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​Mis experiencias al encontrar la maldad del PCCh

Ago. 26, 2024 |   Por un practicante de Falun Dafa en China

(Minghui.org) Ahora tengo 70 años y he estado practicando la disciplina espiritual Falun Gong (también llamada Falun Dafa) desde 1996.

Solía tener mala salud, pero me convertí en una nueva persona saludable, poco después de comenzar la práctica. Sin embargo, el Partido Comunista Chino (PCCh) comenzó una brutal persecución contra Falun Gong en julio de 1999, que causó un enorme sufrimiento a decenas de millones de personas inocentes y de buen corazón.

El 20 de julio de 1999, el PCCh lanzó sorpresiva detención contra los miembros de la Asociación de Investigación de Falun Dafa y contra los responsables de varios centros asistenciales en provincia y municipios. En la tarde del 22 de julio, CCTV, el portavoz central del PCCh, anunció que Falun Gong estaba prohibido, lo que desencadenó instantáneamente la persecución a los practicantes de Falun Gong en toda China. He sufrido mucho desde entonces. Mirando hacia atrás, mi corazón está lleno de una multitud de sentimientos.

Mi miserable infancia

Lo pasé mal de niño. Mi madre me parió cuando tenía 40 años. Producía muy poca leche para amamantarme, y la familia era demasiado pobre para comprar suplementos alimenticios. En ese tiempo, su hermano tenía un pequeño restaurante, por lo que a menudo iba a su casa a pedir un poco de sopa de arroz sobrante para alimentarme. Peor además, yo sufría de diarrea crónica y estaba desnutrido. Como resultado, mi crecimiento estaba extremadamente retardado, mis brazos eran del mismo tamaño que el pulgar de un adulto y me veía esquelético. Mi llanto era extremadamente débil. La gente pensaba que era un poco monstruoso y se mantenía alejada de mí.

Como estaba bajo de peso y frágil, mi madre me metía en una pequeña cesta para llevarme con ella porque pensaba que podía morir en cualquier momento. Todos nuestros parientes y vecinos pensaban que yo no podría sobrevivir e instaron a mi madre a que me tirara, pero ella no pudo hacerlo porque yo era un ser vivo. Luché y no fue hasta los cuatro años que me comenzaron a salir los dientes y aprendí a hablar y caminar.

Cuando comencé la escuela, todavía estaba frágil y enfermo. Sentía mareos y dolores constantes en la cabeza y sacaba malas calificaciones. Tampoco aprobé el examen de ingreso a la escuela secundaria. Después de trabajar en casa pastoreando ganado durante un año, fui a la escuela secundaria gracias a que mi familia pertenecía a la "clase campesina pobre", una categorización aclamada por el PCCh en ese tiempo.

Poco después de que comencé la escuela secundaria, el PCCh lanzó la muy conocida Revolución Cultural, durante la cual, incitó a las masas de personas comunes a luchar y odiarse entre sí. Esto llevó a violentos combates entre ellos.

Fui a Beijing como miembro de la Guardia Roja como parte de la "gran red de trabajo" y me uní a uno de los grupos rebeldes locales que luchaban con otro grupo rebelde. Ambos propugnaban la consigna "Defender al Comité Central del Partido y al Presidente Mao". Los dos grupos tenían tomados a los otros por la garganta y trataban de matarse entre sí usando las armas que tenían.

Una chica que conocí fue alcanzada por una bala un día y la dejó tirada en el suelo. Nadie le ofreció ayuda y los transeúntes la pateaban simplemente porque pertenecía a una facción diferente. Al final murió.

Empecé a sospechar del PCCh y de la Revolución Cultural después de este incidente. Aun así, no fue hasta que leí Nueve comentarios sobre el Partido Comunista que obtuve un entendimiento mucho más profundo de la naturaleza verdaderamente malvada del PCCh.

Debido a mi mala salud desde la infancia, estaba muy interesado en la ciencia médica. Dado que los estudios regulares fueron interrumpidos por la Revolución Cultural, dediqué mucho tiempo y esfuerzo a adquirir conocimientos médicos por mi cuenta. Me convertí en un "médico descalzo" autodidacta en nuestra área local. Más tarde, me hice cargo de la clínica de nuestro pueblo.

