(Minghui.org) ¡Saludos, Shifu! ¡Saludos, compañeros practicantes de todo el mundo!
He practicado Falun Dafa durante 22 años. Recordando este viaje hasta hoy, veo que he cambiado mucho y casi soy una persona diferente. Sin importar si estoy en el trabajo, en casa o caminando por la calle, de manera natural considero las cosas desde las perspectivas de los demás y soy genuinamente amable con la gente. Estoy agradecida con Shifu y Dafa desde lo profundo de mi corazón. Solo Dafa podría convertirme de una persona egoísta y de mente estrecha en una persona generosa y desinteresada.
Estuve encerrada en un centro de detención debido a mi creencia. Las condiciones eran terribles y dormíamos apretadas como sardinas, con la cabeza tocando los pies de otras personas. La mujer a mi lado era obesa, y a menudo me aplastaba cuando dormía. Para evitar molestar su sueño, decidí quedarme quieta. Dado que el agua era muy limitada, los practicantes utilizábamos voluntariamente una cantidad muy pequeña. En un ambiente donde las reclusas a menudo discutían entre sí, las practicantes siempre eran consideradas y educadas. Cuando se tapaba el inodoro, en silencio sacaba las cosas sucias para que funcionara bien de nuevo. La compasión, que es una manifestación natural de un practicante, era muy obvia en esa situación complicada.
La reclusa que era jefa de mi celda, que por lo general no hablaba sin insultar a las demás, se conmovió por mi comportamiento. Después de que pasé una carta sobre Falun Dafa a otra celda, los guardias castigaron nuestra celda colectivamente y nos prohibieron a todas a salir para el descanso. Escuchando mi razonamiento con los guardias, la jefa de celda se conmovió hasta las lágrimas. "Está bien, realmente no necesitamos salir a descansar", dijo: "ustedes los practicantes son tan desinteresados y yo haría cualquier cosa por ustedes, incluso si me pondrían cadenas en los pies por eso". Como los guardias no lograron instigar el odio de las reclusas hacia mí, cesaron el castigo al día siguiente.
Una practicante le dio una caja de galletas, la única comida rica que tenía, a una reclusa que se enfrentaba a la pena de muerte. Después de luchar toda su vida sin estremecerse incluso cuando miraba el cañón de un arma, la reclusa estuvo llorando cuando pasó por la división de las mujeres detenidas. Dijo: "La gente siempre me ha quitado las cosas y esta es la primera vez que alguien me regala algo. Si hubiera oído hablar de Falun Dafa antes, no habría cometido estos crímenes y no habría terminado aquí. Recordaré que Falun Dafa es bueno. Si la reencarnación existe, quiero convertirme en practicante en mi próxima encarnación". El día que fue enviada a ser ejecutada, se le oyó gritar "Falun Dafa es bueno" en el camino.
Más adelante me trasladaron a una cárcel negra (clandestina). Para forzar a los practicantes a renunciar a su creencia, los guardias asignaron a dos reclusas para que se quedaran y observaran a cada practicante constantemente. Les expliqué a las dos personas que me tenían que vigilar cómo Falun Dafa eleva los valores morales y mejora la salud física de la gente. También les ayudé a escribir cartas a sus familias. Su naturaleza buena se despertó y nos llevábamos bien.
Pero la gente tiene pensamientos egoístas, especialmente en un lugar como una prisión. Para recibir más puntos y ser liberada más pronto, una de las reclusas a menudo informaba a los guardias sobre mí. No le presté mucha atención. Pero, una vez, ella les dijo a los guardias dónde guardaba las conferencias del Maestro Li (el fundador de Falun Dafa). Como resultado, los guardias me torturaron atándome a una cama mientras me extendían las cuatro extremidades. Inicié una huelga de hambre para protestar contra la persecución y todos los practicantes de la prisión también me ayudaron. Escribieron cartas al director de la prisión pidiendo que los guardias dejaran de abusar de mí y se declararon en huelga de hambre como grupo.
Después de que los guardias encontraron mis copias de los artículos del Maestro, las usaron como excusa para torturarme, para obligarme a renunciar a mi creencia. "No voy a hacer eso. Si no se detienen, continuaré mi huelga de hambre", le dije a un guardia con determinación. Los directores de la administración penitenciaria, de las unidades de investigación criminal y de varios otros departamentos vinieron a amenazarme con graves consecuencias. Con la ayuda del Maestro Li y los pensamientos rectos de otros practicantes, fui firme y pude dejar el apego a la vida y muerte. Dejaron de torturarme al tercer día.
