(Minghui.org) Tengo 70 años y comencé a practicar Falun Dafa en 1996. Me gustaría compartir algunas de mis experiencias de cultivación a lo largo de los años.
Cuando era niña, era muy obediente. Más tarde, traté de ser una buena estudiante y buena empleada. También era introvertida y tímida. Sentía que estaba siendo empujada de un lugar a otro, tanto en el mundo como en casa. Eso me costó la salud. Tenía migrañas, problemas de vesícula biliar, depresión y, eventualmente, me diagnosticaron cáncer.
En 1996, después de una cirugía, afortunadamente encontré a Falun Dafa. Poco después de empezar a practicar, ¡todas mis dolencias se habían ido! Disfruté de lo que se sentía estar libre de enfermedades. He estado saludable desde entonces.
En ese tiempo, pude ofrecer una sala amplia para estudiar las enseñanzas del Fa y hacer los ejercicios junto a otros practicantes. Todos atesoramos esos tiempos.
En 1999, después de que comenzó la persecución, las mentiras que se difundían no tenían límites. Estaba abrumada y no sabía qué hacer. La presión en el trabajo y del comité residencial fue enorme. Me amenazaron y acosaron, tratando de obligarme a renunciar a mi creencia.
Les dije: "Falun Dafa renovó mi vida, ¡y mi cáncer desapareció! Deberían estar felices por mí que ahora estoy sana y soy capaz de contribuir a la sociedad. Nunca renunciaré a Falun Dafa. Por favor, no me molesten más”. Y nunca más me volvieron a molestar.
Un compañero practicante pudo entrar al sitio web Minghui y descargó materiales informativos. Yo también quería hacer eso, así que compré una fotocopiadora. Al principio, me moría de miedo, temía que alguien pudiera oír el ruido de mi impresora o que mi familia se enterara. Sentí ojos por todas partes e incluso quise echarme atrás.
Pero era practicante de Falun Dafa. Shifu renovó mi vida para que pudiera cumplir mi misión. Era mi deber y responsabilidad no solo hacerlo, sino hacerlo bien. Debido a mi firme determinación, Shifu me ayudó.
Compré una computadora e impresora y aprendí todo desde cero. Podía sentir la guía de Shifu en cada paso del camino, incluyendo al estar en línea, descargar, editar, imprimir, grabar discos, etc. Shifu me ayudó a hacer que lo imposible se volviera realidad.
Una vez hice carteles de varios metros de largo, que decían "¡Falun Dafa es bueno!", "¡Verdad, Benevolencia, Tolerancia es bueno!" y "Juicio a Jiang Zemin" y fueron muy poderosos.
Cuando empecé a fabricar estos materiales, la máquina fallaba a menudo. Eso frenaba la producción y desperdiciaba el tiempo de los practicantes que la reparaban.
Más adelante, antes de enviar la máquina a los practicantes para que la repararan, primero miraba en mi interior, rectificaba lo que no estaba bien, y luego me comunicaba con la máquina. La mayoría de las veces, los resultados fueron increíbles.
También aprendí a hacer algunas reparaciones por mi cuenta.
El 22 de julio de 2014, fui arrestada ilegalmente y mi casa fue saqueada. La policía me ordenó firmar el registro del interrogatorio y me negué. Sentí que ya habían cometido un crimen sin saberlo. Les dije cómo Falun Dafa me salvó y que no estaría allí si no fuera por Dafa.
Tres policías fueron asignados para vigilarme en la comisaría. Les conté los hechos sobre la persecución y por qué era importante renunciar al partido comunista chino (PCCh) y a sus organizaciones afiliadas. Todos renunciaron e incluso me pidieron que les mostrara los ejercicios de Falun Dafa.
Cuando estuve en el centro de detención, memoricé el Fa y envié pensamientos rectos cada vez que tenía tiempo. Me calmé y miré hacia adentro. Descubrí que tenía muchos apegos que las viejas fuerzas habían aprovechado: búsqueda de logros, ostentación, exultación, despreciar a los demás y envidia.
Cuando otros practicantes habían señalado mis problemas y me habían recordado que prestara atención a la seguridad, no tomé sus precauciones en serio.
Admití mi error con Shifu y decidí cultivarme y eliminar mis apegos humanos. Le pedí a Shifu su apoyo, sabiendo que no debería estar en un centro de detención. Necesitaba salir y seguir salvando a la gente.
Pero, ya que estaba allí, les aclaré la verdad sobre Dafa a las reclusas y les compartí mi historia de cultivación. También las ayudé, siempre que pude. Mi amabilidad y sinceridad ganó su confianza. También convencí a algunos de los guardias de que renunciaran al PCCh.
Después de un par de semanas, tuve la sensación de que había terminado las cosas que necesitaba hacer allí. Un día, de repente, me desmayé. Mi presión arterial era muy alta. A partir de ese momento, no pude retener nada de comida.
Una mañana, cuando me levanté, me caí y me volví incontinente. El lado izquierdo de mi cuerpo era negro y púrpura. Dos personas, una practicante y una presa, recibieron la orden de cuidarme. La reclusa me daba comida y bebida cada vez que le pedía. Algunas reclusas incluso compartieron su propia comida conmigo y estaba muy agradecida por su amabilidad.
