(Minghui.org) Conocí Falun Dafa (también llamado Falun Gong) en la primavera de 2015, cuando tenía 48 años. Estaba visitando la casa de un pariente cuando vi imágenes de Shifu en la televisión. Las imágenes me llamaron la atención y, tras observar atentamente durante unos segundos, señalé la pantalla del televisor y empecé a gritar emocionado: "¡Esta persona es un Fo, más aún, uno con un alto nivel de consumación! ¿De qué práctica se trata?". Mi pariente respondió: "Se llama Faun Gong". "¿Ah? ¿Falun Gong? ¿Puedo practicarlo?". Mi pariente sonrió y me dijo: "Por supuesto".
Por aquel entonces, mi salud era bastante precaria. Cualquier síntoma me dejaba en un estado peor que la muerte. Aunque tomaba muchas medicinas chinas y occidentales, mis problemas de salud seguían sin resolverse.
Como mi prioridad era ganar más dinero, al principio sólo estudiaba el Fa y practicaba los ejercicios de forma intermitente. Sin embargo, un día me di cuenta de repente de que me había recuperado de mis enfermedades. Para una persona que había padecido enfermedades durante mucho tiempo, el bienestar de un cuerpo completamente sano parecía irreal, algo que nunca me había atrevido a esperar.
Cuando me di cuenta de que había dado con la práctica de cultivación más asombrosa, mis lágrimas de gratitud y felicidad se mezclaron con un rastro de arrepentimiento. Dafa me devolvió la salud, me enseñó los principios para ser una buena persona, purificó mi cuerpo y mi mente, me dio las respuestas a las preguntas de la vida y también la oportunidad de vivir una vida normal. Sin embargo, lo practicaba a medias. A partir de entonces, decidí cultivarme sinceramente por respeto y gratitud a todo lo que Shifu había hecho por mí.
Dejé a un lado mi deseo de ganar dinero, y además de hacer las tareas domésticas y cuidar de mi familia, pasé el resto de mi tiempo estudiando el Fa y haciendo las cinco series de ejercicios. Hice un esfuerzo consciente para seguir los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia en mi vida diaria, y corregir mis nociones y comportamiento humanos. Tropecé muchas veces, y algunas pruebas fueron verdaderamente difíciles. Pero, con la guía de Shifu, conseguí seguir avanzando en mi camino de cultivación.
Reanudación de la cultivación rutinaria tras salir de la cárcel
Fui arrestada por la policía e injustamente condenada a cuatro años de prisión en otoño de 2017. A lo largo de los años, Shifu permaneció a mi lado, asegurándose de que estuviera a salvo y sobrellevando el dolor físico de la tortura. Al día de hoy, me siento avergonzada. Como practicante, no me cultivé bien y dejé que Shifu soportara el sufrimiento que por merecimiento debería haber sido mío. Sin los cuidados de Shifu, no habría sobrevivido esos cuatro años.
Después de ser liberada de la prisión a finales de 2021, volví a mi casa. A pesar de mi situación, no sentí tristeza. Shifu había hecho el mejor arreglo y me había dado este nuevo entorno de cultivación. Estaba decidida a seguir este camino.
Como la lluvia después de una larga sequía, me sumergí en la cultivación de Falun Dafa tan pronto como regresé a casa. Me levantaba a las 3 de la mañana para hacer los ejercicios, estudiaba tres conferencias de Zhuan Falun, el libro principal de Falun Dafa cada mañana, copiaba y recitaba las enseñanzas del Fa cada tarde, y estudiaba otras conferencias del Fa cada noche. Pasaba media hora enviando pensamientos rectos en los cuatro momentos designados. También prolongué la duración de la segunda serie de ejercicios hasta dos horas en lugar de la media hora habitual. A pesar de dormir sólo tres horas al día, mi resistencia seguía siendo buena. Tras mantener este programa durante medio año, mi cuerpo, mi mente y mi estado general mejoraron notablemente.
El sufrimiento en la cultivación tiene su origen en dos aspectos: 1) el dolor físico, que resulta de hacer los ejercicios, y 2) la tensión mental al intentar superar las pruebas de carácter. Mientras que el dolor físico puede superarse mediante la resistencia, las dificultades mentales no siempre son fáciles de superar.
Después de algún tiempo, Shifu empezó a organizar algunas pruebas para mí. Sin embargo, mis reacciones iniciales fueron seguir mis pensamientos humanos, a pesar de que me daba cuenta inmediatamente de que se trataba de una prueba, y que debía mirar el problema desde el ángulo del Fa y mejorarme a mí misma. Mis apegos humanos eran demasiado fuertes y difíciles de soltar. Según Shifu: "Por consiguiente, debes refinar gong según estándares altos, exigirte con estándares aún más altos" (Cuarta Lección, Zhuan Falun).
Me sentía culpable cada vez que leía esta frase. Finalmente, le dije a Shifu: "Shifu, me siento muy avergonzada. ¿Por qué no puedo mejorar? Cada vez, considero la situación usando primero mis nociones humanas, y luego recuerdo que soy una cultivadora. Quiero cumplir los requisitos de un cultivador. ¡Sería grandioso si mis primeros pensamientos al encontrar un problema fueran pensamientos rectos!".
