella. Sin embargo, como practicante sabía que nada era accidental. Esta fue una oportunidad para mí de eliminar mi apego a la ganancia. También debería ser más comprensiva, ya que la gente puede tener dificultades para ganarse la vida.
La joven finalmente me dio el dinero del alquiler. Le hablé de Falun Dafa y la convencí a renunciar el partido comunista chino y sus organizaciones juveniles. No dijo mucho, pero sentí que todavía tenía algún malentendido sobre Dafa.
En otra ocasión, me dijo que no tenía suficiente dinero para el alquiler y que quería pagarme cada seis meses. Comprendí que ella vivía una vida difícil, y acepté. Sin embargo, después de medio año, todavía había problemas para cobrarle el alquiler. Ella dijo que le estaba cobrando demasiado por la renta, sin importar cómo le explicaba los cálculos. Finalmente le pregunté: "¿Cuánto pagaría según sus cálculos?" No pudo contestar y me dio el dinero enojada.
La joven se mudó el año pasado. Mientras limpiaba el apartamento, encontré una pulsera de oro. La llamé para preguntarle si se había dejado algo. Me contestó que había perdido un brazalete de oro. Le dije: "Encontré uno cuando estaba limpiando el apartamento. Ven a comprobar si es tuyo".
Estaba eufórica y aliviada cuando vio el brazalete, y siguió dándome las gracias. "¡Es tan raro tener una persona tan agradable como tú hoy en día! He estado tan preocupada y pensé que nunca lo encontraría".
Le dije que era porque Falun Dafa me enseñó a seguir los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, y a no ser codiciosa ni aprovecharme de los demás. Le expliqué que la práctica no es en absoluto como dice el partido comunista chino. Escuchó atentamente y asintió para demostrar que entendía. Me di cuenta de que ya no tenía ningún malentendido sobre Dafa. Ahora, cada vez que me ve en público me saluda.