(Minghui.org) La tía Ying (seudónimo) es una anciana de ochenta años que sólo fue a la escuela un año y es analfabeta. Enviudó a los treinta años y crió sola a tres hijos. Sufrió mucho y también cayó muy enferma. A los cincuenta años, la tía Ying tuvo cáncer de estómago. Gracias a la práctica de Falun Dafa (también conocido como Falun Gong), no sólo experimentó una espectacular transformación de su salud, sino que también se ha convertido en una persona verdaderamente noble y desinteresada que siempre tiene en cuenta a los demás. A la tía Ying le han sucedido muchas historias conmovedoras que validan la grandeza de Falun Dafa.
1. La guardia en el centro de detención bendecida después de renunciar al Partido Comunista Chino
En 2019, la tía Ying fue arrestada por la policía por producir materiales de aclaración de la verdad de Falun Dafa, y fue detenida ilegalmente en un centro de detención. La guardia que estaba a cargo de las celdas femeninas era muy feroz. La primera vez que se encontraron, la tía Ying le dijo al guardia: «Nunca hago la más mínima cosa mala. Dafa nos enseña a ser buenas personas y a considerar a los demás dondequiera que estemos». La guardia asintió, su rostro se suavizó, y dijo que en la celda que dirigía solía haber incidentes, y que los detenidos le daban dolores de cabeza. Como consecuencia, la guardia era criticada a menudo y le reducían el sueldo y la paga extra. Por eso se enfadaba todos los días.
Tras la llegada de la tía Ying, la situación en la celda mejoró gradualmente porque era muy amable y desinteresada. Sólo pensaba en los demás y les deseaba lo mejor. La bondad de su corazón le daba una fuerza invisible. Cuando alquiló una casa en el pasado, una vecina de abajo a la que no conocía le dijo una vez: «Desde que te has mudado arriba, mi dolor se ha reducido y me siento muy cómoda».
En la celda había todo tipo de personas, como antiguas funcionarias del gobierno y mujeres rurales jóvenes y mayores. La tía Ying se llevaba muy bien con ellas, diciéndoles la verdad sobre Falun Gong. Una antigua funcionaria del Partido Comunista Chino (PCCh) se llevaba muy bien con la tía Ying y dijo con pesar: «Si te hubiera conocido antes, no habría hecho cosas malas y no me habrían encerrado». Bajo la influencia de la tía Ying, los corazones de las detenidas cambiaron, relativamente hablando; el ambiente de lucha entre ellas y la desesperación y el desánimo disminuyeron.
La guardia tomó nota y comprobó que la tía Ying era realmente una persona que pensaba en los demás. La tía Ying también evitó que ocurriera un accidente un día: una persona que estaba encerrada en el centro de detención por primera vez se estampó contra la pared de cemento nada más entrar; tenía muchas ganas de morirse. La tía Ying la abrazó y le aconsejó: «Debes tener esperanza, cualquier cosa puede pasar. Tienes que recordar que Falun Dafa es bueno, y que Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno».
Una vez, alrededor del Año Nuevo Chino, la guardia escuchó a la tía Ying y se enteró de la verdad sobre Falun Gong y la persecución: «Nosotros, los cultivadores de Dafa, nos esforzamos por ser desinteresados, evitar las malas acciones y pensar siempre en los demás. Cuando la gente de esta celda estaba jugando, yo les ayudaba a lavar la ropa. Los he tratado bien. Al principio, la celda 1 era la más difícil de dirigir, pero ahora es muy fácil. Si recuerdas que 'Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno', y mientras recites estas frases en tu corazón, recibirás buena fortuna. Muchas personas han sido bendecidas gracias a este mantra. También hay una tendencia a renunciar al PCCh y a sus organizaciones afiliadas. Yo puedo ayudarte a renunciar». La guardia aceptó renunciar.
Esta guardia, que solía ser dura con las practicantes de Dafa y grosera con las detenidas normales, ha cambiado. Con una sonrisa en la cara, se ha vuelto amable con los demás. Durante el Año Nuevo Chino, envió leche y diversos aperitivos a la tía Ying, que los repartió entre las internas de la celda.