Falun Gong da a sus seguidores una nueva vida

En la década de 1980, el qigong se hizo muy popular en toda China. También me interesaba y gasté mucho tiempo y dinero aprendiendo al menos diez tipos de qigong, pero no estaba contento con ninguno de ellos. Mi salud tampoco mejoró mucho. No fue hasta que encontré Falun Gong en 1996, que sentí en mi corazón: era esto lo que había estado buscando todos estos años.

Poco después de comenzar la práctica, todas mis enfermedades crónicas desaparecieron y me sentí muy relajado y saludable como nunca antes lo había sentido. Desde entonces, nunca he estado enfermo ni he necesitado tomar ningún medicamento. Me conduzco de acuerdo con los principios rectores de Falun Gong: verdad, compasión y tolerancia. Siempre hablo y actúo con sinceridad, y soy amable y considerado con los demás en todo lo que hago. Muestro paciencia y comprensión con todos los pacientes y siempre elijo medicamentos asequibles y de acción rápida para reducir las cargas financieras de los pacientes.

Muchos de mis pacientes habían gastado previamente mucho dinero buscando tratamiento en otros lugares, pero seguían sufriendo de sus dolencias. Sin embargo, se recuperaron después de que los traté y solo me pagaron una cantidad muy pequeña de dinero. Trataba a mis pacientes por igual, ya fueran ricos o pobres. Si un paciente no tenía dinero para pagar el tratamiento, yo llevaba un registro de su cuenta. Sin embargo, nunca les pedía el pago. Si seguían sin pagar después de un período prolongado, les quemaba las facturas. Siempre di  tratamiento gratuito por largos periodos para personas de familias empobrecidas.

Gracias a mis buenas habilidades médicas y a mi ética moral, la gente acudía a mí primero cuando se enfermaba, a pesar de que el centro médico estatal del municipio tenía instalaciones mucho mejores que las mías. Estaba ocupado todo el día tratando pacientes, pero el centro médico del municipio a menudo estaba tranquilo y tenía pocos pacientes.

Era muy popular y respetado en nuestra zona. La población local me eligió para la Asamblea Popular Nacional como su representante. El gobierno local también me felicitó muchas veces y me otorgó títulos honoríficos.

En la China de hoy, los médicos a menudo esperan tener tantos pacientes como sea posible para poder ganar más dinero. Cambié mi actitud después de empezar a practicar Falun Gong. El dinero ya no era el objetivo y me esforcé por ayudar a las personas a obtener una buena salud. Presenté Falun Gong a todos mis pacientes, y muchos de ellos recuperaron la salud después de hacer la práctica y ya no necesitaban venir a mí para recibir tratamiento. Aunque mis ingresos se reducían, no me arrepentí y me sentí muy feliz por esas personas.

También iba a otros municipios y aldeas con otros practicantes para promover Falun Gong cada vez que tenía tiempo, y la práctica se hizo muy popular. Las personas gozaban de buena salud en general, incluidas las que tenían enfermedades de mucho tiempo atrás. Además de los beneficios para la salud, la moralidad de las personas también mejoró y abandonaron varios malos hábitos, como el juego, la bebida y el tabaquismo. Algunas personas que solían tener mal genio y a menudo maldecían o se metían en peleas a golpes, dejaron de tener esos comportamientos después de comenzar a practicar Falun Gong.

Los hogares con practicantes de Falun Gong se volvieron armoniosos, mostraban respeto a los ancianos y cuidaban bien de los chicos. No se quedaban con el dinero ni otras cosas que encontraban y siempre trataban de encontrar al dueño. Trataban los negocios de manera justa y siempre estaban dispuestos a ayudar a los demás.

Con el aumento en el número de personas que practican Falun Gong en nuestra ciudad, la estabilidad social y las normas sociales también mejoraron. Como resultado, la gestión gubernamental también se volvió mucho más fácil que antes. Los líderes locales estaban complacidos y apoyaban a Falun Gong. Ofrecieron salas de conferencias y aulas escolares para que los practicantes de Falun Gong hicieran los ejercicios juntos. Algunos miembros del personal del gobierno municipal, incluidos el secretario del PCCh y el alcalde, también practicaban Falun Gong. Había más de 1.000 personas en nuestro municipio y alrededor de 3.000 en el condado local practicando Falun Gong en ese tiempo. Cada vez que había un festival o un día de mercado en la ciudad, practicábamos los ejercicios juntos para promover Falun Gong. Este tipo de actividades siempre atraen a un gran número de personas.