Al regresar a la celda, una reclusa me hizo el gesto con el pulgar hacia arriba. Había sido asignada para vigilar a otra practicante que había estado en huelga de hambre para apoyarme. Dijo: "Ella [esa practicante] ya es muy vieja y tuvo dificultades para caminar durante la huelga de hambre. Pero aún así continuó. Ustedes los practicantes son increíbles porque todos son muy desinteresados".
Fui con la reclusa que me había reportado, y estaba llorando mientras le sostenía sus manos. Con una sonrisa, le dije tranquilamente que no la culpé, pero que tenía que decirle algo: "Pude sobrevivir a la tortura porque me ayudaron muchos practicantes. Si hubiera muerto en la tortura que tu causaste, ¿cómo vivirías con esto después de ser liberada?". Le dije que era una buena persona por naturaleza y esperaba que pudiera dejar de hacer cosas tontas como esa. Y que, de hecho, al ayudar a los practicantes inocentes que son discípulos de una creencia recta, uno sería bendecido.
Se disculpó por lo que había hecho. Continué: “Shifu nos dijo: «Si no puedes amar a tus enemigos, entonces no puedes alcanzar la perfección» (Exponiendo el Fa en el Fahui de Australia). Aunque me hiciste esto, no te trataré como una enemiga. ¿No es Falun Dafa grandioso?”.
Estuvo muy agradecida porque la perdoné y dejó de reportarme a los guardias. Más tarde, ya no la asignaron para vigilar a los practicantes.
Tengo cinco hermanos y todos tienen buenas vidas. Siendo la más joven de mi familia, y debido a los años de persecución por mi creencia, mi condición financiera no era tan buena como la de ellos. Sin embargo, con la ayuda de Shifu, encontré un trabajo con un salario decente después de ser liberada de la prisión. Teniendo mucho tiempo de descanso, alquilé un apartamento en donde me alojé con otra practicante para producir materiales sobre Dafa.
Mi padre sufría de la enfermedad de Alzheimer y más tarde fue diagnosticado con cáncer de colon. Dejaba heces y orina por todas partes y no permitía a nadie que lo limpiara. Una de mis hermanas cuidaba de mis padres y estaba muy molesta. Mi padre no oía bien, por lo que la familia estaba frustrada y, a su vez, hacía aún más difícil que mi padre entendiera a los demás. Siendo una practicante, siempre hablaba con él suavemente, lenta y claramente. Él podía captar algunas de mis palabras, así que me hacía caso. En una ocasión, después de que mi padre causó un gran lío que afectó a mi madre, la familia decidió que yo recogiera a mi padre para llevarlo a mi casa. La practicante con la que vivía no se molestó por el desorden de mi padre y también lo trató con paciencia y amabilidad. Mi padre también le hacía caso. Cuando iba a trabajar, la practicante lo cuidaba, cambiándole la ropa y limpiándolo. Así transcurrieron dos meses.
Esto cambió la actitud de mi familia hacia Dafa. Era algo que los propios hijos de mi padre no eran capaces de manejar, pero una persona que no era de la familia era capaz de cuidarlo bien, sin buscar nada a cambio. Mi hermano, que solía prohibirles la visita a los practicantes, ahora les da la bienvenida. Después de algún tiempo, mi hermana nos dijo que ya no podía cuidar de mis padres. Como todos nuestros hermanos estaban ocupados, mi hermano planeaba enviar a nuestro padre a un centro de ancianos. En ese momento, yo estaba ocupada con el trabajo y con la producción de materiales de Dafa, y también era responsable del soporte técnico para varios sitios de producción de materiales. Pensando en la condición de mi padre, sabía que una mala comunicación en un centro de ancianos llevaría a consecuencias terribles. Así que me ofrecí a mantener a nuestros padres en mi casa, y todos estuvieron felices.
Contraté a una tercera practicante para compartir la carga de trabajo de cuidar a mis padres. Siempre que encontraba problemas, trataba de resolverlos sin molestar a mis hermanos. Las tres practicantes trabajamos estrechamente produciendo materiales y dando mantenimiento a los equipos. Producir calendarios de Falun Dafa antes del Año Nuevo Chino implica mucho trabajo, pero lo hicimos bien, mientras cuidamos bien de mis padres. Mis hermanos venían a visitarnos todos los fines de semana, así que les preparábamos buena comida. En el pasado, mis hermanos habían ignorado a Dafa. Ahora todos son muy solidarios y respetan al Maestro Li. Cuando contratan a personas para que trabajen para ellos, ahora confían en los practicantes más que en nadie.