Una reclusa dijo que no habría terminado detenida si me hubiera conocido antes. Sabía que todas estaban influenciadas por la magnífica bondad y compasión de Dafa.
El día 37, me desmayé cuando la policía anunció que mi arresto había sido aprobado.
Luego me llevaron al hospital. Al personal médico le costó trabajo sacarme sangre. Al día siguiente, cuando tuvieron los resultados, me liberaron. Ni siquiera mi familia, a quien la policía le avisó que me condenarían a prisión, no esperaba que me liberaran tan pronto.
Cuando llegué a casa, comí una pequeña taza de sopa de arroz y pude retenerla. Estudié el Fa, hice los ejercicios y me recuperé rápidamente.
Después de que me liberaron del centro de detención por razones de salud, las autoridades intentaron presentar cargos contra mí. Seis meses después, la policía llamó a mi familia para que me llevara a la corte. Decidí irme a vivir lejos de la casa, para evitar ser perseguida.
En febrero de 2015, seguí haciendo materiales informativos sobre Dafa. A veces tomaba el autobús a mi ciudad natal para distribuirlos. El viaje de ida y vuelta por lo general me tomaba un día entero.
Nueve meses después, regresé a mi ciudad natal y me quedé con un pariente. Era muy conveniente para mí, para poder salvar a la gente, pero también estaba más cerca de la estación de policía que era responsable de arrestarme. Mi hijo estaba preocupado por mi seguridad. Le dije que no se preocupara, que prestaría atención a mi seguridad y que Shifu me protegería.
A lo largo de los años, pasé la mayor parte del tiempo distribuyendo materiales en grandes centros comerciales y supermercados.
Corrí peligro varias veces y me siguieron policías vestidos de civil. Shifu eliminó el peligro. Un día, un policía me siguió en un autobús y me vigilaba desde un metro de distancia. Comencé a enviar pensamientos rectos y le pedí ayuda a Shifu. Antes de que el autobús se fuera, salté, dejando al oficial atrás, quien quedó mirándome estupefacto.
En 2015, presenté una denuncia penal contra Jiang Zemin, el exjefe del PCCh que ordenó la persecución a Falun Gong, y fue aceptada por la procuraduría suprema popular y el tribunal supremo popular.
Un compañero practicante señaló mis deficiencias y dijo que estaba mal que no hubiera apoyado un determinado proyecto en el pasado. Eso me molestó y discutí con él. Pero recordé la enseñanza del Fa de Shifu bastante rápido y me sentí mal por mi comportamiento.
Shifu dijo:
“Para los dioses, si un cultivador en el mundo humano tiene razón o está equivocado no tiene en absoluto importancia, sino que eliminar el apego de los corazones humanos es importante. En el xiulian, cómo quitar los corazones de apego es lo importante” (Enseñando el Fa en Manhattan).
Me di cuenta de que había dejado a un lado la oportunidad de elevarme. Todavía tenía la mentalidad de competitividad. Admití mi error y le prometí a Shifu que prestaría mucha atención y cultivaría mi apego.
Visitar el sitio web Minghui.org y leer los artículos que comparten otros practicantes es algo que hago todos los días.
Si otros practicantes no pueden ingresar a Minghui.org, les llevo las nuevas conferencias de Shifu, les envío información importante del sitio web, descargo historias de cultivación y archivos de audio, e imprimo artículos para compartírselos.
Esos artículos nos inspiran mucho. Nos encanta leer cómo los compañeros practicantes se cultivan sobre la base del Fa, cambian sus nociones, se iluminan al sendero recto y miran hacia adentro.
Al leer los artículos de otros practicantes, me di cuenta de que no tenía una comprensión clara sobre las viejas fuerzas y siempre había descuidado pasivamente su interferencia en medio de la tribulación, sin adoptar un enfoque más proactivo.
Sin importar adónde iba, lo primero fue asegurarme que pudiera conectarme a Internet. Sin importa cómo el mal trató de bloquear mi ingreso a Internet, con el apoyo de Shifu, siempre fui capaz de conectarme. Mi cultivación y mi elevación tienen todo que ver con Minghui. Minghui es una parte importante de mi vida diaria.
Durante los últimos 20 años, Shifu me ha protegido compasivamente en cada momento. Mientras creamos firmemente en Shifu y en el Fa, nuestro camino será más amplio y tranquilo. Shifu me salvó del borde de la muerte, purificó mi cuerpo y mi mente, y me convirtió en una nueva persona, una partícula de Dafa.
Shifu dijo:
“Es gratificante que hayan podido lograrlo. No importa qué dificultades o altibajos han atravesado los Dafa dizi en el camino y, en realidad, en retrospectiva, esos solo fueron formas de templarlos a ustedes. Estas cosas los han hecho más maduros y los han ayudado a eliminar sus corazones humanos en el proceso, al final caminando hacia la Perfección. Ese es el viaje que han atravesado. Cuando miren atrás, encontrarán que las cosas han sido simplemente así" (Enseñando el Fa en la Conferencia de Nueva York 2008).
¡Gracias, Shifu, por guiarme de regreso a casa! No importa lo lejos que esté, lo seguiré de cerca hasta la Perfección.