(Minghui.org) Me había relajado en mi cultivación en un ambiente cómodo hace un par de años. Me dejaba llevar por los apegos, las nociones y las emociones humanas en mi vida cotidiana y al hacer las tres cosas. Mi estado era como el que Shifu nos había dicho que podía ocurrir. Yo era diligente en la superficie, pues estaba involucrado en proyectos de validación de Dafa y de salvación de seres conscientes, y seguía estudiando el Fa y haciendo los ejercicios diariamente. Sin embargo, Shifu conocía mi verdadero estado. No prestaba mucha atención a elevar mi xinxing. Tenía un fuerte apego a hacer cosas. Sin darme cuenta, había perdido muchas oportunidades para mejorar mi xinxing. Como mi xinxing no se había elevado, tuve yeli (karma) de enfermedad y me sentía somnoliento. Una vez me quedé aturdido y me pregunté: "¿Por qué sigo en este estado incluso después de cultivarme durante casi 30 años?".
Una noche tuve un sueño muy vívido. Muchos practicantes y yo caminábamos rápidamente por una carretera de montaña. Al llegar a una zona boscosa, sonó la alarma para enviar pensamientos rectos. El practicante coordinador nos indicó que nos sentáramos en el suelo y enviáramos pensamientos rectos. Vi un montón de hierba seca bajo un árbol cercano. Me adelanté y me senté en la hierba para enviar pensamientos rectos.
Después, todos siguieron caminando, pero yo no podía levantarme porque sentía que me hundía al intentar moverme. Estaba muy asustado y grité pidiendo ayuda. Después de levantarme, observé que había ramas bajo la hierba y que más de la mitad del montón de hierba estaba suspendido en el aire. Empecé a tener miedo. Ante la insistencia del practicante que vino a ayudarme, nos apresuramos a avanzar y alcanzamos a los demás practicantes.
Después de caminar por el escarpado sendero de la montaña, llegamos a una zanja profunda, de unos dos o tres metros de ancho. Había un raíl de menos de cinco centímetros de ancho para atravesarla. La persona que caminaba delante de mí era un joven practicante. Cruzó el raíl corriendo y saltando. Me quedé estupefacto y tímido. Me tranquilicé y pensé que era el camino que Shifu había dispuesto para ponernos a prueba y que yo podría pasarlo si los demás lo hacían.
Di un paso adelante con miedo. Debido a mi mentalidad inestable, de repente tropecé. Justo cuando estaba a punto de caer, vi de repente una rama sobre mi cabeza. Rápidamente agarré la rama y la sostuve con firmeza. Di un paso adelante y pasé la zanja nervioso. Di un largo suspiro y desperté de mi sueño.
Me incorporé y no pude calmarme durante un buen rato. Me di cuenta que en el último tramo de la rectificación de Fa, Shifu estaba preocupado por mí y me había dado dos pistas en el sueño. La primera pista era que yo tenía apego a la comodidad y que era tan peligroso que podía caer en el abismo. La segunda pista era que debía cultivarme con solidez y sentar unas bases sólidas. De lo contrario, el camino sería peligroso.
Comprendí que, aunque hacía muchas cosas, no me cultivaba bien. Leía dos lecciones de Zhuan Falun a diario, pero no me lo tomaba en serio. A veces mi mente no estaba tranquila. Practicaba los cinco ejercicios durante dos horas y media al día, pero no lograba tranquilizarme. A veces tenía sueño.
Shifu me dio a entender que el camino de cultivación es muy estrecho y que no podía desviarme ni relajarme. Tenía que avanzar con diligencia, eliminar la mentalidad del miedo y rectificarme. La rectificación del Fa es un proceso preestablecido. Solo caminando rectamente por el propio camino de cultivación puede uno alcanzar el nivel. Hice heshi con lágrimas en los ojos, en agradecimiento a Shifu por las pistas y su compasiva salvación.
Aunque el sueño ocurrió hace más de dos años, todavía está vivo en mi memoria. Recuerdo estos consejos de Shifu y me exhorto a estudiar y recitar el Fa calmadamente, a memorizar las enseñanzas de Shifu, a cambiar mis nociones mientras valido el Fa y salvo a los seres conscientes, y a eliminar varios apegos humanos.