(Minghui.org) Varios oficiales de policía irrumpieron en mi casa una mañana temprano. Les dije: “La Constitución estipula que los ciudadanos tienen derecho a ser informados antes de ser visitados. Por favor, respondan primero a mi pregunta”. Les pedí que mostraran sus identificaciones, diciéndoles que no reconocería esta cita verbal irrazonable. Eran muy arrogantes y finalmente me llevaron a un centro de detención.
Es legal tener libros de Dafa en casa
El oficial A que manejaba el caso me preguntó: “¿Cuándo empezaste a practicar Falun Dafa?” Respondí: “¡La pregunta no tiene nada que ver con este caso! La Constitución claramente estipula que los ciudadanos tienen libertad de creencia”. Me preguntó porqué me detuvieron la última vez. Dije: “¡No tiene nada que ver con este caso!”.
La policía confiscó una copia de Zhuan Falun, varias tarjetas, folletos, billetes con las palabras “Falun Dafa es bueno”, tres móviles y otros enseres diarios de mi casa.
El oficial A preguntó:“¿Los libros de Falun Dafa te pertenecen?”. Dije: “¡No tiene nada que ver con este caso! No es un crimen tener este libro, ni ha causado daño a nadie. Es legal. El 1 de marzo de 2011, la Administración Estatal de Prensa y Publicaciones emitió la Orden No. 50, que claramente estableció que se había abolido la prohibición de la publicación de libros de Falun Dafa. Así que es completamente legal que yo tenga libros de Falun Dafa en casa”.
Respondí todas sus preguntas diciendo que no tenía nada que ver con este caso. Finalmente, gritó enojado: “¡Hablas de Verdad, Benevolencia, Tolerancia, pero ni siquiera te atreves a decir la verdad! ¿Qué dirías que es relevante para este caso? ¿Es esto lo que tu Shifu te enseñó?”. Le advertí severamente: “¡Por favor cuida tus palabras!”. Bajó la voz y dijo: “¡Tú también cuida tus palabras!”.
Disolví la coerción del mal para transformarme
Todos los miembros de mi familia fueron llevados para transformarme. Mi esposa, hijos, madre, hermana y cuñada. Tan pronto como nos encontramos, mi madre estalló en llanto y se arrodilló. Suplicó: “¿Fue dificl para mí criarte sola? Hijo, fírmalo rápido! Dijeron que mientras firmes una declaración de garantía y digas que no practicarás Falun Dafa nunca más, te pueden dejar ir a casa. De lo contrario, serás enviado a prisión. Si no firmas, me acostaré y moriré frente a ti”. Toda la familia comenzó a llorar. Dije: “Mamá, no puedo firmar algo así. Firmar es hacer que la gente renuncie a su conciencia. Es un buen camino de cultivación, y estoy decidido a practicarlo hasta el final.
“En la víspera de Año Nuevo del año antepasado, mi hijo de repente me habló grosero y gritó. No me enojé y le hablé de muchos principios de la vida. Estabas muy conmovida en ese momento. Me quedé a tu lado en silencio, y me dijiste, 'Eres un buen hijo, un buen padre y un buen esposo. No puedo ser como tú, pero ¿por qué te obsesionaste con Falun Dafa?'. No dije una palabra. Mamá, quiero decirte hoy que pude hacer esas cosas que mencionaste precisamente porque practico Falun Dafa!”
Ella respondió: “¡Hijo, por favor fírmalo! De lo contrario te llevarán. No podemos ganar esta lucha”. Dije: “¡Mamá, levántate! Deja de arrodillarte en el suelo frío”. Ella replicó enojada: “¡Si no firmas, moriré de rodillas aquí!”. "Si quieres arrodillarte", respondí: "no lo hagas por mí. Si quieres arrodillarte, ¡arrodíllate ante el Shifu de Dafa!". Se levantó rápidamente y dijo: “¡Se acabó, todo se acabó. Has sido tonto desde que eras un niño, y esta vez eres el más tonto!”.
Mi esposa también hizo todo lo posible por persuadirme de firmar. Al ver mi firme resolución, gritó: “¡Divorcio! Nos divorciaremos hoy si no firmas”. Mi cuñada dijo: “Por favor fírmalo. Podemos irnos a casa una vez que lo hagas. Nadie lo sabría si practicas secretamente en casa”. Respondí: “Por favor, dejen de intentar persuadirme, no puedo firmarlo”. Ella dijo: “¿Por qué no piensas en tus hijos? Será difícil para ellos conseguir un trabajo después de la universidad. No se les permite servir en el ejército, ni tomar el examen de servicio civil. Esto afecta a varias generaciones”.
Finalmente, mi hermana intervino: “¡Fírmalo ahora! La vida de mamá no ha sido fácil. Nuestro padre falleció a temprana edad, y ella trabajó duro para criarnos. Ahora es mayor, y no deberías hacerla preocuparse por ti”. Estalló en llanto mientras hablaba. Dije: “Nunca renunciaré a mi fe, incluso si pierdo la vida”. Así, se fueron sintiéndose tristes.