Durante el Año Nuevo Chino de 1999, las autoridades del condado organizaron espectáculos culturales durante diez días en una plaza pública. Los practicantes de Falun Gong fueron invitados a participar. A pesar de que el condado ofrecía subsidios para los participantes, Falun Gong fue el único grupo que no pidió un subsidio al gobierno local.

Ese día, más de 500 practicantes de Falun Gong hicieron una demostración de los ejercicios. Debido a la gran cantidad de espectadores, el equipo organizador envió agentes de policía adicionales para asegurarse de que la gente no interrumpiera la procesión de los practicantes. El gobierno del condado elogió mucho la presentación de Falun Gong, y la estación de televisión local del condado transmitió un programa que mostraba los ejercicios de Falun Gong.

Si Falun Gong no hubiera sido perseguido, nuestra región sin duda habría seguido avanzando en la dirección correcta con un énfasis en la moralidad social, las interacciones armoniosas de la gente, la promoción de la virtud y las buenas acciones, la integridad política y la armonía entre las personas, por nombrar algunos. Lamentablemente, el PCCh lanzó una represión sin precedentes contra Falun Gong en julio de 1999.

El sufrimiento que experimenté

Después de que CCTV anunciara la prohibición de Falun Gong el 22 de julio, el secretario del PCCh y el alcalde de nuestro municipio vinieron a mi casa y me dijeron que les dijera a los practicantes locales que ya no podían venir a mi casa para hacer ejercicio en grupo. Alrededor de las 8 de la noche, varios coches de policía y un gran número de policías rodearon mi casa. Me llevaron a la comisaría para interrogarme.

Querían que dijera algo malo sobre Falun Gong. Me negué a hacerlo y les conté cómo Falun Gong me había beneficiado a mí y a otros practicantes. La policía me metió en un calabozo de agua apestosa de más de un pie de profundidad. Tres días después, me trasladaron a un centro de detención. La policía me dijo: "¿Quién te crees que eres? Nadie puede sobrevivir al castigo del PCCh, incluidos líderes de alto rango como Peng Dehuai (exministro de Defensa Nacional de China) y Liu Shaoqi (expresidente de la República Popular China). Eres como una hormiga y puedes ser aplastado fácilmente si sigues siendo tan terco.

El día que me llevaron al centro de detención, un oficial de policía de la Brigada de Seguridad Nacional le dijo a un grupo de reclusos: "Este [practicante] de Falun Gong es muy terco. Pueden golpearlo como quieran, y no serán responsable incluso si lo golpean hasta la muerte". Los reclusos inmediatamente se abalanzaron sobre mí y gritaron: "¡Maten a este [practicante] de Falun Gong!" Me arrastraron a una celda y comenzaron a darme puñetazos y patadas violentas, sabiendo que no serían responsables.

Además de darme puñetazos y patadas, utilizaron varios medios para torturarme, entre ellos obligarme a beber orina, verter agua sobre mi cuerpo, obligarme a inclinarme a 90 grados, luego me golpeaban violentamente la espalda con su codo, me golpeaban el pecho con fuerza donde está mi corazón, me golpeaban la cabeza contra la pared, me obligaban a quedarme quieto durante horas,  frotaban un bálsamo mentolado irritante en mis ojos, se paraban sobre mi espalda y más. Se jactaban de tener 108 métodos de tortura para usar con practicantes de Falun Gong como yo.

Me torturaban todos los días y me rompieron cuatro costillas del lado izquierdo. Los perpetradores me dijeron: "Eres tan terco en estar apegado a la práctica de Falun Gong y mereces ser golpeado hasta la muerte". Me golpeaban brutalmente todos los días y me sentía mareado todo el tiempo. Un día parecía un año. Fue tan doloroso que, después,  cada vez que pensaba en ello, derramaba lágrimas. Fue tan cruel, tan horrible y desgarrador.

El PCCh calumnia a Falun Gong utilizando "casos de muerte" inventados

Gracias a mi conducta recta como practicante de Falun Gong, la policía no pudo encontrar ninguna evidencia de que hubiera cometido un delito. Lo único que consiguieron fue gente que alababa mis buenas obras. La Oficina 610 (una agencia establecida con el único propósito de perseguir a Falun Gong) en nuestro condado, ideó un plan perverso. Me acusaron de "usar la superstición para causar la muerte" y luego enviaron a la policía y al personal del gobierno municipal a cada aldea para recopilar información sobre las personas que habían muerto. Ofrecieron una recompensa de 200 yuanes a la familia del difunto si estaban dispuestos a firmar y testificar que yo había causado la muerte.

