(Minghui.org) Fui arrestado y retenido en un centro de detención durante 15 días porque practico Falun Dafa. También saquearon mi casa. Cuando regresé a casa, descubrí que faltaba un objeto importante.
En aquel momento participaba en un proyecto, y en ese elemento estaban los datos de contacto de los miembros del equipo y algunos documentos. Esto me inquietó y me preocupó que la información pudiera caer en malas manos.
Mi esposa y yo buscamos por todas partes, pero no pudimos encontrarlo. Me preocupaba que se lo hubieran llevado mientras saqueaban mi casa, pero ¿por qué no vinieron a por mí? ¿Y la seguridad del proyecto y de los compañeros practicantes?
Cuanto más pensaba en ello, más miedo sentía. El miedo se abalanzó sobre mí como un tsunami; sentí náuseas y empecé a vomitar; no podía recuperar el aliento. Escondí mis libros de Dafa y mi ordenador, pero seguía sintiéndome intranquilo. No podía calmarme cuando enviaba pensamientos rectos, y no podía concentrarme cuando leía el Fa. Pasaron tres días y viví aterrorizado.
El cuarto día, cuando hice los ejercicios por la mañana tuve el pensamiento: «camino de cultivación». Estas palabras revelaron los principios del Fa que entendí de la práctica de Falun Dafa: mi camino de cultivación fue arreglado por Shifu, y la práctica de Falun Dafa puede llevar a uno a su origen y verdadero ser. Nadie puede interferir con esto. Cualquiera que intente interferir está cometiendo un pecado.
Pensé: "El mal tiene tus cosas". Respondí: «Durante el período de rectificación del Fa, los practicantes de Falun Dafa tienen la misión de ayudar a Shifu a rectificar el Fa y salvar a los seres conscientes. Cualquier vida, no importa quién sea, que interfiera o sabotee nuestra misión, o imponga arreglos perversos, no será reconocida por Shifu y él la negará completamente. Sólo sigo el camino de cultivación dispuesto por Shifu. No quiero ningún otro arreglo. Niego completamente otros arreglos porque son crímenes contra la rectificación del Fa y contra Shifu y deben ser eliminados.
Tan pronto como tuve este pensamiento, la presión intensa, la inquietud y la carga en mi corazón desaparecieron instantáneamente. Me sentí relajado, cómodo, tranquilo y seguro como si nada hubiera pasado.
Estaba conmocionado y asombrado. Con el corazón lleno de gratitud y emoción, grité desde lo más profundo de mi corazón: «¡Shifu! Shifu». Esa voz resonó en todo mi espacio dimensional, y me brotaron lágrimas.
Me di cuenta de que el misericordioso y gran Shifu me había iluminado cuando me encontraba en apuros y sin rumbo en el momento más crítico. Me iluminó con los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Los principios son creencias inquebrantables que no pueden ser movidos por ninguna fuerza. Son la verdad inquebrantable e inmutable del cosmos. Poseen un gran poder y pueden disolver el mal y superar las tribulaciones.
Aquella tarde, por casualidad, vi el objeto que había buscado por todas partes y estaba en un lugar muy visible. Pensé que me había equivocado, pero cuando volví a mirar, ¡allí estaba! Estaba tan contento que llamé a mi esposa para darle la buena noticia. Ella exclamó incrédula: «Hemos mirado ahí tantas veces; ¿cómo es que no lo habíamos visto antes?».
Fue Shifu quien vio que mejoraba mi xinxing y fortalecía mis pensamientos rectos, así que me ayudó a recuperarlo. ¡Gracias, Shifu! ¡Gracias, Shifu!