Shifu debió de escuchar mi deseo y organizó muchas pruebas para que las superara. Poco a poco, me despojé de mis viejos hábitos y empecé a examinarme primero a mí misma en lugar de a los demás cuando me enfrentaba a problemas. "Esto debe de ser una prueba para quitarme un apego. Pero ¿de qué apego se trata? Debo buscarlo". Después de encontrarlo, me preguntaba: "¿De dónde viene este apego? ¿Por qué ha aparecido en este momento? ¿Qué beneficios esperaba obtener? Tras responder a estas preguntas, profundizaba. "¿Cumple los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia? ¿Contiene elementos de adoctrinamiento del Partido Comunista Chino (PCCh), o indica una falta de fe en el Shifu y el Fa?". Examinar un problema hasta sus raíces me ha ayudado a negar completamente mis nociones humanas y a eliminarlo con pensamientos rectos. Más tarde, incluso cuando observaba problemas en otros practicantes, seguía mirando primero en mi interior.
Después de cultivarme durante un tiempo de esta manera, descubrí que había dado un gran salto en mi comprensión sobre cómo cultivarme. Mi aspecto exterior también se había rejuvenecido. Estoy muy agradecida a Shifu y a Dafa y me esforzaré para aliviar las preocupaciones de Shifu.
Esfuerzos para aclarar la verdad
El cierre por pandemia de 2021 me hizo darme cuenta del poco tiempo que nos quedaba en este periodo de rectificación del Fa, y de que debía empezar a aventurarme al aire libre para aclarar la verdad y salvar a los seres conscientes. Aunque había estado aclarando la verdad en línea durante un tiempo, el deseo de aclarar la verdad cara a cara persistía.
Dado el arreglo de Shifu, encontré a una compañera practicante que accedió a que la acompañara cuando saliera a aclarar la verdad. Como era mi primer encuentro para aclarar la verdad cara a cara, me mantuve callada y envié pensamientos rectos, prestando mucha atención a esta compañera practicante mientras aclaraba los hechos a la gente. Con sus fuertes pensamientos rectos, todos a los que se acercó esta compañera practicante aceptaron lo que decía. Además de aceptar renunciar al PCCh, estos seres conscientes también aceptaron recordar que "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". En dos o tres horas, había reunido una lista de 18 personas que estaban dispuestas a renunciar al PCCh.
Después de acompañar a esta practicante a su domicilio, empecé a caminar de vuelta a mi casa. Por el camino pensé: "Hoy hemos aclarado la verdad a 18 personas. ¿Y si redondeamos este número a 20? Incluso una persona más estaría bien". Justo cuando este pensamiento pasaba por mi mente, ocurrió algo mágico. Una anciana de aspecto elegante que caminaba en dirección contraria me miró, sonrió y murmuró algo. Un pensamiento pasó instantáneamente por mi mente: "¿Hizo Shifu arreglos para que ella viniera a escuchar la verdad?".
Inmediatamente me di la vuelta, la alcancé y le pregunté: "Tía: ¿querías preguntarme algo?". La anciana sonrió alegremente y contestó: "¿No eres mi vecina? Vives en el cuarto piso de arriba". Este vínculo común me permitió continuar la conversación. Cuando supe que era la principal cuidadora de su marido paralítico y que lo atendía en casa todos los días, la elogié de todo corazón. "Hoy en día no hay mucha gente buena como tú. Eres muy amable".
Aprovechando el cordial ambiente le aclaré la verdad. La anciana escuchó en silencio y luego me dijo: "Nosotros, la gente común, no queremos meternos en política, sólo queremos vivir una vida pacífica". En ese instante se apoderó de mí una oleada anormal de valor, e inmediatamente respondí: "Tía: tienes mucha razón. Nosotros, la gente común, no queremos meternos en política. Los funcionarios de todos los niveles son corruptos, y por eso vivimos con miedo y sufrimiento cada día. Lo único que deseamos es pasar nuestras vidas con salud y seguridad. ¿No crees que esa es la mayor forma de felicidad? Nuestro compasivo Shifu vio a mucha gente inocente en peligro de pagar por los pecados causados por el PCCh, así que el Shifu reveló que el secreto para salvarse de esta catástrofe final es renunciar al PCCh. Retírate de este torbellino político y anula el juramento que hiciste de luchar y dedicar tu vida a la causa del Partido Comunista cuando te uniste al Partido. Nuestras vidas son nuestras, ¿cómo podemos dejar nuestro destino en manos de otros, ¿verdad?".
Cuando asintió, continué: "Nuestros cinco mil años de cultura china son una cultura transmitida por lo divino. Respetar al Cielo y tener fe en los seres divinos ha formado parte de nuestra tradición durante miles de años, y estamos bajo su cuidado. Recitar sinceramente las dos frases "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno" nos concederá la bendición de lo divino. Debes acordarte de recitarlas". La anciana meditó en silencio mis palabras durante unos segundos antes de asentir solemnemente. "Soy miembro del Partido. Por favor, ayúdame a presentar mi renuncia. Gracias". Le contesté rápidamente: "¡Enhorabuena! No me lo agradezcas a mí, sino al Shifu de Falun Dafa. Nuestro Shifu es el que está salvando a la gente". La anciana asintió y se despidió con la mano.