La mayoría de la gente no estaba dispuesta a firmar un testimonio tan falso, pero dos familias accedieron a testificar. La Oficina 610 del condado hizo un gran alboroto al respecto y difundió rumores de que Wang, del equipo de producción  en cierta aldea, y Huang de cierta aldea, murieron después de que no les permití tomar medicamentos. El hecho es que yo no tenía idea de quiénes eran, y nunca practicaron Falun Gong. Sus muertes no tenían nada que ver conmigo.

La Oficina 610 publicó deliberadamente falsos rumores difamatorios en el periódico para envenenar las mentes de las personas. También informaron de los dos casos de muerte de sus superiores para que fueran incluidos en el llamado informe de "1.400 casos de muertes" fabricado por el PCCh para calumniar a Falun Gong y justificar la persecución.

Más tarde, determiné la causa real de los dos casos de muerte que utilizaron en mi contra y contra Falun Gong. Wang tenía una enfermedad cardíaca grave, y debido a que su hijo fue multado fuertemente por la oficina de planificación familiar, por tener más hijos de los permitidos, su familia estaba empobrecida y no tenía dinero para el tratamiento médico de Wang. Un día, la familia de su sobrina mató un cerdo y le dio un trozo de carne. Ella estaba muy emocionada ya que su familia no había podido permitirse la carne durante mucho tiempo. Se apuró a ir al campo a recoger algunos nabos para cocinarlos con la carne, pero se desmayó en el campo y murió poco después de que la llevaran a casa. Huang murió de un cáncer de hígado avanzado y nunca había practicado Falun Gong.

No importa cómo me torturaran y calumniaran, no cooperé con el PCCh en su plan para calumniar a Falun Gong y me negué a admitir cualquier delito en sus fabricados casos de muerte. No tuvieron más remedio que ponerme en libertad bajo fianza a la espera de juicio después de extorsionar a mi familia con 5.000 yuanes. Antes de liberarme, la Oficina 610 hizo arreglos para que un reportero de televisión me entrevistara en el centro de detención. Le dije al reportero que Falun Gong era muy bueno y que me había beneficiado por  practicarlo. Me quedé impactado al ver la entrevista cuando se mostró en la televisión. Habían alterado lo que dije, y parecía que había dicho que Falun Gong me había engañado. Esta es una forma típica en que el PCCh tergiversa los hechos para engañar al público.

Más sufrimiento en un campo de trabajos forzados

Me enviaron a campos de trabajos forzados y centros de lavado de cerebro varias veces y sufrí todo tipo de torturas inhumanas. Cuando me llevaron por primera vez a un campo de trabajos forzados, tuve que "pasar por las formalidades" (es decir, golpizas y castigos corporales), que incluían ser golpeado con palos de madera, golpear mi cabeza contra el suelo durante tres días, permanecer de pie sin moverme durante siete días, y otros. Ese trato estaba diseñado para crear una atmósfera de terror. Los reclusos a menudo eran torturados hasta que gritaban de dolor. Me sometieron a todo tipo de torturas, como atarme fuertemente, suspenderme en el aire, esposarme de manera dolorosa, me golpearon y patearon violentamente, me encerraron en una habitación oscura, me obligaron a dormir en una cama de concreto o me ataban a “La cama del muerto” (una tortura cruel en la que la víctima es atada, extendida como un águila, por largas horas o aún por días, causándole a la víctima dolor extremo ya que se siente como si todo el cuerpo estuviera siendo destrozado). Me privaban del sueño por la noche, me obligaban a estar de pie durante largas horas, sentarme en un taburete pequeño y estrecho durante mucho tiempo o ponerme en cuclillas durante horas, y me golpeaban violentamente cuando me movía un poco.

La tortura más inhumana se llamaba "atado de cuerdas". Varias personas me empujaron al suelo y me mantuvieron allí. Me quitaron la ropa y dos policías comenzaron a atarme con cuerdas, empezando por los brazos, cada uno atando un brazo. Usaron una fuerza enorme para atar mis brazos vuelta tras vuelta, y la cuerda cortó profundamente mi carne. Los policías llevaban guantes para protegerse las manos de la áspera cuerda. Después de que me ataron los brazos, usaron una barra de hierro para retorcer las cuerdas y apretarlas aún más. Muy pronto, mis dedos y brazos se volvieron morados y negros. El dolor era insoportable.

