(Minghui.org) Hasta mis 50 años, desarrollé una joroba. Pensé que era causado por una disminución de la masa ósea debido a los efectos secundarios de los medicamentos que solía tomar. Pero la mayoría de mis dolencias habían desaparecido después de practicar Falun Dafa, así que me pregunté por qué mi joroba no desaparecía. Así continué durante las siguientes dos décadas.
Mis hijos a menudo me recordaban que debía enderezar la espalda. Me preocupaba que mi joroba afectara los resultados de mi aclaración de la verdad, sobre Falun Dafa a la gente, especialmente cuando les hablaba de los beneficios para la salud que brinda Dafa.
Hace poco me di cuenta de que tenía un fuerte apego a mi joroba. Aunque a menudo animaba a otros a dejar de lado sus apegos, yo no trabajaba en mí. Me dije: "Tengo que tener fe en Dafa y dejar que Shifu decida todo por mí". Dejé de pensar en mi joroba o de mirarme en el espejo.
Después de un tiempo, de repente me di cuenta de que mis hijos habían dejado de recordarme que enderezara la espalda, así que les pregunté por qué. Solo cuando me señalaron que mi espalda ya estaba recta me di cuenta de que efectivamente era así: ¡estaba de pie erguido! Era mi propio apego el que se había interpuesto en el camino.