(Minghui.org) Poco después de comenzar a practicar Falun Dafa en 1998, el PCCh (Partido Comunista Chino) inició la persecución. Mi corazón vacilaba al ver los reportajes emitidos por televisión que calumniaban a Shifu y a Dafa. Sin embargo, cuando abrí Zhuan Falun las palabras parecían brillar, ¡y me di cuenta de que Zhuan Falun es un verdadero libro de cultivación!
Los otros practicantes dijeron que, ya que se estaba mintiendo sobre Falun Dafa, debíamos contarle al gobierno la verdadera situación. Tuve el pensamiento: "Ayuda a Shifu en la rectificación del Fa". Fui a Beijing a presentar mi petición dos veces. La primera vez me amenazaron con una multa. La segunda vez me enviaron a un campo de trabajos forzados durante dos años. Aunque mi cultivación fluctuó, ¡Shifu siempre me cuidó!
Antes de empezar a practicar Falun Dafa, me diagnosticaron muchas enfermedades, como rinitis, migrañas e infección renal. Cuando mi infección renal empeoró, apareció sangre en mi orina, y sentí como si mi cuerpo fuera cortado por un cuchillo. Cuando empecé a practicar, una noche, alrededor de las once de la noche, volví a tener sangre en la orina. Pensé: "Necesito leer Zhuan Falun".
Leí desde las once de la noche hasta cerca de las cinco de la mañana del día siguiente, y me recuperé. Después de ese incidente, leía el Fa (enseñanzas) siempre que tenía síntomas de enfermedad, y me ponía bien.
Eliminando mi apego a la queja
Tras la publicación de Cómo el espectro del comunismo rige nuestro mundo, Anping y yo analizamos lo que debíamos hacer. Yo imprimiría el libro y lo distribuiría en la ciudad, mientras que Anping lo distribuiría en las zonas rurales. Yo distribuí más de 1.000 ejemplares, pero ella solo unos pocos. En silencio, empecé a quejarme de ella. Pensé: "Yo hice los materiales y los distribuí. ¿Qué estás haciendo?". A causa de mis pensamientos erróneos fui detenida y encarcelada durante una semana.
Reflexioné sobre lo sucedido y recordé lo que dijo Shifu: "Una persona malvada es dominada por el corazón de la envidia. A raíz de su egoísmo y despecho personal, se queja que no le tratan justamente" (Grado de conciencia, Escrituras esenciales para mayor avance).
Me recordé que estoy cultivando la compasión y dije: "Shifu, estoy equivocada. No quiero tener envidia". Me dije que en el futuro, si alguien o algo me irritaba, recordaría tener compasión y no quejarme.
Mi hermana (practicante) me decía a menudo: "Haz lo que puedas". Después de leer Disolviendo la cultura del Partido Comunista, me di cuenta de que era impaciente y me sentía mejor que los demás. Debía eliminar estos apegos. También me di cuenta de que tenía la costumbre de hablar en voz alta. Como crecí en una sociedad comunista, era difícil detectar algunas cosas que el PCCh adoctrinó en mí. Estudiando más el Fa pude asimilar a las enseñanzas, y el adoctrinamiento del PCCh fue eliminado.
Un problema de dinero es una oportunidad de cultivación
Feng vivía a una hora de mi casa. Me envió un mensaje pidiéndome ayuda. Su padre solía practicar, pero dejó de hacerlo. Había muchos materiales de aclaración de la verdad en su casa, y me pidió que la ayudara a trasladarlos. Acepté.
Me puse en contacto con otra practicante para que me ayudara, pero se había lesionado un pie y no podía conducir. Le pedí a mi sobrino, que no es practicante, que me llevara. Todo el proceso fue como la seda.
Feng dijo que una bolsa que contenía más de 10.000 yuanes en efectivo se mezcló accidentalmente con los materiales y se la llevaron a mi casa. Encontré la bolsa y conté el dinero, pero solo había 1.000 yuanes. Feng afirmó que mi sobrino se había llevado el dinero. Le dije: "Yo pagaré la pérdida". Pensé que debía haber una razón para que esto ocurriera: ¿se debía a que no había eliminado mi apego a las ganancias e intereses personales? Me quedé perpleja.
Otro practicante me dijo que no debía pagar el dinero: "Pregúntale a tu sobrino si vio el dinero. Si lo tomó, será malo para él. Recuérdale las graves consecuencias cuando uno roba". Pensé que no podíamos estar seguros de que hubiera cogido el dinero, así que no debía acusarlo.
Feng sugirió que pagáramos la mitad cada una. Acepté. Más tarde me dijo que había registrado la casa de su padre y encontrado el dinero que faltaba: "¡Lo siento mucho! Cometí un error". Gracias a este incidente pude desprenderme de mi apego al beneficio personal y el asunto se resolvió pacíficamente.
Cuando contamos a los demás este incidente, un practicante comentó: "¡Si sintiéramos que cada día es el último día de la cultivación, indudablemente, nos cultivaríamos con diligencia!”. Quiero cultivarme, hacer bien las tres cosas, cumplir mi voto y seguir a Shifu hasta casa.