(Minghui.org) Comencé a practicar Falun Dafa hace más de 20 años, y ahora tengo 68 años. Hace unos días, una practicante me llevó en su bicicleta a casa de otro practicante que estaba enfermo para que leyera el Fa y enviara pensamientos rectos. El camino estaba lleno de baches y al llegar a casa me dolía la espalda. No me lo tomé en serio, pero el dolor se intensificó. No pude hacer los ejercicios de Falun Dafa durante varios días.
A mi familia le preocupaba que tuviera una recaída de mi hernia discal. El dolor continuó durante más de diez días. Me sentía impaciente porque estudiar el Fa tumbado en la cama era una falta de respeto a Shifu. Pedí a Shifu en mi corazón que me ayudara.
Una mañana, pensé en la enseñanza de Shifu:
«El cuerpo yace en prisión –no se aflijan, no estén tristes
Con pensamientos rectos y acciones rectas, el Fa está presente
Reflexionen calmadamente acerca de cuántos apegos tienen
En cuanto se deshagan de la mentalidad humana, el mal naturalmente desaparecerá» (No estén tristes, Hong Yin (II)).
Empecé a buscar mis apegos en mi interior. Encontré algunos, pero no sentí que había encontrado el principal.
Me di cuenta de que me daba pereza hacer los ejercicios matutinos. Cuando sonaba el despertador, normalmente lo apagaba y me volvía a dormir. Me levantaba una hora más tarde y hacía unas cuantas series de ejercicios y enviaba pensamientos rectos. Entonces ya era hora de preparar el desayuno. A veces hacía los ejercicios por la noche, pero otras no. Sentía que hacer el segundo ejercicio era agotador, así que a veces me lo saltaba.
Cultivarse requiere diligencia y soportar dificultades. El apego a la comodidad es peligroso, y las viejas fuerzas pueden aprovecharse de nuestras brechas.
Cuando me di cuenta de esto, me senté inmediatamente y medité durante una hora. Puse una almohada detrás de mí para apoyar la cintura y la espalda, y soporté el dolor. Cuando terminé de meditar y me levanté, el dolor había desaparecido. No tuve problemas para ponerme de pie ni para caminar. Mi familia fue testigo una vez más de lo asombroso que es Falun Dafa. ¡Gracias Shifu!
Cuando nos enfrentamos a tribulaciones, no podemos tratarlas como los problemas de una persona común o pensar que estamos enfermos. Shifu está a cargo de todo. Nuestro cuerpo se está transformando en un cuerpo divino y está hecho de materia de alta energía. ¿Cómo podemos seguir teniendo «enfermedades»?