Falun Dafa Minghui.org www.minghui.org IMPRIMIR

​Lotos puros en un mundo fangoso

Sept. 1, 2024 |   Por una practicante de Falun Dafa fuera de China

(Minghui.org) Mi madre empezó a practicar Falun Dafa en 1997 y se recuperó de las enfermedades crónicas que la habían molestado durante años. Recuperó la salud física y mental. Su experiencia me convenció de la bondad y los beneficios de practicar Falun Dafa. Pero cuando el Partido Comunista Chino (PCCh ) comenzó a perseguir a los practicantes de Falun Dafa en julio de 1999, mi miedo superó mi deseo de practicar. Aunque apoyé los esfuerzos de mi madre para continuar practicando, dudé en empezar a cultivarme.

Sin embargo, el misericordioso Shifu siguió velando por mí. Finalmente empecé a cultivar Falun Dafa en 2004. Han pasado veinte años, y he experimentado muchos milagros en mi camino de cultivación, muchos de los cuales han impactado profundamente mi vida.

Validación del Fa durante la detención ilegal

Fui detenida ilegalmente por el PCCh por practicar Falun Dafa en 2011. Estuve en un centro de trabajo forzado durante casi dos años. Me levantaba a las 5 de la mañana todos los días, trabajaba en el campo, cosía ropa de mujer en el taller del centro y luego trabajaba en el campo por la tarde.

Aunque el programa de cada día estaba repleto, se nos permitía un descanso de 10 minutos después de comer. A veces, las guardias volvían de hacer las compras y nos pedían que les ayudáramos a trasladarlas al interior del centro. Pensando que las compañeras practicantes mayores y menores encarceladas conmigo necesitaban más descanso, siempre me ofrecía voluntariamente para ayudar. Con el tiempo, me familiaricé con esas dos guardias que ayudaban a comprar nuestras provisiones diarias y empecé a explicarles por qué practicaba Falun Dafa. También les hablé de su efecto milagroso para curar dolencias y mantener sanos a los practicantes. Me escucharon de buen grado e incluso renunciaron al PCCh.

Cada vez que encontraban pasta de dientes estropeada o paquetes de fideos instantáneos que nadie quería comprar, les decía: «Yo los compro». Así me ganaba su gratitud. Vendiendo todos los productos que tenían a mano, las guardias podrían presentar una contabilidad perfecta.

Cuando me liberaron del campo de trabajo, aquellas guardias se resistían a verme marchar. Vinieron a despedirme el día de mi partida. Una de ellas me dijo: «A través de tus palabras y acciones, he llegado a creer en la bondad de Falun Gong». La otra guardia me pidió que le enviara un CD de aclaración de la verdad sobre Falun Gong cuando regresara a casa. Quería ponerle el CD a su madre y enseñarle a recitar las frases: «Falun Dafa es bueno, Verdad- Benevolencia- Tolerancia es bueno».

Entablando amistad con mi nuevo vecino

Después de emigrar a Estados Unidos, me instalé en una gran ciudad durante unos años. Todos mis vecinos eran occidentales. Me enteré de que mi vecino de al lado era un empresario exitoso que dirigía negocios de hostelería y teatro. La suya era una típica familia estadounidense.

El día que me mudé les expliqué a mis vecinos los hechos sobre la persecución a Falun Dafa. Incluso les hablé de Shen Yun Performing Arts. En Estados Unidos, la gente acomodada parece prestar atención a la clase social de una persona y sólo se abre a quienes pertenecen a su mismo estrato social. Aunque mis vecinos me trataban con cordialidad, seguía sintiendo cierta frialdad en nuestras interacciones.

Un día, rayé accidentalmente el coche de mi vecino mientras daba marcha atrás. Él estaba fuera ese día, así que le dejé una nota en el coche, confesando lo que había hecho. También le dejé mi número de teléfono y le pedí que se pusiera en contacto conmigo para reembolsarle la reparación.

Para mi sorpresa, se puso en contacto conmigo ese mismo día por mensaje de texto, agradeciéndome con entusiasmo mi honradez e informándome de que arreglaría el coche más tarde. A partir de entonces, la distancia entre nosotros desapareció y empezó a hablarme con cariño, a enviarme comida a casa de vez en cuando e incluso me ayudó a subir un paquete grande y pesado.

Cuando se declaró el fin de la epidemia de COVID-19 y Shen Yun volvió a actuar en nuestra zona, se me acercó inesperadamente y me dijo: «Quiero ver la función [de Shen Yun] de este año. Quiero comprar entradas y verla con mi familia».

Para un practicante de Dafa que vive de acuerdo con Verdad- Benevolencia- Tolerancia, mi confesión de haber golpeado su coche era algo natural. Sin embargo, para mi vecino, los estándares morales han decaído tan drásticamente que las personas verdaderamente honestas son escasas. Quizá mi honestidad le impresionó tanto que decidió ir a ver Shen Yun por su cuenta. Me alegró saber que mi vecino y su familia se salvarían.

Cada palabra que decimos y cada cosa que hacemos puede ayudar a transmitir la verdad a los seres conscientes. Al encarnar las cualidades de Verdad- Benevolencia- Tolerancia en nuestras vidas cotidianas, los practicantes de Falun Dafa estamos de hecho ayudando a validar Dafa. Continuaré trabajando duro y cumpliendo con el estándar de un practicante de Dafa.