(Minghui.org) Recientemente, un compañero practicante compartió un sueño vívido, que había tenido antes de acabar sus estudios en la facultad: En un gran patio de recreo, todos los Dafa dizi de Singapur participaban en una carrera de relevos. Cuando uno daba una vuelta le pasaba el relevo al siguiente. Cuando todos corrieron, la carrera se dio por finalizada, y todos comenzaron a celebrarlo. Pero, en aquel justo momento, apareció una diosa con el semblante muy serio, y anunció: “Han fallado”.

Todos se quedaron tan sobrecogidos que no sabían qué hacer. La diosa les explicó que nada más comenzar uno de los practicantes ancianos había violado las reglas del juego. A pesar de que todos los participantes lo vieron, ninguno se lo indicó porque piensan que es inútil decírselo, que nada lo puede hacer entrar en razón.

Cuando los practicantes compartieron acerca del sueño concordaron en que el sueño revelaba un problema que no era pequeño. Aunque en Singapur, la mayoría de los practicantes se enfocan en hacer las tres cosas, son pocos los que prestan ayuda a los demás. Son reacios a señalar los problemas que perciben en los demás practicantes. Esto sacó a relucir nuestros apegos al miedo a meternos en problemas, al egoísmo y a protegernos.

Tomar las críticas como oportunidades para mirarse dentro

¿Cooperar formando un solo cuerpo se considera un requisito para alcanzar la Perfección? ¿Podemos culpabilizar a otros practicantes cuando algo que hacemos en grupo no sale bien? ¿Existe diferencia en la cantidad de seres salvados entre un practicante que trabaja solo, y otro que coopera con el grupo formando un cuerpo?

Un practicante sugirió, después del estudio grupal del Fa, que todos deberíamos hacer el intento de compartir más, en lugar de quedarnos callados. Esto motivó a algunos que compartieron sus experiencias.

Antes solía dar mi opinión y compartir mis experiencias, pero últimamente había optado por guardar silencio. No porque no tuviera cosas que decir… Más bien, es porque temo decir algo equivocado y que me corrijan. Tuve una experiencia en este sentido, alguien me corrigió y dejé que esto me moviera el corazón, en lugar de tomar aquella crítica como una oportunidad para mirarme dentro y mejorar.

Busqué hasta encontrar los corazones de apego que me habían llevado a mantenerme en silencio. Buscaba protección, sentía miedo, perseguía fama y no quería “perder la cara”. Finalmente, reuní el coraje necesario para compartir mis experiencias después de estudiar el Fa en grupo. Cuando acabé de hablar, sentí que había hecho avances en mi cultivación y que alguna sustancias degeneradas habían sido eliminadas de mi ser.

Lección aprendida

Establecimos nuestro grupo de estudio del Fa hará poco más de un año. Compartimos experiencias después de estudiar. Al principio todos discutíamos acaloradamente sobre lo que se compartía, pero poco a poco, hemos acabado intercambiando nuestras opiniones desde un punto de vista racional y pacífico. Ahora somos capaces de enfocarnos en mirar hacia dentro, en lugar de culpar a los demás.

Los practicantes indican los problemas que ven y que experimentaron, y el resto ofrece sus entendimientos basados en el Fa. Somos capaces de alcanzar el consenso, y de aceptar diferentes puntos de vista. Esto nos ha permitido coordinarnos mejor en los proyectos de Dafa.

A través de las sesiones de intercambio de experiencias he ido aprendido a escuchar a los demás, a abandonar el ‘ego’, a ser considerado y a ayudar a los demás. Emergió, en mí, la compasión hacia los compañeros practicantes. Resolvemos nuestros problemas comunicándonos y cambiando nuestras actitudes. Intentamos que no quede ninguna brecha que pueda aprovechar la maldad.

Debido a las limitaciones de tiempo, resultaba difícil compartir en las sesiones de intercambio del grupo grande de estudio del Fa, así que se sugirió que podía estar bien hacer grupos más pequeños. Así que lo probamos. Sentimos que el estudio es más eficaz y nos da la opción de que todos intercambien, lo cual nos ayuda a mejorar como un todo.

Cultivándose a uno mismo

Se han creado barreras invisibles entre los practicantes de Singapur. Algunos guardan rencor a aquellos con los que tuvieron conflictos. Otros incluso han dejado de dirigirse la palabra. Este fenómeno también ocurre entre los coordinadores de los proyectos más importantes de Dafa, y entre los miembros de la propia Asociación de Falun Dafa. Esta situación se ha prolongado durante años. Ha interferido con la coordinación y el avance en los proyectos.

La maldad intenta aislar a aquellos que reúnen habilidades para desempeñar los proyectos de Dafa y que ejercen cierta influencia sobre el resto de practicantes. La perversidad magnifica sus apegos, a cosas tales como la ostentación y la fama. Cuando se dejan llevar por las emociones y empiezan a quejarse, crecen las barreras entre los practicantes hasta que, finalmente, interfieren con los proyectos de Dafa.

El Maestro dijo:

“Los estados de cultivación de nuestros estudiantes mismos también necesitan ser ajustados, y de ahora en más no se cultiven con un ojo sobre la persona responsable. De ahora en adelante no digan más tales palabras sobre cómo se cultiva él o cómo guía a la gente, tampoco tengan los ojos sobre él en este aspecto, empiecen a cultivarse a sí mismos y a cultivarse de acuerdo a lo que acabo de decir. Todos necesitan hacer esto ahora, empiecen a cultivarse a ustedes mismos” (Sean más diligentes).

“Por tanto, independientemente del entorno o circunstancias en los que encuentres un conflicto, debes mantener un corazón compasivo y piadoso para tratar todos los problemas que afrontes. Si no puedes amar a tus enemigos, entonces no puedes alcanzar la perfección” (Exponiendo el Fa en el Fahui de Australia).

Espero que mis compañeros practicantes de Singapur puedan cultivar su habla y dejar de criticar a los demás practicantes a sus espaldas.

Cuando advertimos un problema, podemos indicarlo bondadosamente. Debemos eliminar cualquier tipo de pensamiento negativo hacia los demás, confiar en que Dafa todo lo puede y en que los otros practicantes acabarán aprendiendo a hacer las cosas bien.

Los pensamientos de nosotros, los practicantes, llevan energía así que deberíamos dejar de arrojarles sustancias degeneradas. Debemos enviar más pensamientos rectos para eliminar la maldad que nos está impidiendo formar un cuerpo e imposibilitando a los coordinadores y a los miembros de la Asociación de Falun Dafa que lo hagan mejor. Debemos destruir los muros que han construido, a nuestro alrededor, las viejas fuerzas y formar juntos una fuerza capaz de desempeñar al máximo su papel en la salvación de seres conscientes.