(Minghui.org) El Campamento de Verano de la Escuela Minghui en Toronto, desde el 4 de julio al 19 de agosto, fue una productiva experiencia para los participantes, monitores y familias.
Dave de 13 años, dijo que lo que le impresionó más de las siete semanas fue la amabilidad de los otros participantes. “Son amables y confían los unos en los otros. No chismorrean sobre los demás. Como niños, nos gusta jugar mucho. Pero si una vez un participante cometía un error, pedía disculpas inmediatamente”.
Un momento crucial en la vida
Los participantes veteranos son adolescentes y preadolescentes. “Sus mentes están entre un adulto y un niño”, explicó el monitor Jane. “Por un lado, quieren tener sus propias ideas e independencia; por el otro, sus pensamientos muestran que son niños todavía”. Porque muchos de los niños de estas edades están apegados a videojuegos y son reacios a escuchar a sus padres, este es un periodo crítico en sus vidas.
Participantes meditando en Queens Park.
Grupo veterano y monitora Jane (primera por la derecha).
Para guiar su práctica de cultivación y seguir los principios de Falun Dafa de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, los monitores les muestran documentales de cómo los practicantes en China permanecen firmes en sus creencias a pesar de la violenta represión. Hablan con los practicantes, como Zeon, sobre su viaje a China en 2001 para contar al gobierno chino la historia real de Falun Dafa en un intento de detener la persecución.
Los participantes también hablan con practicantes veteranos sobre cómo practicaban en China y se mejoraban, y cómo realizaban llamadas de teléfono a China para desacreditar la propaganda del régimen comunista chino.
Con esta información, los participantes aprenden a contar a otras personas a cerca de Falun Dafa y la persecución en China. Algunos escriben cartas a los oficiales canadienses pidiéndoles que ayuden a detener la persecución en China.
El artista Iraj de Vancouver (derecha) estaba muy feliz de ver a los participantes meditando.
Monitora; Una gratificante experiencia
Jeffrey Lu, de 18 años, fue una estudiante de la Escuela Minghui, y ha sido una monitora voluntaria durante varios años. Dijo que aprendió mucho de estos jóvenes practicantes. “Podemos estudiar los libros de Falun Dafa y hacer los ejercicios cada día. Estos participantes a menudo se miran dentro para ver dónde se quedan cortos, concordando con los principios de Falun Dafa, y disculpándose unos con otros cuando tienen conflictos. Serían menos propensos ha hacerlo si no fueran practicantes”.
Otro reto que tuvo Jeffrey con los participantes era que solían tratarla como una niña. Por lo tanto jugaban con ella en lugar de escucharle. Después de marcar un estándar alto para sí mismo y hacer cosas más seria y pacientemente, encontró que los estudiantes estaban dispuestos a escucharle, y las cosas fueron bien.
“Había un niño que no seguía las instrucciones al principio, y no sabía qué hacer”, dijo Jeffrey. Desde los principios de Falun Dafa, aprendió a ser considerada con los demás. “Pensando que el estudiante lo hizo probablemente para llamar mi atención. Hablé con él para averiguar lo que le pasaba y cómo podía ayudarle. Al final, se volvió mucho mejor e incluso me ayudó a organizar el campo de actividades”.
Haciendo lo correcto
Dave emigró de China hace dos años y dijo que había escuchado mucho de la propaganda en China contra Falun Dafa. “Después de venir aquí, me di cuenta de que eran mentiras del gobierno comunista para atacar a Falun Dafa. Así que no las creí y después comencé a practicar (Dafa)”, dijo.
Sus padres estaban también muy contentos por su cambio. Decían que Dave tenía una mente más abierta, más concentrado en la clase y le gustaba hablar a la gente sobre Dafa.
Participantes recogen firmas contra la violenta persecución a Falun Dafa en China.
Tommy, de 11 asistió a una recogida de firmas un día antes que el Campamento finalizara. Al principio me sentí mal cuando algunos no querían firmar la petición para crear conciencia sobre la persecución”, contó. Después se miró dentro e intentó hacerlo mejor. Mientras su mente se purificaba, era capaz de explicar mejor las cosas y más gente estaba dispuesta a firmar la petición.
“Hacía calor, y podía soportarlo duramente. Después de un tiempo, las cosas fueron mejor una vez que me di cuenta que lo que estamos haciendo es muy importante”. Dijo. “De hecho, estoy muy feliz por aquellos que han firmado las peticiones, porque ellos hicieron lo correcto”.
Dave comenzó a practicar Falun Dafa después de emigrar de China.