(Minghui.org) Debido a que fui seriamente envenenada por la cultura del Partido Comunista Chino (PCCh) desde la escuela primaria, era una atea obstinada.
Antes de empezar a practicar Falun Dafa sufría de neurastenia, insomnio, corazón débil, dolores de cabeza, mareos e inflamación de las articulaciones. Una noche de enero de 1997 tenía dificultades para conciliar el sueño, así que salí a dar un paseo. Sin rumbo fijo, caminé hacia mi empresa. Era como si alguien me guiara hacia allí. Vi a dos compañeros de trabajo leyendo un libro, y me di cuenta de que todos los caracteres en ese libro eran extragrandes.
Pregunté sorprendida: "¿Qué clase de libro es ése? ¿Por qué son tan grandes los caracteres?".
Uno respondió: "No son más grandes de lo normal. Debe de ser una ilusión. ¿Crees que las buenas acciones tienen recompensa?".
"Sí creo", dije. "Lo que le pasó a mi familia es un ejemplo".
El otro dijo: "Tengo otro ejemplar del libro en casa. Puedes quedarte con éste".
Cuando empecé a practicar me di cuenta de que Shifu me había guiado hasta allí. Shifu hizo que los caracteres parecieran grandes para captar mi atención y conectarme con Dafa. Entonces tenía 48 años.
Los milagros de Dafa me convencieron de abandonar el ateísmo
Eran casi las diez de la noche cuando volví a casa con el libro Zhuan Falun. Me quedé despierta hasta las 7 de la mañana del día siguiente y terminé de leerlo. Sentí que el autor (Shifu Li Hongzhi) era virtuoso y honesto. Enseñaba a las personas a ser mejores siguiendo los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia.
Después noté algunos cambios sorprendentes. La neurastenia debilitante y el insomnio que me atormentaron durante 20 años desaparecieron asombrosamente. Ya no tenía que envolver el despertador en múltiples capas y meterlo debajo del colchón. Lo dejaba junto a la almohada y el tic-tac ya no me molestaba. Finalmente pude dormir profundamente.
Cuatro noches después de empezar a ir al lugar de la práctica en grupo, me entraron ganas de llorar sin motivo alguno. Mientras estaba en la cama llorando, una luz blanca deslumbrante rodeada de chispas eléctricas brilló de repente sobre mi cabeza. Entonces vi una gran plataforma de color amarillo pálido que se acercaba desde muy lejos en el cielo, y vi a Shifu sentado erguido sobre ella. También vi un gran ojo con párpados dobles. Me incorporé inmediatamente. Al día siguiente, vi coloridos Falun (ruedas del Fa) girando alrededor de la casa. Shifu abrió mi ojo celestial (tianmu).
Al séptimo día, sentí que algo giraba rápidamente en mi vientre bajo, la cabeza y mis hombros. Otro practicante dijo que Shifu me planto un Falun para ajustar mi cuerpo.
El décimo día tuve fiebre alta. Solía tener fiebres, y una vez incluso me desmayé. El médico del hospital del condado no sabía cuál era la causa. No me preocupé porque sabía que Shifu estaba limpiando mi cuerpo. No tomé ningún medicamento y la fiebre desapareció en dos días.
Una mañana, unas dos semanas después de empezar a practicar, estaba haciendo los ejercicios en el sitio de practica grupal cuando sentí que una mano grande me sacaba algo tan grande como el puño de un niño del lado izquierdo del pecho. De repente me sentí mal y me senté en un banco. Me desmayé cuando Shifu me quitó otra enfermedad. Desde entonces, he podido comer alimentos crudos y beber líquidos fríos. He ganado peso y mi tez se ha vuelto sonrosada.
Una mañana temprano, después de haber estado practicando durante tres semanas, otro practicante y yo hicimos los ejercicios con la puerta y las ventanas bien cerradas. Cuando sostuve la rueda sobre la cabeza en el ejercicio de “Estaca Parada Falun” (el segundo ejercicio), de repente sentí una ráfaga de viento como un pequeño tornado que zumbaba sobre mi cabeza, y mi pelo incluso voló hacia arriba. Supe que Shifu me estaba quitando algunas cosas malas. Después desaparecieron los dolores de cabeza, la visión borrosa y la ansiedad. Dormí profundamente y me sentí renovada. Estaba muy contenta y mis compañeros de trabajo decían que parecía otra persona.
