(Minghui.org) ¡Saludos, venerable Shifu! ¡Saludos, compañeros practicantes!
Soy una practicante veterana de Falun Dafa. En mi camino de cultivación, cada paso que di y cada progreso que hice fue el resultado de la guía y protección del Shifu.
Nuestra familia dirige un negocio de alimentos. En los últimos años, mantener el negocio se ha vuelto cada vez más difícil debido a la mala economía. Recientemente, un lote de trigo que teníamos se estaba echando a perder debido al aumento de las temperaturas en el almacén. Había una gran escasez de trigo en el mercado. Sugerí que vendiéramos el trigo para liquidar las existencias, pero mi marido quería esperar para venderlo a un precio mejor.
Como no llegábamos a un acuerdo, mi marido se enfadó y buscó a unos parientes para desahogarse. Se suponía que debía ir al grupo de estudio de Fa, pero falté debido a la discusión. Mientras cenaba sola, mi marido me llamó y me pidió que lo acompañara a él y a otros familiares a cenar.
Después de ir allí, empezamos a discutir de nuevo. Mis cuñados y mis suegros estaban todos del lado de mi marido. De repente, me di cuenta de que yo era practicante y no debía discutir con ellos. Debido a mi apego, me perdí el estudio de Fa y desarrollé resentimiento hacia mi marido. También tenía apego al dinero, pues temía que perdiéramos beneficios si no vendíamos el trigo a tiempo.
Cuando me di cuenta de estos apegos, me calmé y dejé de discutir. Entonces mi marido me instó a ir a casa a estudiar el Fa y me dijo que volvería un poco más tarde. Me despedí de mis suegros y me fui a casa.
Cuatro días después, recibimos un mensaje de que un cliente buscaba 500 toneladas de trigo, exactamente la cantidad que necesitábamos vender. El precio que ofrecía era justo y aceptamos el trato de inmediato.
Agradecí al Shifu por su protección. Una vez más fui testigo del poder de Dafa siempre y cuando nos cultivemos en el Fa.
(Experiencia seleccionada para celebrar el Día Mundial de Falun Dafa en Minghui.org)