(Minghui.org) A medida que se acelera el proceso de la rectificación del Fa de Shifu, los practicantes genuinos de Falun Dafa pueden sentir la urgencia de salvar a los seres conscientes. Si queremos salvar a la gente, debemos salir a encontrarnos con las personas predestinadas que Shifu ha dispuesto para nosotros.
Me gustaría compartir algunos casos recientes en los que hablé a la gente sobre Falun Dafa y la persecución por parte del Partido Comunista Chino (PCCh).
Una tarde salí a aclarar la verdad a la gente. La primera persona que conocí no aceptó lo que le dije. Seguí enviando pensamientos rectos mientras caminaba. Una mujer de mediana edad en bicicleta se detuvo a mi lado y sacó el teléfono móvil de su bolso. Parecía que se había detenido para contestar al teléfono, pero volvió a guardarlo en el bolso. Me di cuenta que no era casualidad que se hubiera detenido a mi lado. Le mostré el calendario Minghui 2024 y le pregunté si lo quería. Me dijo que era estupendo, pero que no sabía mucho de Falun Dafa.
Le hablé de Falun Dafa, del incidente de la autoinmolación de Tiananmen, escenificado por el PCCh, y de renunciar al PCCh y sus organizaciones afiliadas. Me escuchó con curiosidad. Aceptó renunciar al PCCh y a sus organizaciones afiliadas y aceptó los folletos y un folleto de Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista. Dijo que los leería detenidamente en casa.
A menudo voy a las urbanizaciones para explicar la verdad a la gente.
Una tarde de invierno vi a un hombre de mediana edad limpiando la nieve del parabrisas de su auto. Fui a conversar con él. Era muy amable. Empecé a hablar de Falun Dafa inmediatamente, pero tan pronto hablé, empecé a toser. Tosía cada pocas frases. Me preocupaba que se asustara porque era durante la pandemia de COVID. Para mi sorpresa, me consoló y me pidió que hablara despacio y con calma. Finalmente controlé la tos y seguí aclarándole la verdad. Me dijo que era la primera vez que se enteraba de estas cosas. Aceptó renunciar al PCCh y a sus organizaciones afiliadas y aceptó el calendario y los folletos que le entregué. Me dio las gracias sinceramente. Le dije: "Eres una buena persona. Nuestro Shifu nos pide que contemos los secretos celestiales a las personas buenas para que puedan salvarse". Soltó una carcajada.
Una mujer canosa estaba sentada en un banco del parque. Era una profesora jubilada. Había estado mucho tiempo en casa debido a la rigidez de sus piernas y pies. Aquella tarde se sentía inquieta y salió a dar un paseo. Apenas se sentó en el banco, me vio. Conversé con ella y le hablé de Falun Dafa y de la persecución. Me escuchó atentamente y estuvo de acuerdo conmigo. Dijo: "El ser humano ha decaído demasiado. Todas las calamidades naturales y los desastres provocados por el hombre no son accidentales. Siento que algo sucederá de alguna forma". Dijo que se sintió renovada después de escucharme. Aceptó renunciar al PCCh y a sus organizaciones afiliadas y aceptó el material que le entregué. Dijo que los leería con atención.
En otra ocasión encontré a una mujer muy bien vestida y de buen porte en un parque de una zona residencial. Conversé con ella y me enteré que había trabajado en un banco y acababa de jubilarse. Conversamos sobre nuestras experiencias y trabajo. Finalmente, cambié el tema a Falun Dafa. Me escuchó atentamente. Me dijo: "Me gusta mucho lo que has dicho. Hacía mucho tiempo que no salía a pasear. Estoy muy contenta de haberte conocido". Aceptó renunciar al PCCh y sus organizaciones afiliadas. Charlamos durante más de una hora. Era la hora de comer y tenía que marcharse. Se despidió de mí con reticencia.
Hace dos años no era diligente en la cultivación y era negligente en la aclaración de la verdad. Me enteré por un practicante de la ciudad que los practicantes de allí formaban equipos y aclaraban la verdad a la gente juntos. Los practicantes se dirigían a un lugar específico de la ciudad y formaron temporalmente equipos para aclarar la verdad a la gente. Sus acciones me inspiraron mucho.
Un día salí a la calle, aunque estaba nevando mucho. Había poca gente en la calle. Cuando pasaba por una zona residencial, me encontré a un hombre que había bajado a recoger cosas de un depósito. Le saludé y empecé a hablar con él. Se dirigió a su casa dentro del edificio mientras me escuchaba. Le seguí hasta el interior del edificio y subí las escaleras. Por fin entendió lo que le estaba diciendo en las escaleras y accedió a renunciar al PCCh, porque era miembro del PCCh y se había jubilado de un departamento gubernamental. Me agradecía una y otra vez. Tenía los ojos llenos de lágrimas cuando salí del edificio. Shifu me animaba; los seres conscientes esperan ser salvados.
Ha comenzado el Año Nuevo. Siento que Shifu me está fortaleciendo, y poco a poco voy soltando apegos. Seguiré a Shifu para regresar a mi hogar original y ser digno de la salvación compasiva de Shifu.