Después de despedirme de la anciana, decidí buscar una tienda de bocadillos para comprar algo para llevar a casa. La carretera principal estaba desolada y sólo se veía a lo lejos a un trabajador de los servicios sanitarios, sentado en su vehículo y mirando el móvil. Mientras pensaba: "¿No me estará esperando?". me acerqué rápidamente e inicié una conversación preguntándole si podía recomendarme alguna tienda de bocadillos cercana. Aunque su desconocimiento de la zona le impidió responder a mi pregunta, conseguimos entablar conversación. Su analfabetismo no me impidió transmitirle las palabras: "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno", y así salvé otra vida.
Después seguí mi camino a casa, pero no encontré otra oportunidad adecuada para aclarar la verdad. Por fin me di cuenta de lo que habían querido decir los compañeros practicantes en sus artículos de intercambio de experiencias: "Nosotros sólo movemos las piernas y la boca. Shifu es quien lo hace todo". Shifu vio mi deseo de salvar a los seres conscientes, ¡y me ayudó a hacer realidad mi deseo! De hecho, ¡todo lo está haciendo el misericordioso Shifu!
En el proceso de aclarar la verdad cara a cara, también hago constantes avances en mejorar mi carácter. A veces no tengo ganas de salir. Otras veces, me falta valor para charlar con desconocidos en la calle. A veces, incluso después de acercarme y entablar conversación, no consigo reunir el valor suficiente para aclarar la verdad, lo que me hace lamentar cada oportunidad perdida. A veces, tras conseguir entablar conversación con alguien, me precipito y le pido que renuncie al PCCh o le pido que memorice las dos frases antes mencionadas sin explicarle claramente los hechos. Cuando el primer intento fracasa, a la gente le resulta más difícil aceptar la verdad en el segundo intento. A veces, la respuesta de la otra parte muestra su evidente creencia en los ideales del PCCh, lo que desencadena mi lado argumentativo o poco amable. Incluso los menosprecio por tener esos pensamientos. A veces, al encontrarme con personas de aspecto severo, lanzaba una mirada a mis compañeros, con la esperanza de que se acercaran a ellos en mi lugar. Si conseguía convencer a muchos de que renunciaran ese día, me sentía feliz. Si sólo conseguía convencer a unos pocos, me sentía deprimida.
Las nociones humanas que afloraron mientras trabajaba para esclarecer la verdad me dejaron conmocionada. El deseo de una vida fácil, el miedo, la impaciencia, la mentalidad calculadora, la competitividad, el resentimiento, el menosprecio hacia los demás, la dependencia de los compañeros, la alegría, la ostentación, la lujuria, el no cultivar el habla, la falta de fe en Shifu y el Fa, todos estos apegos fueron quedando al descubierto. Pero la compasión que debe guiar los pensamientos y acciones de un cultivador seguía ausente. ¿Cómo podría ser considerada una cultivadora verdadera si continuaba haciendo cosas con un corazón humano? Además, estos apegos son sólo la punta del iceberg. Hay otros, que Shifu me recuerda cada vez que copio a mano el Fa.
Cultivarme copiando el Fa a mano
Una tarde, mientras copiaba a mano el Fa, mi lapicera recién recargada dejó de soltar tinta. No podía solucionar el problema por más que manipulaba la pluma, así que me detuve y empecé a pensar detenidamente en lo que no había hecho bien. Un examen detenido me permitió descubrir muchos apegos humanos, dejándome en estado de shock. Inmediatamente me arrodillé ante el retrato de Shifu y confesé mi error. Algunos de esos pensamientos no rectos no eran míos, sino algo que las viejas fuerzas querían imponerme. Tras rechazar sus arreglos, recogí la pluma y la tinta volvió a correr con fluidez. Había hecho bien en mirar dentro de mí. Más tarde, cada vez que me fallaba la lapicera, dejaba el bolígrafo y miraba hacia adentro. Después de encontrar el problema y confesárselo a Shifu, mejoré mi xinxing y progresé rápidamente.
Shifu ha soportado y sacrificado mucho por nosotros. Es mi buena fortuna encontrar al Shifu y practicar Dafa en esta vida. ¿Cómo puedo seguir haciendo que Shifu se preocupe y se esfuerce tanto por mí? No puedo seguir confiando en Shifu para que me empuje hacia adelante. Estoy decidida a tomar la iniciativa en mi camino de cultivación, así que he desarrollado el hábito de mirar activamente hacia dentro cada día. Cultivo mis pensamientos cada vez que no paso una prueba, y uso el Fa para corregirme, ya sea en la vida diaria, aclarando la verdad, o mientras interactúo con compañeros practicantes. Pase lo que pase, nuestras vidas han sido organizadas de la mejor manera posible por Shifu, ¡y seguiré adelante con valentía por este camino!