El destino de la guardia que comprendió la verdad Dafa también cambió. No sólo no volvió a ser regañada por sus superiores, sino que incluso fue ascendida. El destino de las personas que comprendieron la verdad en la celda también cambió uno tras otro. Hubo una persona llamada Xiaorong que fue condenada originalmente a 12 años de prisión, pero recitaba sinceramente «Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno» todos los días. Su condena se redujo inesperadamente en cinco años. A otras les restaron tres y cuatro años. La guardia le dijo a la tía Ying: «Este año hay muchas reducciones de condena. Nunca había visto tantas».
2. El familiar de un represor vino a disculparse en persona
Un día, la guardia trajo a una persona para que conociera a la tía Ying. Excepto los familiares, a los detenidos no se les permitía ser vistos por otras personas. La tía Ying no conocía a esa persona. Resultó que la visitante conocía a antiguos compañeros de la tía Ying y estaba muy impresionada por ella.
La mujer vino al centro de detención sólo para contarle a tía Ying cómo su familia había sufrido represalias porque su marido participó en la persecución. Medio año después de que detuvieran a la tía Ying, murió el hijo de la mujer; un año después de que detuvieran a la tía Ying, murió su marido. Esta mujer estaba sola y quería mudarse a su pueblo natal. Antes de marcharse, quiso ver a la tía Ying y contarle lo sucedido, diciendo que la muerte de su hijo y de su marido era el resultado de una retribución del yeli, y que tenía que disculparse ante la tía Ying.
El marido de la mujer era el director del departamento de policía y estaba a cargo del caso de la tía Ying. Cuando ella se enteró por casualidad, se apresuró a ir a ver a su marido y le dijo: «Conozco a esta persona, ha sufrido mucho y es muy buena persona. No la detengas. Haz una buena acción y déjala ir».
Su marido se puso furioso: «Realmente intentas controlarlo todo. ¿Cómo te atreves a pedir algo así? ¿Crees que te voy a hacer caso? Lárgate». La echó de la oficina.
Su marido no la escuchó. En menos de medio año desde que la policía envió a la tía Ying al centro de detención, su único hijo murió repentinamente de una enfermedad. Más de medio año después, su marido también murió. Sintió que el cielo se le venía encima y supo que había sufrido un castigo. Se quejaba de que su marido no escuchaba sus consejos y perseguía a la gente buena, ¡cosa que no toleraría el cielo!
Así que, antes de abandonar el pueblo, sintió que debía ir a ver a la tía Ying y pedirle disculpas. La guardia estuvo escuchando todo el tiempo y también se sintió muy conmovida. Después de aquel encuentro, trató mejor a la tía Ying.
A causa de la pandemia de COVID, la tía Ying estuvo detenida ilegalmente en el centro de detención durante casi dos años. Durante ese tiempo, la tía Ying aclaró la verdad y persuadió a más de 60 personas para que renunciaran al PCCh y a sus organizaciones afiliadas.
3. «He venido aquí para salvar a la gente»
La tía Ying fue condenada ilegalmente a tres años de cárcel por el PCCh. La guardia era muy reacia a enviar a la tía Ying lejos, pero se vio obligada a enviarla a una cárcel de mujeres debido a las normas. Dijo a los cuatro compañeros que se llevaron a la tía Ying que la cuidaran bien.
Tía Ying pensó: «He venido aquí para salvar a la gente». En la cárcel, la tía Ying convenció al capitán de su equipo, al instructor político y a algunos guardias de la prisión para que renunciaran al PCCh. La tía Ying intentó llegar al mayor número posible de personas, aclararles la verdad y convencerlas de que renunciaran al PCCh. Más de treinta personas renunciaron.
Durante su año en prisión, la tía Ying no escribió ninguna declaración de garantía para renunciar a sus creencias ni firmó nada. Desmintió las mentiras que calumniaban a Falun Gong en la televisión. La tía Ying no sabe leer ni escribir, pero su fe en Shifu y su firmeza en Falun Dafa han hecho que todo el mundo la respete.