(Minghui.org) En el 2008 me diagnosticaron con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) a la edad de 60 años. El doctor me dijo que no había cura, pero si tomaba medicamentos podría extender mi vida.

Sin embargo, en el 2015 comencé a practicar Falun Dafa, y los síntomas del VIH desaparecieron. Cuando me hicieron las pruebas de VIH en el 2018, los resultados mostraron que el virus ya no estaba presente. Ahora soy fuerte y tengo una vida feliz.

Infectada con el VIH

Alrededor del 2006, fui a trabajar a la provincia de Guangdong. Mientras estaba ausente de mi casa, mi esposo se acostó con una prostituta.

Luego de trabajar por un año, regresé a casa para cuidar de mi nieto. Al poco tiempo de mi retorno, mi salud comenzó a deteriorarse rápidamente. Unos de los primeros indicios que algo estaba mal era que, aunque solo tenía poco más de 40, entré en menopausia.

Con el tiempo, experimenté sangrado y una secreción fétida. Me picaba y tenía protuberancias del tamaño de un pulgar que sangraban cuando las rascaba. No podía comer ni dormir, me sentía débil, y ni siquiera podía levantar el azadón para trabajar en el campo.

Un día, mi sobrina me acompañó al hospital para un examen. Los resultados mostraron que tenía VIH. Esta noticia me cayó como un relámpago. Mi hermana mayor rompió a llorar en cuanto se enteró.

El doctor había dicho que mi esposo debía tener VIH y solicitó que lo trajera para un examen. En efecto, mi esposo también lo tenía. Empezamos a tomar la medicación prescrita para controlar el virus.

Desgracia tras desgracia

En el 2012, sentía mi pierna derecha débil y no podía pararme derecha. Luego me caí de las escalera y fracturé mi pierna. Para empeorar las cosas, poco después también tuve un accidente automovilístico y fracturé mi pierna izquierda. ¡Ambas piernas estaban severamente lesionadas en un año!

El dolor causado por el VIH me afligía grandemente, y sabía que no había esperanzas en encontrar una cura. Pero ahora también estaba incapacitada con dos piernas lesionadas. Para rematar, todavía tenía que encontrar una manera de trabajar en el campo pese mi pobre estado de salud.

A partir de allí, las cosas empeoraron. En 2013, mi hijo fue a trabajar fuera del pueblo y falleció en un accidente. En 2015, mi sufrimiento llegó a un extremo cuando mi esposo murió de SIDA. Me di cuenta de que esto era mi destino, y sabía que mi vida no mejoraría.

Mi cara estaba hinchada y oscura, era baja y pequeña, con piernas débiles y jorobada. Todos decían que no viviría por mucho tiempo y, a lo mejor, habría sido así de no encontrarme con Falun Dafa.

El milagro de cultivar Dafa

En octubre del 2015, me encontré con mi prima en el hospital del pueblo donde había ido a ver al doctor luego de quebrarme la muñeca. Me dijo: ”Deberías recitar sinceramente 'Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno’. Estas palabras son infinitamente poderosas”.

Me lo dijo con tanta seguridad: "Recítalo con sinceridad” -dijo ella- "y estarás bien”.

Ya me lo había dicho anteriormente, pero no estuve de acuerdo. Pero ahora que mi situación era desesperada, comencé a recitar sinceramente estas palabras después de regresar a casa: "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”. En un par de días, sentí que me dolía menos la muñeca.

Comencé a participar en el grupo para estudiar las enseñanzas. Justo cuando entraba en la puerta de cultivación, ¡el Maestro Li Hongzhi [el fundador de Falun Dafa] purificó mi cuerpo! Una de las primeras cosas que noté fue que mi cuerpo parecía rechazar cualquier medicamento.

Por ejemplo, las píldoras que tomé para el VIH me causaban náuseas cuando las colocaba en mi boca; sabía que si las tragaba, vomitaría. También, podía oler algo muy fétido cuando vi la medicina que otros recibían en el hospital.

Luego de estudiar el Fa cerca de una semana, mis piernas no me dolían y podía pararme y caminar sin bastón. Los síntomas del VIH aminoraban más y más. Me puse fuerte y pude trabajar en el campo sin mucha dificultad.

Un día, la hija de mi prima vio que yo lucía mucho mejor y estaba maravillada. Le preguntó a su mamá qué había pasado. Su mamá dijo: "¡Ese es el poder de Dafa!”.

Aprendiendo a leer y manteniendo virtud

Había nacido en un área rural pobre y era analfabeta. Eso significaba que, al principio, no podía leer los valiosos libros de Dafa con el grupo cuando estudiábamos juntos.

