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Experiencia de cultivación de una estudiante de secundaria: mejorar el carácter a través de los conflictos

Dic. 11, 2024 |   Por una joven practicante de Falun Dafa en la provincia de Hebei, China

(Minghui.org) Soy una joven practicante de Falun Dafa en la escuela secundaria. Creo que soy muy afortunada de haberme convertido en una joven practicante de Falun Dafa.

El año pasado, tuve un sueño en el que alguien me decía que las puntuaciones de la cultivación de los demás estaban entre 50 y 80, mientras que mi puntuación era de 3. Después de despertarme, entendí que Shifu me estaba recordando que debía ser diligente. Sin embargo, no me esforzaba por mejorar, debido a mi fuerte apego a la comodidad. Así fue hasta que se publicó el reciente artículo de Shifu, “Despierta con un sobresalto”, que me di cuenta de la seriedad de la cultivación y empecé a esforzarme por cultivarme de verdad. Al comparar mi estado con las enseñanzas de Shifu, me di cuenta de que no había estudiado el Fa durante mucho tiempo y mi mentalidad no cumplía con los requisitos del Fa.

Cuando tuve un conflicto con mi amiga en el pasado, juzgué la situación usando el razonamiento de la gente común y pensé que era su culpa. La menospreciaba cuando su comportamiento y lo que decía no coincidían con mis puntos de vista, y a menudo me mostraba impaciente con ella.

Después de darme cuenta de mis problemas, traté mejor a mi amiga. Pero aunque parecía que la trataba bien, no era por una auténtica amabilidad o consideración. Temía que dijera cosas malas de mí o que tuviéramos un conflicto. Mis motivos eran egoístas, así que cada vez que teníamos desacuerdos seguía sintiéndome infeliz. Si mi mentalidad hubiera alcanzado el nivel de un cultivador, habría comprendido que esos conflictos tenían por objeto ayudarme a eliminar mis apegos.

Cuando empecé a pensar en las cosas desde su perspectiva, me di cuenta que cada vez que teníamos un conflicto, ella también se sentía mal. Si hubiera aprovechado esos conflictos para mejorar, habría podido eliminar mi yeli (karma) y soltar apegos. Cada una de nuestras discusiones tenía la intención de ayudarme a mejorar. Debería estar agradecida con ella. Solía pensar que ella tenía todos los defectos que a mí me disgustaban. Más tarde me di cuenta de que el problema no era con ella, sino que yo era de mente estrecha y no podía tolerar a otras personas. La causa de nuestros continuos conflictos era mi resentimiento.

Me di cuenta de que no había dejado de apegarme a mi ego. Estaba apegada a mi reputación. Me gustaba que me dijeran que era una buena persona, y siempre pensaba que lo era. Cuando hacía algo bueno, esperaba que la gente hablara bien de mí, en lugar de hacerlo solo para ayudar.

Tampoco seguía el principio de ser sincera en la escuela. Por ejemplo, cuando mis compañeros me pedían respuestas en los exámenes, yo se las decía. Aunque sabía que estaba mal, tenía miedo de que se enfadaran conmigo si no lo hacía.

Cuando una amiga se quejaba de otras personas, a veces le daba la razón en contra de mi propia opinión. Lo hacía para protegerme por egoísmo. No quería que los demás dijeran cosas malas sobre mí. Temía que me criticaran, así que a veces intentaba ocultar mis errores. Todo esto iba en contra del principio de «Verdad».

Una vez, cuando intenté pensar en una situación desde la perspectiva de mi amiga, me di cuenta de que podía haberla herido por una acción descuidada, y me sentí muy triste. Un día, mientras estudiaba las enseñanzas, comprendí que no debía pasar demasiado tiempo lamentando las cosas que habían sucedido.

Shifu dijo: “No podemos dañar vidas intencionalmente, pero tampoco podemos insistir demasiado con estas pequeñeces” (Séptima Lección, Zhuan Falun).

Entendí que sentirse triste o arrepentida no ayuda. Son nociones humanas. Necesito mirar las cosas desde el punto de vista del Fa. No debo preocuparme demasiado mientras no la haya dañado intencionalmente y haya interactuado con ella con compasión.

En Nochevieja, después de ver el DVD de la actuación de Shen Yun, una letra de una canción me conmovió:

“La salvación no es difícil, pero la mente humana obstruye” (La mente humana obstruyeHong Yin VI).

Tomé conciencia de que había perdido muchas oportunidades para aclarar la verdad sobre Dafa a mis compañeros y profesores debido a mi miedo. Aunque me sentía avergonzada y me arrepentía de haber sido temerosa, aún tenía miedo. Sabía que no sería tan difícil como imaginaba si decidía de verdad mirar en mi interior y eliminar mis apegos. Mi mentalidad me estaba frenando, haciendo que pareciera difícil. Decidí ser diligente en el nuevo año y enfocarme en salvar a la gente.

Planeé levantarme y hacer los ejercicios el día de Año Nuevo por la mañana. Encontré un reproductor de música, pero había dejado de funcionar. No estaba segura si funcionaría, pero apenas lo enchufé, escuché un débil sonido del reproductor. Pensé: «¡Funciona!». Efectivamente, ¡funcionó! Sentí que Shifu me estaba animando. Nunca esperé que me ocurriera un milagro así, ya que no era diligente en la cultivación. Después de eso me levantaba antes de las 6 de la mañana para enviar pensamientos rectos. No he podido hacerlo todos los días, pero lo haré mejor en el futuro.

En mi cultivación a menudo evito las dificultades y busco atajos. Siempre espero que, al estudiar el Fa, pueda soltar fácilmente los apegos y eliminar los problemas de la vida común. También espero encontrar motivación al estudiar el Fa para mejorar sin esfuerzo.

Estudiar el Fa con esta mentalidad demostró un fuerte apego. Significaba que estudiaba con búsqueda, tratando de evitar las dificultades y tomando el camino fácil. La mayor parte del tiempo, solo pensaba en mí misma como cultivadora cuando afrontaba problemas. Cuando me sentía cómoda y feliz, no quería ser diligente y solo quería disfrutar la vida.

Comparto mi experiencia de cultivación reciente para animar a los compañeros practicantes. Hubo momentos en los que no tenía ganas de escribir, pero me di cuenta de que, como practicante, debía compartir mis experiencias.

Escribir esto me ha aportado mucha claridad y me ha abierto la mente. Recuperé la sensación de mejorar mi carácter y reforcé mi confianza en la cultivación.