(Minghui.org) Se acerca otra Nochevieja china. Aunque se supone que es una época feliz de reuniones familiares y celebraciones, siempre me pesa pensar en un acontecimiento que tuvo lugar en una Nochevieja china hace 23 años.
Era el 23 de enero de 2001. Aquella tarde se conoció una noticia estremecedora. Cinco personas se prendieron fuego en la plaza de Tiananmen. Solo dos horas después, la Agencia de Noticias Xinhua emitió noticias en inglés sobre este incidente, afirmando que los cinco autoinmolados eran practicantes de Falun Dafa.
Esto fue muy diferente de la actitud cautelosa que los medios de comunicación controlados por el Estado siempre adoptan al informar sobre tales "acontecimientos de última hora" en lugares prominentes como la plaza de Tiananmen, que normalmente se procesan a través de varias capas de instrucciones desde arriba antes de determinar qué mensaje transmitir en los informes. De hecho, cuando el reportero de Voice of America llamó al Departamento de Policía de Beijing para verificar las identidades de los inmoladores, se sorprendió al recibir la respuesta de que la policía no estaba al tanto. Entonces, ¿de dónde sacó la Agencia de Noticias Xinhua la instrucción de informar sobre el suceso tan rápidamente, con la conclusión de que esos inmoladores eran practicantes de Falun Dafa, cuando la policía literalmente no tuvo tiempo de hacer ninguna investigación concreta?
Para mí, el hecho de que el portavoz del Partido Comunista Chino (PCCh) fuera capaz de difundir la noticia en tan poco tiempo ya me indicaba que no se trataba de un "acontecimiento de última hora", sino de un plan cuidadosamente elaborado. Además de los informes de los periódicos, la cadena estatal CCTV también emitió una serie de programas de televisión sobre el incidente de la autoinmolación, con contenidos que demonizaban a Falun Dafa. No solo lo emitieron repetidamente por televisión, sino que obligaron a varias empresas y compañías estatales a organizar a sus empleados para "verlo y estudiarlo". Pero cuanto más lo veía, más dudas me surgían sobre la validez de este suceso.
¿Quién filmó las imágenes? ¿Cómo?
El 30 de enero de 2001, una semana después del incidente, el programa Focus Point de CCTV emitió imágenes de Liu Siying, una niña de 12 años, después de que supuestamente se prendiera fuego. Su madre Liu Chunling fue también una de las inmoladoras. El programa afirmó que todas las imágenes eran originales. Pero lo cierto es que el incidente duró menos de siete minutos. Sin embargo, las imágenes de CCTV contenían tanto primeros planos como planos generales, en diferentes ángulos, que habría sido imposible tomar en siete minutos durante un "suceso de última hora".
Algunos medios de comunicación estatales afirmaron que los primeros planos procedían de cintas confiscadas a un reportero de la CNN. Esto no solo contradecía las afirmaciones de la CCTV sobre sus filmaciones originales, sino que la afirmación también fue desmentida por el director de noticias de la CNN, Eason Jordan. Es un secreto a voces que nadie puede tomar fotos o hacer grabaciones libremente en la Plaza de Tiananmen, que siempre estuvo fuertemente custodiada por una fuerza policial, y mucho menos tomar fotos durante acontecimientos de última hora.
He aquí dos ejemplos de imágenes dudosas. En una escena, un agente de policía se sitúa detrás de Wang Jindong, uno de los inmoladores, con una manta ignífuga. No intenta apagar el fuego hasta que Wang termina de gritar que se prendió fuego por practicar Falun Dafa. Wang estaba sentado en el suelo. El cámara tuvo que ponerse en cuclillas o sentarse él mismo en el suelo para tomar las imágenes a la altura de los ojos.
En otra escena, Liu Siying estaba tumbada en el suelo y llamaba a su madre. Era un primer plano desde arriba. Solo cuando termina de llamar, el personal médico se abalanza sobre ella y la sube a la camilla. Las tomas se hicieron desde múltiples ángulos y con coordinación entre la policía y el personal médico. Estas imágenes serían imposibles de captar para cualquier reportero de un medio de comunicación extranjero, dada la estricta regulación de la información en China.
El reportaje de The Washington Post
Dos semanas después, el 4 de febrero de 2001, The Washington Post publicó un artículo que revelaba que Liu Chunling, la madre de Liu Siying, no era oriunda de la ciudad de Kaifeng, provincia de Henan, como afirmaba el reportaje de la CCTV. Ninguno de sus vecinos la vio nunca practicar Falun Dafa. Más bien, trabajaba en un club nocturno y se la veía a menudo pegando a su madre y a su hija, lo que no se ajusta a las enseñanzas de Falun Dafa.
La botella de Sprite que permaneció intacta
A principios de 2002, Li Yuqiang, el reportero de CCTV que cubrió en exclusiva el incidente de la autoinmolación, visitó un centro de lavado de cerebro en la provincia de Hebei y habló con los practicantes de Falun Dafa detenidos allí. Los practicantes señalaron que la autoinmolación había sido un engaño y que, después de que Wang Jindong se prendiera fuego, la botella de Sprite de plástico que llevaba en el regazo y que supuestamente contenía gasolina seguía intacta. Confrontada con las pruebas, Li admitió que la botella de Sprite se añadió para convencer a los espectadores de que los inmolados eran practicantes de Falun Dafa. Añadió que, de haber sabido que se descubrirían las mentiras, no lo habrían filmado.
Las secuelas del incidente
El programa Focus Point de la CCTV comentó en una ocasión los episodios sobre la autoinmolación: "Estos episodios jugaron un papel importante en la batalla contra Falun Dafa. Abre una nueva vía en el trabajo de propaganda contra Falun Dafa, además de sentar las bases para futuros esfuerzos contra Falun Dafa". El estilo del programa fue altamente elogiado por el más alto líder del PCCh".
Cuando el entonces máximo dirigente del Partido, Jiang Zemin, inició la persecución contra Falun Dafa el 20 de julio de 1999, prometió erradicar Falun Dafa en tres meses. Pero tras más de un año de persecución, los practicantes de Falun Dafa se mantuvieron firmes en la defensa de su fe y perseveraron en aumentar la conciencia sobre la persecución.
Cuando la opinión pública se compadeció del sufrimiento de los practicantes, Jiang y su camarilla orquestaron el engaño de la autoinmolación. Eligieron específicamente la víspera del Año Nuevo Chino para su difusión, con el fin de incitar al máximo odio contra Falun Dafa.
Incluso ahora, muchos chinos siguen teniendo miedo y resentimiento hacia Falun Dafa debido a este engaño. Pero también hay gente que investigó los hechos y comprendió la verdad. En cierto modo, el engaño de la autoinmolación es como una piedra de toque que pone a prueba la virtud interior de cada uno, si una persona está dispuesta a dejar de lado sus prejuicios y miedos para enfrentarse a la verdad con valentía, o sigue ciegamente al régimen autoritario y se aferra al odio contra este inocente grupo de personas.