Cuando mi padre estaba gravemente enfermo, mi madre —también practicante— experimentó una tribulación severa. Le recordé que recitara "Falun Dafa es bueno" y le pedí ayuda a Shifu. Como resultado, mi madre fue dada de alta del hospital en una semana. Pero estaba muy débil y tenía dificultades incluso para beber agua con un sorbeto. Además, se volvió incontinente. Con ambos padres postrados en la cama y un trabajo de tiempo completo, no podía manejar la situación y varias de mis hermanas se turnaron para venir a ayudar. Cada una de ellas era diferente: algunas decían que no me iba bien allí y otras se quejaban de que los platos que preparaba no eran lo suficientemente buenos. Todas tenían vidas decentes y estaban insatisfechas con mi vida simple. Me sentía frustrada y agraviada y pensé: ¿vienen a cuidar de nuestros padres, o están aquí para disfrutar de la vida? No solo tenía que cuidar de nuestros padres, sino que también necesitaba cocinar varios platos adicionales.
Una practicante me recordó que prestara atención a mejorar mi xinxing. Sabía que esto necesitaba para cultivarme sólidamente, y tenía que ser capaz de aceptar las críticas. Dije en mi mente: "Shifu, por favor, no se preocupe por ello. Lo haré bien, sin importar si la gente dice cosas buenas o malas sobre mí".
Escogí a la hermana que más me molestaba como punto de referencia para mejorar mi carácter moral. Atesoré cada día en que ella estaba cerca y asumí que no venía a cuidar de nuestros padres; más bien, estaba allí para mí, para que me cultive. Después de todo, ella vino en avión y solo se quedaba unos días. Debería cuidarla bien y ofrecerle buena comida. Además, ya era vieja y estaba en mal estado de salud. Para evitar que se agotara, no la dejé que hiciera ninguna labor física. También le dije que no había necesidad de acostarse con nuestra madre por la noche, para que pudiera tener un buen descanso. Después de que mi mentalidad mejoró, mi hermana cambió y sus palabras sarcásticas desaparecieron. Empecé a sentir progreso y la felicidad de la cultivación sólida.
Mi padre falleció ocho meses después de venir a mi casa. Como a menudo le ponía música de Dafa, se fue en paz, sin ningún dolor, a pesar de su cáncer de colon.
Después de eso, mi madre, que ya tenía 86 años, recuperó su salud. Debido a su trabajo en el pasado, había sufrido de pulmones negros. Sin embargo, a pesar de que sus pulmones eran del tamaño de una yema, todavía podía respirar bien. Los médicos de la unidad de cuidados intensivos lo consideraron un milagro. Toda mi familia también está agradecida por las bendiciones de Dafa. Al emprender la pesada tarea de cuidar de nuestros padres, mi comportamiento desinteresado como practicante se ganó el respeto de mis hermanos. Mi hermano me elogió delante de todos los miembros de nuestra familia. Sabía que la gratitud y el respeto estaban dirigidos hacia Dafa, ya que están impresionados por los practicantes que siguen los principios de Dafa.
Durante mis tribulaciones familiares, pude sentir en cada paso los arreglos de Shifu. Pude superar las pruebas a través de una cultivación sólida. Al ir más allá de mi qing (sentimentalismo) hacia mi familia, pude tratarlos con compasión, esperando que se beneficiaran de Dafa.
Shifu extendió mi vida para salvar seres conscientes, porque esa es mi misión. Sabía que necesitaba más tiempo para concentrarme en esto, y Shifu me ayudó de nuevo. La hermana que solía cuidar de nuestros padres estuvo disponible de nuevo, y ella se encargó de cuidar a nuestra madre. Eso me permitió dedicarme por completo a validar el Fa.
Alguien de mi trabajo comenzó a practicar hace cuatro meses, y está encantada por la profundidad de Dafa. "Hubo una practicante en mi equipo durante muchos años, pero nunca me mencionó a Dafa", dijo mi compañera de trabajo. "Cómo me gustaría que lo hubiera hecho. Por otra parte, probablemente no lo habría aceptado al principio. Pero ella siempre podría haber hablado conmigo una y otra vez, ¿verdad?”.
Estas palabras resonaron en mi cabeza durante mucho tiempo, como si estuvieran haciéndose eco de las voces de los seres conscientes que tienen relaciones predestinadas conmigo, pero aún no han sido salvados. El tiempo es limitado y tenemos que hacer todo lo posible para cumplir nuestra misión como discípulos de Dafa.