En el Dao
Con un corazón sin apegos—
En armonía con el mundo.
Mira como si no vieras—
Sin confundirte ni estar tentado.
Escucha como si no oyeras—
Sin perturbar el corazón.
Come pero no saborees—
La boca libre de apegos.
Haz pero no busques—
Manteniéndote siempre en el
Dao.
Tranquilo y sin pensar—
Prodigiosas maravillas
emergerán.
4 de enero de 1996
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