Cuando me desataron, las cuerdas estaban cubiertas de piel y carne, y mis brazos estaban ensangrentados. Las heridas exudaron sangre y pus durante más de diez días. Mis brazos tardaron de tres a cuatro meses en sanar. Ocho años después, las marcas de la cuerda son claramente visibles, y mis dedos y brazos todavía se sienten entumecidos de vez en cuando. No importa cuán cruelmente me torturaran, nunca cedí a las malvadas demandas de difamar a Falun Gong.

Después de que me liberaron del campo de trabajos forzados, la Oficina 610 envió a tres hombres a vivir en mi casa y vigilarme de cerca, ignorando por completo el hecho de que mi madre, mi esposa y mi hija también vivían en la casa. Vivieron en mi casa durante más de un año, y los miembros de la Oficina 610 y de la policía de seguridad nacional también venían a menudo a mi casa para las tales inspecciones. Mi casa se convirtió en una forma diferente de prisión.

Todo lo que va, regresa

La persecución de Falun Gong por parte del PCCh no solo causó un enorme sufrimiento a los practicantes de Falun Gong y sus familias, sino que también trajo desgracias a quienes participaron en la persecución, ya que nadie puede escapar del principio celestial: lo que va, regresa. Tomemos como ejemplo nuestro municipio. Ha habido docenas de casos a lo largo de los años, en los que las personas que participaron en la persecución de Falun Gong sufrieron tribulaciones. Los siguientes son algunos ejemplos de tales casos.

Caso 1

Zhang, el secretario del PCCh del municipio, solía apoyar mucho a Falun Gong, e incluso practicó los ejercicios muchas veces. Sin embargo, después de julio de 1999, al ver el cambio en la política del PCCh, participó activamente en la persecución. Poco después, contrajo vasculitis. Le amputaron una mano y después, durante la amputación de su pie, murió en la mesa de operaciones.

Caso 2

Li, un secretario del PCCh de la aldea, también apoyaba mucho a Falun Gong antes de que comenzara la persecución, pero cambió su actitud por completo después de julio de 1999. Confiscó libros de Falun Gong de los practicantes y dijo en una reunión masiva: "Ustedes dijeron que Falun Gong no se puede mover. No lo creo, y yo voy a mover lo inamovible". Murió un mes después. Antes de morir, su sobrino le preguntó: "Falun Gong no hizo nada que te ofendiera. ¿Por qué maltrataste a los practicantes?" Él no pudo responder y solo derramó lágrimas de arrepentimiento.

Caso 3

Su era un oficial de policía de una familia común, que trató de ascender persiguiendo a los practicantes de Falun Gong. Aunque fue ascendido por esto, fue diagnosticado con cáncer a los pocos años. Los médicos dijeron que el tratamiento adicional era inútil y le dijeron que se fuera a casa. A pesar de que me había perseguido en el pasado, fui a su casa para aclararle la verdad. Cuando entré, vi a una docena de policías en la sala de estar. Me llevó a otra habitación donde traté de persuadirlo de que se arrepintiera de sus malas acciones y renunciara al PCCh, pero no me escuchó. Murió unas dos semanas después. Un subdirector de la estación de policía que fue diagnosticado con cáncer al mismo tiempo se recuperó de su enfermedad poco después de aceptar la verdad sobre Falun Gong, tras de que los practicantes hablaran con él. ¡Qué contraste tan marcado!

Caso 4

Había un hombre en nuestra ciudad que vivía al lado de un practicante de Falun Gong. Cooperó con la Oficina 610 y monitoreó al practicante. La Oficina 610 le ofreció un teléfono celular para su servicio. Trabajaba muy duro y constantemente reportaba los movimientos del practicante. Lamentablemente, murió unos años más tarde y su familia también quedó arruinada.

Caso 5

El dueño de una casa de té en nuestra ciudad denunció a más de 20 practicantes de Falun Gong a la policía en un momento dado y recibió una recompensa de 500 yuanes por cada uno de ellos. Unos días después, se desplomó y murió mientras servía té a un cliente.

Ha habido muchos otros sucesos similares, pero no entraré en detalles sobre ellos aquí. La persecución a Falun Gong ha estado ocurriendo durante 25 años, y aunque el PCCh nos ha perseguido brutalmente, los practicantes seguimos siendo inamovibles e indestructibles. A medida que más y más personas se enteran de la verdad, el PCCh está alcanzando su final. Toda una nueva era está ya a la vuelta de la esquina.