(Minghui.org) Han pasado casi 30 años desde que empecé a practicar Falun Dafa, una antigua disciplina para el cuerpo y la mente. Aunque el Partido Comunista Chino comenzó a perseguir a Dafa en 1999, nunca vacilé en mi fe. Me beneficié tanto que las palabras no pueden expresar mi gratitud a Shifu, fundador de Dafa. Me gustaría compartir un incidente de hace unos 20 años para atestiguar el maravilloso poder de Dafa.
Tras el comienzo de la persecución, muchas casas de practicantes fueron saqueadas y sus libros de Dafa confiscados. Yo tenía algunos de sobra y a veces se los daba a los practicantes que no tenían ninguno.
La tarde del 28 de octubre de 2005, mientras me acercaba a la estantería superior para alcanzar un libro, no mantuve el equilibrio y me caí al suelo. Me rompí la muñeca derecha y también tuve fracturas en la columna. Estaba sola en casa. Me arrastré hasta la cama y ya no pude levantarme. No podía conciliar el sueño por la noche debido al dolor. Miré en mi interior y me di cuenta de que había desarrollado una obsesión por tener más libros de Dafa.
Mi marido volvió al día siguiente. También vinieron a visitarme varios parientes. Se quedaron para cuidarme. Como no podía moverme, tenían que llevarme al baño cada vez que necesitaba hacer mis necesidades.
Al mismo tiempo, los practicantes locales de Falun Dafa también vinieron a visitarme cuando se enteraron de mi situación. Me leyeron las enseñanzas de Dafa y me animaron a tener fe en Dafa. También me ayudaron con algunas tareas domésticas. Después de permanecer tres días en cama, decidí ponerme de pie. Con la ayuda de Shifu, me puse de pie contra el armario e hice el segundo ejercicio. Oí un crujido en todo el cuerpo y una corriente cálida que me recorría. Sabía que Shifu estaba corrigiendo mis huesos. Estaba llena de gratitud.
En dos meses me recuperé completamente sin intervención médica. Para comprobar que realmente me había recuperado, mis hijos me llevaron al hospital para hacerme una radiografía. El médico se sorprendió al comprobar que dos fracturas de mi columna se habían curado por completo. Mi familia estaba asombrada por mi recuperación y algunos de ellos empezaron a practicar Dafa.