(Minghui.org) Después de que mi hermana mayor me hablara de Falun Dafa en 1998, comencé a practicar. Hacía algunos trabajos esporádicos en otra ciudad, y había muchos lugares de práctica allí, pero el más cercano estaba a cierta distancia. Tenía que correr hasta allí para hacer los ejercicios por la mañana antes de apresurarme a trabajar después. No había leído seriamente el libro Vía de la Gran Perfección, por lo que mis conocimientos sobre los requisitos de cada movimiento de los ejercicios eran muy superficiales.

Aunque de vez en cuando visitaba a mi hermana, nuestro intercambio era superficial. Después de que el Partido Comunista Chino (PCCh) empezara a perseguir a Falun Dafa en julio de 1999, tuve que hacer los ejercicios sola en casa y no sabía si estaba haciendo los movimientos correctamente.

Más tarde conocí a una nueva practicante en la zona, así que las dos practicamos los ejercicios juntas durante mucho tiempo. Al principio me di cuenta de que ella parecía siempre medio dormida cuando hacíamos los ejercicios. Le recordé que se concentrara, pero me dijo que yo también parecía estar dormida. Al ver que no le gustaba lo que le decía, dejé de recordárselo. Esta situación continuó durante más de diez años.

Hace dos años empezó a decirme que me quedaba dormida cuando hacíamos los ejercicios. Yo no estaba de acuerdo y le dije que siempre estaba lúcida y despierta, así que no volvió a mencionarlo.

Otra practicante se unió a nosotras para hacer los ejercicios una vez a la semana. Nos dijo que la otra practicante y yo parecíamos dormidas cuando hacíamos los ejercicios y nos sugirió formas de mejorar. No estuvimos de acuerdo e insistimos en que siempre estábamos lúcidas.

Para convencer a todos, compré un trípode para mi teléfono móvil y nos grabé en vídeo haciendo los ejercicios. Nos sorprendió ver nuestro verdadero estado cuando hacíamos los ejercicios. Era obvio que estábamos en estado de trance cuando hacíamos el segundo y el quinto ejercicio, pero yo siempre creí que estaba siendo absolutamente lúcida. Miramos en nuestro interior.

Para ser honesta, me sentí sorprendida, asustada y bastante deprimida después de ver el vídeo. Shifu dijo en Zhuan Falun:

“Hay gente que practica gong según cómo se siente, ¿de qué cuentan tus sensaciones? No son nada”  (Primera Lección, Zhuan Falun).

Durante muchos años, había practicado los ejercicios basándome en mis sensaciones. Después de ver el vídeo, me sentí deprimida y no conseguía recomponerme. Al día siguiente, se me ocurrió una idea: Leer el libro Da YUANMAN FA,  Vía de la Gran Perfección. Casi al instante, me sentí llena de energía y supe que Shifu me estaba animando.

Estudié el libro con toda mi atención y, cuando practiqué los ejercicios al día siguiente, rectifiqué mi forma de pensar y seguí las instrucciones de cada serie de ejercicios explicados en el libro. Grabé otro vídeo y vi que me iba mucho mejor. En los días siguientes, leí el libro unas cuantas veces más y seguí mejorando. Ahora me siento segura y confiada cuando hago los ejercicios.

Compartí mi experiencia con los demás practicantes, para que todos pudiéramos mejorar. Me di cuenta de que cuando nos encontramos con problemas o dificultades en nuestro camino de cultivación, nunca debemos tener miedo ni sentirnos deprimidos, y siempre que tengamos el deseo de rectificarnos y avanzar, Shifu nos ayudará.

En China, donde la persecución continúa, hemos pasado por toda clase de altibajos y diversas tribulaciones en la cultivación de la rectificación del Fa. Fuimos privados de la libertad de estudiar el Fa y hacer los ejercicios en grandes grupos como hacíamos en el pasado, pero muchos de nosotros perseveramos por nuestra cuenta. Debido a esto, a veces no podemos ver muy claramente nuestro propio estado de cultivación-como me pasó a mí.

Me gustaría sugerir que, si es posible, grabes un vídeo de ti mismo haciendo los ejercicios y compruebes si los estás haciendo correctamente. Sigamos rectificándonos en todos los aspectos de la cultivación de Dafa, hagamos bien las tres cosas y sigamos a Shifu para regresar con éxito a nuestro verdadero hogar.

¡Gracias, venerado Shifu! ¡Gracias, compañeros practicantes!