Estaba muy ansiosa al sostener tal tesoro en mis manos sin poder leerlo. Le pedí a mi nieto que me enseñara a leer, pero mi nuera lo detuvo ya que temía que si yo era perseguida, afectara el futuro de su hijo. [Nota del editor: En los casi 20 años de persecución de Falun Dafa por el partido comunista chino, como parte de la política de implicación, a pesar de no practicar, la gente puede ser perseguida si un familiar practica Dafa]

Cuando otros leían el Fa, escuchaba atentamente y miraba cada palabra en el libro. Luego de terminar mi trabajo, escuchaba las lecciones de audio de Shifu. Sin importar cuán ocupada estaba, siempre encontraba tiempo para participar en el estudio del Fa en grupo. Mi cuerpo y mente estaban inmersos en la cultivación.

A menudo caminaba cerca de un 1,6 km (1 milla) para encontrar a otros practicantes en los pueblos vecinos para intercambiar experiencias de cultivación. Estaba ansiosa de aprender a leer algunas palabras si disponían de tiempo para enseñarme.

Ahora puedo leer muchas partes de Zhuan Falun sin ayuda. A través del estudio del Fa, pude entender algunos principios importantes: La cultivación requiere eliminar el yeli, y Shifu purifica los cuerpos de los verdaderos discípulos. También entendí que, al practicar Dafa, uno debe valorar la virtud y convertirse en una persona con un estándar moral alto, aún más virtuosa que la gente buena.

Luego del fallecimiento de mi hijo, mi nuera volvió a casarse pero todavía vivía en mi casa. Encontró un trabajo, así que las labores del campo y la cría de puercos en casa se convirtieron en mis únicas responsabilidades. Yo trabajaba arduamente para mantener nuestro hogar, pero ella nunca fue feliz conmigo. Una vez, caí de un lugar alto, y ella pretendió no verme.

Un día caluroso, al regresar del campo descubrí que había botado mi abanico. También había botado mis zapatos que colgaban bajo el alero. Las cosas malas que me hizo eran innumerables, me resentí y la odiaba. Por largo tiempo, estuve enojada, molesta y no podía reconciliarme con ella.

A veces no podía tolerar uno de sus insultos y peleaba con ella. Luego de practicar Dafa, sabía que era esencial ser tolerante para un practicante. Sin importar cuán mal me trataba, necesitaba tratarla con compasión. Ahora no tengo problema tratándola con amabilidad y sinceridad genuina cada día.

Fue Dafa que removió la piedra en mi corazón. He eliminado mis apegos de resentimiento e indignación y ahora mi mente es más brillante y relajada.

El milagro

Shifu dijo:

"Con la elevación de tu xinxing, a tu cuerpo le ocurre un gran cambio; al elevar tu xinxing está garantizado que ocurre una transformación en la materia de tu cuerpo" (Primera Lección, Zhuan Falun).

Luego de practicar Dafa aproximadamente por un año, y con el mejoramiento de mi xinxing, Shifu empujó afuera los trozos grandes de yeli de enfermedad desde las capas más profundas de mi cuerpo.

Un día, me crecieron unas protuberancias duras de todos los tamaños, que me provocaban dolor y comezón, en el pecho, abdomen inferior, espalda, muslos, pantorrillas y brazos. Grandes moretones verdes y morados aparecieron también.

Sin embargo, mi mente estaba en armonía, no tuve ningún miedo. Sabía que Shifu estaba eliminando yeli por su discípula, y después de casi una semana, todos estos síntomas desaparecieron.

Del 2016 al 2018, síntomas de eliminación de ye como estos ocurrieron tres veces, cada ocurrencia en menor intensidad que la anterior. La tercera ocurrió en enero del 2018. En esa, solo hubieron moretones y sin protuberancias en la piel, aunque había sangre en mi orina. Obviamente, era una experiencia de eliminación de ye increíble.

En diciembre de 2018, fui a un hospital por otra prueba de VIH. La prueba mostró que estaba completamente libre del virus.

Desde que comencé a practicar Dafa en octubre del 2015, no he tomado ningún medicamento, aún así he gozado de buena salud inesperadamente. ¡Esto es la grandeza de Dafa! ¡Es la compasión de Shifu! Es también el resultado del mejoramiento de mi moralidad.

Mi experiencia personal me dice que depender en la tecnología moderna para resolver problemas como VIH solo provee un alivio temporal, pero no una cura. Retornar a las antiguas tradiciones chinas y valorar la virtud es la única esperanza de la humanidad.