(Minghui.org) Aunque aprendí a practicar Falun Dafa cuando era joven, lo dejé cuando comenzó la persecución. Cuando más tarde retomé la práctica, aprendí a cultivarme sin deseos egoístas y mejoré rápidamente.
Practico Dafa desde pequeña
Empecé a practicar Dafa con mis padres en 1999, cuando estaba en edad preescolar. Era demasiado niña para comprender la importancia y el significado de la cultivación. Simplemente acompañaba a mis padres al estudio del Fa y a hacer los ejercicios.
Después de que lanzaron la persecución contra Falun Dafa el 20 de julio de 1999, mis padres se vieron presionados y dejaron de practicar contra su voluntad. Yo también dejé de cultivarme. Sin embargo, la belleza de Dafa había echado raíces en mi joven corazón.
Cuando estaba en la escuela primaria, tuve mucha fiebre después de vacunarme contra la gripe. Me duró más de una semana. Hasta me ingresaron en el hospital, pero los médicos no supieron qué hacer y me mandaron a casa. Un pariente con el que normalmente no nos hablábamos me sugirió que bebiera mucha agua. Sorprendentemente, la fiebre me bajó al día siguiente. Mis padres creyeron entonces que Shifu había dispuesto que este pariente me ayudara. Había estado cuidando de nosotros todo este tiempo. Entonces reanudamos nuestra cultivación.
Estudiaba el Fa con mi madre todas las mañanas. Aquel era un momento verdaderamente feliz para mí. Sin embargo, más tarde descubrí que me cultivaba Dafa por razones egoístas: para que Shifu me diera sabiduría, para sacar buenas notas y para tener buena salud. En la superficie, parecía indiferente al interés propio, pero en el fondo quería sacar beneficios de Dafa. Era una mentalidad egoísta porque deseaba beneficios. Pero, de hecho, estos beneficios aparecían, de forma natural, si me limitaba a cultivar Dafa.
En casa me comportaba como una niña obediente, con buenas notas y una personalidad amable, así que los demás me envidiaban. Me cultivaba siguiendo los pasos de mis padres, pero no reconocía su importancia real ni la valoraba. En cambio, inconscientemente veía a Dafa como un escudo protector. Es decir, no me cultivaba verdaderamente, y estaba permitiendo que mi egoísmo se acrecentara.
Alejándome de Dafa
Mientras asistía a los internados en la escuela media y secundaria, perdí el ambiente de cultivación y viví como una persona común. Incluso, por miedo, firmé un papel difamando a Dafa. Después, sentí que el cielo era gris y mi cerebro había sido encadenado. Las viejas fuerzas explotaron esta brecha. Me empezó a ir mal en los exámenes de ingreso a la escuela secundaria y a la universidad.
En la universidad, hacía lo mismo que hacían mis compañeros de habitación: ver vídeos inapropiados y jugar a los video juegos. Como no conseguí entrar en mi universidad preferida, me sentí perdida y poco a poco me fui rindiendo. Después de ver la película “Antes éramos Dioses”, me di cuenta de que mi reino celestial y los dioses de allí, debían de haber sufrido un desastre debido a mi mal comportamiento de entonces.
Mi adicción a ver vídeos y a jugar a juegos en Internet, continuó incluso después de que empezara a trabajar. Aunque sabía que estaba mal, no podía abandonar el hábito. Estudiaba el Fa de forma intermitente y navegaba por el sitio web de Minghui, pero le dedicaba más tiempo a las noticias para satisfacer mi curiosidad. Shifu no me abandonó: gozaba de una salud perfecta y no tomé ni una sola pastilla en más de 20 años.
Más tarde, por mi trabajo tuve la oportunidad de trasladarme a otra sucursal, pero los recursos humanos no parecíamos capaces de hacer el papeleo. La sensación de tener el cerebro encadenado se acentuó durante ese tiempo, como si las cadenas me estuvieran cortando el cerebro. Un día leí un artículo en el sitio web de Minghui sobre la declaración solemne, un paso necesario para que los practicantes anulen sus experiencias contaminadas y avancen limpiamente.
Ese mismo día presenté mi declaración solemne. Mi cerebro se sintió inmediatamente libre, como si las cadenas se hubieran derretido en un instante. Clamé por la misericordia de Shifu, que me había dado la oportunidad de volver a cultivarme. La sucursal a la que estaba a punto de trasladarme sólo contrataba empleados de universidades prestigiosas, pero acababa de flexibilizar esta restricción para esta nueva hornada de empleados. Recibí mi oferta al día siguiente, tras presentar mi declaración solemne. Todo había sido organizado por Shifu, que nunca quiere dejar atrás a ningún practicante de Dafa.
Retomar la cultivación
Después de eso, he estado estudiando el Fa y navegando por el sitio web de Minghui todos los días. Aunque practico sola, el sitio web Minghui me hace sentir conectada con los demás practicantes. Los días que no me levanto a hacer los ejercicios por la mañana, lo compenso más tarde. Me esfuerzo por renunciar a mi apego a la comodidad y practico cada mañana. Ya no me cultivo con el deseo del beneficio personal, sino que me asimilo incondicionalmente a los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia y elimino mi egoísmo. Sumergiéndome en el Fa, soy capaz de mantener una mente pacífica y una sonrisa auténtica en mi rostro.
La casa que alquilaba tenía una habitación extra y esperaba que se quedara vacía para que no me molestaran. Pero un día me di cuenta de mi egoísmo y de la pérdida económica que causaba al casero. La habitación se alquiló ese mismo día, lo que me demostró el poder de los pensamientos rectos.
Cuando mi nueva compañera de habitación me despertó la primera noche que pasaba allí, no me irrité. Shifu me recompensó esa noche con un sueño, en el que yo era un ángel con una túnica blanca y alas. Shifu dispuso este nuevo entorno para que me deshiciera de mi ego y mejorara rápidamente. Acepté de buen grado todas las molestias de mi compañera de habitación.
Había perdido mucho tiempo y rara vez hacía algo por salvar a la gente. Después de que Shifu publicó el artículo "¿Por qué existen los seres humanos?", me di cuenta de que el proceso de la rectificación del Fa ha llegado a su última etapa y el tiempo se está acabando. Debo cultivarme bien, romper mi apego al miedo y hallar el valor de contarle a la gente los hechos sobre Dafa y salvarles. Debo sumergirme verdaderamente en el Fa.