(Minghui.org) Soy una practicante de 71 años que reside en una zona rural.
El clima era seco y no llovió hasta la cosecha de trigo, después de la primavera de 2023. Mucha gente necesitaría regar sus campos de trigo dos o tres veces. Debido a mi edad, yo era reacia a regar tanto los campos y sólo lo hice una vez. Como resultado, mi trigo maduró antes que el de los demás, así que lo coseché pronto y planté maíz.
Un día, mi marido volvió del campo y me dijo: "Sembramos el maíz demasiado pronto y sufrimos pérdidas. Cuando otros cosechaban el trigo y daban la vuelta con sus vehículos, pasaban por encima de los bordes de nuestro campo. Vamos a replantar parte del maíz". Cuando fuimos al campo, vi que, después de una lluvia reciente, la tierra del borde de nuestro campo estaba compactada y apretada por haber sido pisada. Sentí resentimiento y maldije en mi mente a las personas que lo habían hecho. Esa maldición permitió que las viejas fuerzas se aprovecharan de mi brecha: Mi marido cavaba hoyos y yo sembraba semillas cuando, de repente, me golpeó accidentalmente la cabeza con una pesada azada y perdí el conocimiento al instante.
Al cabo de un rato abrí los ojos y me encontré en los brazos de mi marido. Al verme despierta, me dijo entre lágrimas: "Me has dado un susto de muerte. ¿Por qué me has seguido tan de cerca? No replantemos más, iremos a casa y te llevaré al hospital".
A pesar de tener un gran corte en la cabeza y de estar llorando por el dolor, le dije: "No pasa nada". Me dijo: "Tienes la cabeza muy dura. Ya sabes lo fuerte que te golpeé". Le contesté: "No es que mi cabeza sea dura; es que nuestro compasivo Shifu me salvó. Si no fuera por Shifu, habría muerto".
La cultivación es algo muy serio. Cada pensamiento de un cultivador es de suma importancia, y una sola frase, si no está de acuerdo con los requisitos de un cultivador, podría provocar un desastre. ¡Agradezco la compasión de Shifu por salvarme la vida! Los practicantes deben tomar en serio su cultivación.