(Minghui.org) Una mujer de la ciudad de Liuyang, provincia de Hunan, falleció el 1 de diciembre de 2019, tras sufrir años de persecución por su creencia en Falun Dafa. Murió a la edad de 50 años.
Falun Dafa, también conocido como Falun Gong, es una disciplina espiritual perseguida por el régimen comunista chino desde 1999.
La señora Luo Dan
Comenzando en Falun Dafa
La señora Luo Dan era muy inteligente y bondadosa. Después de graduarse en la universidad, se convirtió en maestra de jardín de infantes.
Su padre, el señor Luo Fuxing, solía sufrir de muchas dolencias y padecía de resfríos crónicos. Debido a un vértigo agudo, se jubiló cuando tenía 40 años.
Su madre también padecía múltiples enfermedades. En la década de los noventa, la despidieron cuando trabajaba en una empresa estatal y nunca más volvió a trabajar.
Después de que Falun Dafa se extendió por la ciudad de Liuyang, ciudad conocida en todo el mundo por sus petardos y fuegos artificiales, la familia comenzó a practicar en octubre de 1997. Los padres de la señora Luo recobraron su salud en poco tiempo.
Perseguidos por su fe
La señora Luo y sus padres fueron acosados en repetidas ocasiones, desde que empezó la persecución en 1999. Los policías locales intentaron forzarlos a entregar sus libros de Falun Dafa y a escribir declaraciones para que renunciaran a su fe.
Incapaz de soportar la enorme presión, la madre de la señora Luo renunció a Falun Dafa. Sus dolencias reaparecieron; falleció poco después.
El jardín de infantes donde trabajaba la señora Luo recibió presiones de las autoridades, para que la despidieran.
Un año y medio de trabajos forzados
La señora Luo fue detenida en noviembre de 2006, por distribuir material informativo sobre Falun Dafa. La policía saqueó su casa. Luego, la condenaron a un año y medio en el campo de trabajos forzados de Baimalong.
Fue obligada a realizar trabajos no remunerados y recibió abusos por defender su fe. Quedó traumatizada tanto física como psicológicamente.
Después de su liberación en 2008, las autoridades la siguieron vigilando y acosando constantemente.
Cuatro años de prisión
La señora Luo fue arrestada de nuevo el 17 de abril de 2014. La policía irrumpió en su casa y se apropió de su computadora, materiales relacionados con Falun Dafa y dinero en efectivo, sin una orden de allanamiento. Se la llevaron después de saquear la casa.
Su padre, entonces de 75 años, escribió una carta abierta pidiendo el rescate de la señora Luo. Muchos habitantes de la zona firmaron la carta para mostrar su apoyo.
Zhao Dingshan, entonces jefe del departamento de policía de la ciudad de Liuyang, se negó a reunirse con su anciano padre y ordenó a la policía que acosara a los que firmaron la carta. Un miembro del personal de la comisión de vivienda local fue al hogar del señor Luo y destruyó la carta.
Después de cuatro meses de encarcelamiento en el centro de detención de la ciudad de Liuyang, fue sentenciada en secreto a cuatro años de prisión el 25 de agosto de 2014, sin que su familia lo supiera.
La prisión no permitió que su padre la visitara y le prohibió que llamara y recibiera cartas de su padre, con la excusa de que no renunciaba a su fe.
Los guardias obligaron a la señora Luo a realizar trabajos no remunerados y la torturaron, incluso la obligaron a llevar una camisa de fuerza y la colgaron, suspendiéndola en el aire, durante horas. La mayoría de las torturas no causaron lesiones externas visibles, pero sí graves lesiones internas.
Acosada tras su liberación
Las autoridades siguieron acosando a la señora Luo después de que fue liberada. Para mantenerse y mantener a su padre, encontró un trabajo en una librería en junio de 2018. Solo unos días después de que empezara a trabajar, las autoridades obligaron al dueño de la librería a despedirla.
La señora Luo encontró otro trabajo como vendedora en una tienda de ropa en agosto de 2018. La policía la arrestó de nuevo y la envió al centro de lavado de cerebro de Laodaohe.
Todavía tratando de recuperarse de la mala salud producida por el abuso que sufrió durante su encarcelamiento, la señora Luo se enfermó después de que fuera liberada del centro de lavado de cerebro. Se quedó postrada en la cama y demacrada.
Falleció el 1 de diciembre de 2019 con dolor extremo, dejando atrás a su padre de 80 años.
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