Tres meses más tarde, al salir por la puerta de la empresa, de repente me elevé flotando en el aire a casi un metro de altura. Por miedo, volví a bajar al suelo con todas mis fuerzas. Después de calmarme, recordé lo que dijo el Shifu: "De hecho, les digo a todos que una vez que la gran circulación celestial está abierta, esta persona ya puede levitar y volar; es así de simple". (Octava Lección, Zhuan Falun) A partir de entonces, caminé con ligereza. Podía subir hasta el sexto piso sin detenerme. Una amiga dijo que caminaba como si no utilizara mi propia fuerza.
El día de Año Nuevo de 2008, mientras mi nieta de 6 años veía en la televisión la serie "Viaje al Oeste", puse la música "Sonido celestial". Mi nieta gritó: "Mira, abuela, hay un gran Buda, como el Buda Tathagata en 'Viaje'". Vio a Shifu en el televisor con una camisa amarilla clara de manga corta y unos pantalones marrones claros. Estaba corrigiendo sus movimientos mientras los practicantes occidentales hacían los ejercicios. En cuanto apareció Shifu, ella vitoreó. Más tarde supe que su ojo celestial se había abierto. Podía ver las imágenes majestuosas y sagradas de Shifu a través de su tercer ojo.
Una mañana del otoño de 2015, me sentí extremadamente incómoda cuando hice el segundo ejercicio. Intenté apretar los dientes y terminar, pero el dolor se intensificó y casi me desmayo. Pedí ayuda al Shifu. Sentí que me cubría un velo suave y cálido que bajaba del cielo. Sabía que Shifu me ayudó. Después de descansar un rato, me fui a desayunar como si nada.
A principios del verano de 2018, participé en un estudio de Fa en grupo. Al terminar un pasaje de la página 320 de Zhuan Falun, vi de repente una luz transparente de color amarillo rojizo que parpadeaba en la página, y en cada palabra aparecía una imagen de Shifu en kasaya sentado erguido, solemne y de una manera majestuosa. La escena duró dos minutos. Era exactamente como Shifu nos enseñó en Zhuan Falun:
“Aquellos de nosotros que tienen el tianmu abierto pueden ver que este libro se ve de ‘cinco luces y diez colores’, dorado resplandeciente, y cada ideograma es la imagen de mis Fashen”. (Novena Lección, Zhuan Falun)
He tenido tantas experiencias asombrosas. Cada frase que Shifu nos enseñó es un secreto celestial y la verdad. Mis experiencias realmente me hicieron sentir que Dios y lo Divino existen y me convencieron de abandonar mi ateísmo obstinado para poder permanecer firme en el camino de la cultivación de Dafa.
Mi marido sobrevivió a un grave accidente de coche
Mi marido no es practicante, pero me apoyó mucho en mi práctica y a veces escucha las conferencias de Shifu conmigo. Se le abrió el tianmu. A menudo veía muchos fashen cuando entraba en nuestra casa o salía a pasear.
Cuando la persecución estaba en su punto álgido, siempre elogiaba Falun Dafa. En una clase de lavado de cerebro impartida por el Comité de Asuntos Políticos y Jurídicos, dijo: "Falun Dafa es muy bueno. Los ejercicios son buenos".
Una vez recorrió unos 65 kilómetros en motocicleta para entregar edredones a los practicantes detenidos ilegalmente. Para evitar que les hicieran daño, les visitaba a menudo y decía que era su pariente.
En otoño de 2005, mi marido tuvo un grave accidente de coche. Su bicicleta eléctrica quedó aplastada y sangró profusamente mientras una ambulancia lo llevaba al hospital. También vomitó mucha sangre. Le dijeron que tenía el cráneo fracturado y fracturas orbitarias alrededor del ojo derecho. El médico dijo que lo trasladarían a un hospital provincial si presentaba una hemorragia intracraneal.
Le puse auriculares en los oídos y un reproductor de MP3 para que escuchara las conferencias del Shifu. Al día siguiente, otro TAC mostró que no había hemorragia intracraneal y que sólo se había acumulado una pequeña cantidad de líquido, por lo que no fue necesario trasladarlo. Aunque las tres fracturas en los huesos que rodeaban su ojo no dañaban el nervio óptico, le causaban visión doble. La operación iba a costar unos 170.000 yuanes (23.922 dólares). Decidimos que no pasaría por eso, y salió del hospital unos días después.
Gracias a la bendición de Shifu, mi marido se recuperó completamente de sus heridas en dos semanas. Además, desaparecieron todas sus dolencias crónicas, como la hernia discal, los latidos cardíacos prematuros y los edemas en las piernas.
Ahora tiene 73 años, está sano, lleno de energía y es capaz de hacer cualquier cosa. Falun Dafa le salvó. Dafa es verdaderamente maravilloso y extraordinario. Muchas gracias Shifu por salvar a mi marido.