(Minghui.org) Una noche fui a un supermercado a comprar unos huevos. Cuando estaba hablando con el vendedor, se acercó una empleada. Ella sonrió y juntó sus manos frente al pecho para mostrarme respeto. Yo estaba un poco confundida. Pensé: "¿Podría ser una compañera practicante que trabaja en el supermercado?". ¡Pero yo no la conocía!
Le devolví la sonrisa y dije: "¡Hola!". Me presentó a la vendedora y le dijo lo amable que era yo, y luego me dijo que un día me había atendido y yo la ayudé. De repente me acordé de ella y le dije: "Lo siento, al principio no te reconocí porque entonces [durante la pandemia de COVID] las dos llevábamos cubrebocas".
Ella respondió: "¡No me reconociste, pero yo te reconozco a ti! ¡Eres tan buena!".
Esto es lo que sucedió: cuando estaba en el supermercado en ese entonces, pasé por el puesto de frutas y estaba a punto de pagar. Esta empleada estaba vendiendo melones en el puesto y trató de venderme su paquete de fruta cortada. Por lo general, no compro fruta ya cortada porque temo que no sea fresca. Si necesito fruta, compro fruta entera y le pido al vendedor que la corte delante de mí. Además, no planeaba comprar ninguna, así que dije: "Todavía tengo algo de fruta en casa". Me dijo lo dulce que era el melón. Y lo que es más importante, me dijo que era el último paquete, y que si lo vendía, podía irse a casa. Ya eran más de las 8 de la noche.
Al ver lo cansada que lucía, recordé que Shifu nos pidió que pusiéramos a los demás primero, así que compré el paquete de melón dulce cortado. Ella seguía diciendo: "¡Gracias!". "¿Cómo puedes ser tan amable?".
Le respondí: "Porque soy practicante de Falun Dafa, pienso más en los demás y trato de ser considerada con ellos. De lo contrario, no compraría este paquete de fruta cortada. Todavía tengo varios tipos de fruta en casa". Debido a que mi esposo me llamaba para ir a la caja a pagar, no tuve tiempo de aclararle la verdad. Tomé la fruta y rápidamente fui a la caja a pagar. Me sentí un poco apesadumbrada en ese momento.
No esperaba que este pequeño acto de bondad fuera recordado. Le pregunté: "Atiendes a muchos clientes todos los días. Yo llevaba un cubre bocas en ese momento. ¿Cómo me reconociste?
Ella continuó diciendo: "Por supuesto que te reconozco. ¡Fuiste tan amable!". Me conmovió mucho. La llevé a un lugar más tranquilo y le conté la verdad sobre Falun Dafa y la importancia de renunciar al Partido Comunista Chino (PCCh) y sus organizaciones juveniles, para asegurarse un futuro luminoso. Ella accedió de buena gana a renunciar. Luego me presentó a la empleada que vendía huevos. Dijo que era budista. Había mucha gente allí en ese momento, así que no le aclaré la verdad a la persona que vendía huevos. Decidí buscar una oportunidad para volver después.
Fui al supermercado otra noche y vi a la empleada que estaba vendiendo huevos la última vez. Esperé en la fila, luego me acerqué a ella y le pedí que pesara un cartón de huevos (30 huevos). Sacó dos cartones del almacén y me pidió que eligiera uno. Yo dije: "No es necesario. Cualquiera de los dos está bien. ¡Si elijo los buenos, dejaré los malos para los demás!". ¡Dijo que yo era una buena persona! Le respondí: "Porque practico Falun Dafa, debo ser más considerada con los demás".
Sacó dos huevos y los pesó. No sabía lo que estaba pasando, así que le pregunté. Pero ella no respondió. Después de pesar los huevos, los volvió a poner en el cartón. Me di cuenta de que me iba a cobrar solo dos huevos en lugar de 30 y le dije: "Hermana mayor, tú eres una practicante budista y yo soy una practicante de Falun Dafa. Ambas creemos que hay dioses sobre nuestras cabezas, ¿verdad? Sé que estabas haciendo esto por mi bien, pero no podemos hacer esto".
Me miró y exclamó: "¡Eres mejor que nosotros!".
Otra noche estaba en el supermercado para comprar fruta y hacer una ofrenda a Shifu. Yo miraba a mi alrededor y vi mandarinas importadas. Tomé algunas y le pedí a la vendedora que las pesara. Después de pagar, miré la etiqueta y pensé que el precio estaba mal, así que volví al puesto de frutas. Después de verificar, la vendedora había marcado el precio de las mandarinas importadas como mandarinas nacionales. Se lo dije a la vendedora, y al principio se mostró un poco descontenta. Fue a comprobar y vio que había cometido un error. Mientras caminaba de regreso, se dijo a sí misma en voz alta: "Es difícil creer que hoy en día todavía hay una persona tan amable".
Escuché esto y respondí: "Hago esto porque practico Falun Dafa". Aunque no dijo nada, me miró con admiración en sus ojos. Otros clientes la estaban esperando, así que simplemente sonreí y me fui.
Estas pequeñas cosas son lo que todo practicante haría, ya que cada practicante se está asimilando a los requisitos de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Nuestras buenas acciones también están cambiando el entorno que nos rodea. Cuando estaba en el trabajo, con frecuencia recibía llamadas de ventas y solía responder: "Lo siento, no lo necesito en este momento. ¡Adiós!". Mis compañeros me dicen que soy muy cortés y que debería, o gritarles a estas personas o colgarle. Pero yo digo: "No es fácil para los jóvenes conseguir un trabajo ahora. Ponte en su lugar. Si tus hermanos y hermanas o tus hijos estuvieran haciendo ese trabajo, ¿cómo los tratarías?". Ahora me doy cuenta de que mis compañeros y familiares que no practican Dafa son corteses cuando reciben este tipo de llamadas. Me siento realmente aliviada.