Ese mismo día, me llevaron a una celda de detención. Grité: “¡Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno!” fuera de la puerta. El oficial dijo que mi voz no era lo suficientemente fuerte, así que grité tres veces más.
Un oficial me ordenó firmar un documento cuando fui admitido en la celda de detención, pero me negué. El director dijo: “No necesitas usar el uniforme. ¿Quieres comer?”. Dije que sí. Él repuso: “Puedes hacer los ejercicios como quieras, pero no causes problemas”.
Aclarando la verdad en el centro de detención
Fui enviado primero a una celda de transición, donde había una decena de personas. Les ayudé a renunciar al Partido Comunista Chino (PCCh) y sus filiales. Cuando hacía la meditación sentada, querían aprenderla. Se sentaron en fila y me siguieron para hacer los movimientos de manos, y lo tomaron muy en serio. Una persona dijo que definitivamente practicaría después de salir. Dijeron que parecía más joven de lo que era.
Fui a varias otras celdas y ayudé a la gente a renunciar al PCCh. Me paraba fuera de la puerta de la celda todos los días y hacía los ejercicios para que los reclusos pudieran verme. Cuando fui trasladado al centro de detención, un jefe de celda me saludó y me trajo un tazón de arroz con ambas manos a la hora de la comida. Probablemente fue uno de los reclusos que me vio en la celda de detención practicando los ejercicios, y podría haber sido trasladado de la celda de detención al centro de detención antes que yo.
Siete días después, cuando estaba dejando la celda de detención, el director me dijo que firmara la última página de un folleto. Quise ver lo que estaba firmando, pero él no me dejó. Lo ignoré y tomé el folleto. Resultó ser la transcripción del interrogatorio. Dije firmemente que no lo firmaría. Al ver que su trampa estaba expuesta, dijo al oficial a su lado: “¡Déjalo estar! No nos importa. Dile que se vaya rápido”.
Después de que me trasladaron al centro de detención, un oficial me dijo en público un día: “Falun Dafa, solo inténtalo y verás. Si no firmas la declaración de garantía, serás condenado a al menos cuatro años. Hemos encarcelado a más de 300 practicantes de Falun Dafa aquí, y pocos pudieron sobrevivirlo. Después de un mes, todos firmaron el papel y fueron transformados”.
Respondí: “Ellos son ellos y yo soy yo. Ni siquiera pienses en pedirme que firme, es imposible. Hoy, puedes decirme frente a todos cuál ley del país he violado”. Él dijo: “Violaste el Artículo 300 del Código Penal al usar una organización religiosa para socavar la implementación de las leyes nacionales”. Continué: “Entonces dime. ¿Qué ley he socavado?”. Él reviró: “Realmente no lo sé”. Comenté: “La Constitución claramente estipula que cualquier ley que entre en conflicto con la Constitución será considerada inválida. ¡Mis acciones son para defender la libertad de creencia otorgada a los ciudadanos por la Constitución y para mantener la dignidad de la ley!”.
Se rió y le dijo a los reclusos alrededor: “No puedo ganarle hablando”. Un recluso dijo: “Mira, los practicantes de Falun Dafa realmente entienden la ley. Si él fuera abogado, definitivamente le pediría que me defendiera”.
Un día, un oficial mayor me dijo: “Crees tan firmemente. ¿Has conocido a tu Shifu? Si maldices la foto de tu Shifu hoy y dices que no practicarás más, te dejaré salir inmediatamente”. Respondí: “Lo que dijiste no tiene sentido. Entre los que creen en el budismo, ¿quién ha visto a Shakyamuni? Entre los que creen en el cristianismo, ¿quién ha visto a Jesús? Incluso aquellos que creen en el malvado Partido Comunista nunca han visto a Marx. Aún no he conocido a mi Shifu, es normal”. Los reclusos en la celda se rieron después de escuchar mis palabras.
Continué, diciendo: “Hay un dicho chino antiguo: Si alguien te enseña por un día, lo respetarás como a tu padre toda tu vida. Solo el PCCh se dedica a derribar nuestro patrimonio chino. Incitaron a los estudiantes a intimidar a los maestros y destruir las tradiciones chinas”. El oficial se dio la vuelta y se fue sin decir una palabra.
Un recluso me dijo: “Realmente no entiendo lo que estás haciendo. Puedes irte a casa una vez que firmes. Es algo tan bueno, ¿por qué no lo haces?”. Dije: “¿Algo tan bueno? ¿Por qué no te dejan ir a casa firmando?”. “Porque violamos la ley”, respondió. “¡Tienes razón! Justo porque violaste la ley, no te pidieron que firmaras y te fueras a casa. Nosotros somos buenas personas que seguimos Verdad-Benevolencia-Tolerancia, y no hemos violado ninguna ley. Nos piden firmar con la condición de que renunciemos a nuestra creencia y dejemos de ser buenas personas. Saben que los practicantes de Falun Dafa no pueden mentir, así que por eso piden que firmemos y renunciemos a nuestros valores y creencias honestos.” Él respondió: “Ahora lo entiendo. ¿Cómo puede ser tan estúpido el gobierno? Si lo hubiera sabido, debería haber afirmado practicar Falun Dafa cuando entré”.