(Minghui.org) El Maestro abrió el tianmu de mi nieta y pudo ver cosas que la gente común no puede. Comenzó a escuchar las conferencias de Dafa y a enviar pensamientos rectos conmigo a los cinco años de edad, pero era muy pequeña para hacer los ejercicios.
Un día, arreglamos que viniese alguien a instalar un tendedero en nuestra terraza. Salimos a la terraza después de hacer una llamada telefónica y mientras yo limpiaba las ventanas ella jugaba. Después de un rato, ella dijo: "El hombre está aquí, ve a abrir la puerta, abuela". Le dije que no había oído a nadie llamar a la puerta. Dijo que el hombre ya estaba abajo en una motocicleta roja. Le dije que estaba diciendo tonterías.
Me pidió que fuera al baño y mirara por la ventana. Lo hice y vi que el hombre estaba realmente abajo descargando objetos de una motocicleta roja. Le pregunté cómo sabía que él estaba allí. Sólo sonrió.
Una mañana, mientras cocinaba, se levantó de la cama y vio a su abuelo mirando la televisión en la sala de estar. Ella me gritó: "Envía pensamientos rectos ahora mismo, abuela. El abuelo está viendo una cabeza de esqueleto". Le dije: "¿Por qué no lo haces?" Se sentó en el baño, cerró los ojos y envió pensamientos rectos.
"Me esforcé mucho en destruir el mal y casi fracasé", dijo después. A partir de entonces, empecé a enviar pensamientos rectos cada vez que mi esposo veía películas de guerra hechas por el partido comunista; enseguida cambiaba a otras estaciones. Su temperamento también mejoró poco a poco. Después, colgué las palabras para enviar pensamientos rectos en frente del televisor. Ahora casi nunca ve ese tipo de películas.
Mi nieta se quedó con nosotros unas semanas más este verano. Un día jugó con el teléfono celular que su madre dejó cargando. "Abuela, vi a un zorro saltar del teléfono celular y huir cuando lo abrí", me dijo. "¿Por qué no enviaste pensamientos rectos para destruirlo?", le pregunté, y ella dijo que sí lo había hecho.
Un par de días después, me dijo que había visto salir una serpiente del teléfono celular de su abuelo. Le dije que esas cosas le tenían miedo porque cultivaba Dafa. Además, el Maestro estaba tratando de decirle que no jugara con el teléfono celular ya que este tiene cosas malas y la tecnología fue introducida por los extraterrestres para dañar a la gente.
Me preocupo por la gente de hoy. Nadie puede separarse de su teléfono celular ni por un minuto. Todo lo que puedo hacer fue redoblar mis esfuerzos por eliminar el mal que se esconde en los teléfonos celulares, televisores y computadoras.
Hace poco, ocurrieron algunos incidentes a mí alrededor. Una compañera practicante se levantó a las 3 de la mañana y comenzó a meditar porque no quería molestar a su joven nieta. Dijo que estaba consciente, pero que algo la había empujado de repente hacia atrás. Se golpeó la espalda contra un armario primero y luego la cabeza, y perdió el conocimiento. Cuando despertó, estaba sentada en la cama, murmurando: "Maestro, sálveme. Maestro, sálveme". Su nieta se despertó asustada. Su hijo la oyó caer y corrió por las escaleras, solo para verla sentada en la cama con los ojos cerrados y murmurando. "Estás loca", le dijo, y se volvió a dormir.
Se sentó allí durante dos horas antes de poder pensar con claridad. Tanto su cabeza como su espalda estaban entumecidas. No sabía cómo había vuelto a la cama. Ella pensó: "Estoy bien. Necesito hacerle el desayuno a mi hijo". Luchó por ponerse de pie, pero se rindió porque su cabeza y su espalda todavía estaban entumecidas. Su hijo se hizo su propio desayuno. Ella seguía enviando pensamientos rectos.
Fui a visitarla diez días después y aún no se había recuperado del todo. Me mostró videos de la actuación de su nieta en su teléfono celular. Estaba orgullosa de ella. Mis ojos se sintieron incómodos, pero seguí observando para no molestarla.
La visión en mi ojo derecho estaba nublada esa noche cuando estudié el Fa. No podía ver las palabras y me picaba, como si bichos se arrastraran sobre ella. Le pedí ayuda al Maestro y envié pensamientos rectos: "El Fa rectifica el cosmos, el mal es completamente eliminado".
Sabía que no tenía que ver las imágenes en el teléfono. Mi visión se aclaró de forma temporal, pero volvió a nublarse. Después que envié pensamientos rectos y estudié el Fa, mi vista regresó.
Le conté a un practicante lo que había pasado al día siguiente. Me dijo que no debía haber visto el video de la actuación. Pocos días después, se publicó la conferencia del Maestro, "Enseñanza sobre la danza clásica china en Fei Tian". Me di cuenta de que un grupo de niños de primaria con maquillaje pesado bailando en el escenario era bastante inapropiado. Podrían haber tenido cosas malas detrás de ellos.
Descargué la conferencia y la compartí con la otra practicante, quien se la mostró a su nieta. Su nieta lloró después de leerla y la culpó por haberla llevado a aquella clase de baile chino. La conferencia del Maestro también le recordó que no debía jugar con teléfonos celulares.
Otra practicante era adicta a un programa de telenovela coreano. Ella pensaba que estaba bien verlo ya que se mostraba en NTDTV. Se quedaba despierta hasta tarde viéndolo y terminó perdiendo la visión en un ojo. También le gustaba usar WeChat y no se había detenido ni siquiera después de que se le advirtió que no lo hiciera. Pensó que estaba bien verlo sólo cuando se iba al baño. Terminó perdiendo la vista en el otro ojo también.
Muchos practicantes todavía no están dispuestos a desinstalar la aplicación WeChat y están conectados a sus teléfonos celulares. Quiero instar a los practicantes a que por favor escuchen al Maestro. Lo que el Maestro dice es el Fa. Si uno no cambia ahora, será demasiado tarde para arrepentirse.