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Fahui de Filadelfia: Mi experiencia de cultivación y mi entendimiento del yeli de enfermedad

Nov. 8, 2024 |   Por una practicante de Falun Dafa en Filadelfia, EE. UU.

(Minghui.org) De joven era débil y enfermiza. Comencé a practicar Falun Dafa porque los tratamientos médicos resultaron ineficaces. En ese momento, mi intención de practicar era deshacerme de la enfermedad y mejorar mi salud.

Poco después, mi cuerpo se recuperó y mis dolencias desaparecieron. Han pasado más de 20 años desde que comencé a practicar Dafa. Durante ese tiempo he tenido falsos signos de enfermedades. Algunos de ellos parecían ser bastante graves, incluyendo enfermedades hereditarias en la familia de mis padres.

La familia de mi padre tiene antecedentes de enfermedad pulmonar. Él murió a causa de ella. Mi hermana menor, un año menor que yo, murió a la edad de 17 años por pérdida de sangre después de ser tratada por dilatación bronquial. Nuestra familia quedó devastada por su muerte. Este fue mi primer obstáculo emocional, muy pronto después de obtener el Fa.

Al poco tiempo, desarrollé los mismos síntomas que mi difunta hermana. Empecé a toser día y noche. Mi madre estaba asustada e insistió en que tomara medicamentos. Mi corazón no se conmovió y tiré la medicina cuando ella no estaba mirando. Durante siete u ocho años, cada otoño, tuve una tos seca durante aproximadamente un mes. Sabía que esto era para purificar mi cuerpo y eliminar yeli.

Poco después de pasar esta prueba, desarrollé los síntomas de una afección ginecológica común en la familia de mi madre. Cuando era adolescente, sufría de cólicos menstruales. Recuerdo que una vez me acurruqué debajo de mi escritorio, en clase con un dolor abdominal extremo. Pensé que tenía una intoxicación alimentaria. Fue hasta que practiqué Dafa a los 20 años, que los cólicos menstruales desaparecieron.

Después de practicar durante más de 10 años, tuve síntomas de metrorragia (sangrado uterino irregular), otra afección ginecológica. ¡Estaba alarmada y asustada! Al mirar hacia adentro en ese momento, me di cuenta de que no había estudiado el Fa sólidamente y, por lo tanto, no podía negar los arreglos de las viejas fuerzas.

El dolor de la metrorragia era intenso. Como practicante veterana, pensé que, si moría, dejaría una percepción negativa de Dafa. En ese momento, todavía vivía en China y trabajaba en un sistema bancario con varios miles de empleados. Otra practicante y yo validábamos el Fa en el trabajo, de modo que me veían. Mi padre era director en el lugar donde trabajaba, y sus empleados también sabían que yo practicaba Falun Gong. Pensé que no podía morir y consideré tomar medicamentos e ir al hospital. Le pedí a mi esposo que me comprara la medicina, pero cuando lo pensé, me di cuenta de que esto no estaba en el Fa y que los síntomas eran solo una ilusión.

Me desmayé tres veces en cinco días. Al sexto día, con la ayuda de una compañera practicante, fortalecí mis pensamientos rectos. Ella dijo: "Con Shifu cerca de ti, ¿de qué tienes miedo?". Me dije: "No iré al hospital, no tomaré medicinas, le daré mi vida a Shifu".

Ese mismo día, dejé de sangrar, y esa noche tuve un sueño en el que Shifu me ofrecía frutos celestiales. Después de comer la fruta, sentía que mi cuerpo se limpiaba con su maravilloso jugo. El dolor en mi cuerpo disminuyó. Comencé a hacer los ejercicios diligentemente y pude aumentar la cantidad de tiempo que los hacía diariamente. En poco tiempo, pude completar los cinco ejercicios sin parar, y le sucedieron cosas milagrosas a mi cuerpo. Al cabo de dos semanas, empecé a expulsar bultos, pasando de un flujo abundante a cada vez menos. Una pariente cercana que es médica dijo que eran fibromas uterinos. Dijo que la probabilidad de que eso sucediera sin medicamentos ni cirugía era de una en un millón. Ella comentó que yo fui curada por Falun Gong. Muchos parientes de mi familia también han conocido de acerca los milagrosos efectos curativos de Dafa.

Me pregunté por qué sangré durante esos seis días. Cada vez, justo antes de desmayarme, gritaba: "¡Shifu, por favor sálvame!". Los síntomas eran mucho más peligrosos que el cáncer. Como practicante veterana, me di cuenta de que mi nivel de cultivación todavía era limitado. Había pensado en tomar medicamentos e ir al hospital. Si no hubiera enviado pensamientos rectos durante esos tiempos críticos, creo que podría haber muerto. Después de que finalmente dejé ir el apego a la vida y el miedo a la muerte, pude pasar esta prueba.

Shifu dijo:

“Si los dizi tienen suficientes pensamientos rectos, Shifu tiene toda la capacidad para cambiar la dirección” (20 años enseñando el Fa, 2012). 

Me di cuenta de que lo más importante para los practicantes es tener fe en Shifu y en el Fa.

Mi hija tiene 21 años. Es una joven inteligente y trabajadora. Uno o dos meses después de nacer, tuvo convulsiones, vomitaba todo lo que comía y lloraba toda la noche. Yo solo lloraba. En el hospital local, le diagnosticaron parálisis cerebral, para la cual no hay cura.

Compañeros practicantes vinieron a ayudarme con algunas tareas, y estudiamos el Fa juntos. Una de ellos descubrió que yo había puesto una foto de Shifu en un armario. Ella dijo: "Ahora entiendo por qué su hija está enferma. Durante este período de rectificación del Fa, ni siquiera te atreves a exhibir la imagen de Shifu en tu casa".

Entonces, de repente, recordé un sueño reciente. Llamaron a mi puerta, la abrí y vi a una mujer de mediana edad que más tarde supe que era mi suegra. Ella entró y hablamos. Después de un tiempo, tomó la apariencia de un demonio, pero no pudo hacerme daño. Ella dijo: "Si no puedo hacerte daño, le haré daño a tu hija".

Me di cuenta de lo que significaba este sueño. Todos en la familia de mi esposo se oponen a Dafa. Incluso cuando les aclaraba la verdad, no me escuchaban, ya que temían que afectara sus propios intereses. Cuando mi suegra me cuidó después del nacimiento de mi hija, me impidió estudiar el Fa y cultivarme. Ella era tan insistente que me dio miedo. Traté de mantener la armonía en la superficie. Pensé que no estaría conmigo por mucho tiempo y que debía obedecerla, para que pudiéramos llevarnos bien. No me di cuenta de que mis pensamientos no rectos habían traído tantas dificultades a mi hija y a mí.

Envié pensamientos rectos para corregir mis errores, y muchos compañeros practicantes se unieron a mí para brindarme apoyo. Al final, el verdadero cambio llegó después de que superé mi propio miedo y ya no me molestaron las amenazas y objeciones de la familia de mi esposo. En el momento en que puse la foto de Shifu en mi casa, pensé: "Nadie puede tocar esto". La ilusión de la enfermedad de mi hija también desapareció.

En el proceso de cultivación, hay todo tipo de nociones y apegos, algunos de los cuales no se pueden descubrir de manera oportuna. También hay apegos que para mí parecen difíciles de eliminar, pero para los demás parece fácil lidiar con ellos y viceversa. Todo esto puede generar diferentes ilusiones. Sé que, practicando diligentemente, puedo atravesarlos.

Hasta el cuarto grado, tenía fiebre frecuente y a menudo me llevaban al hospital para que me pusieran inyecciones y me dieran medicamentos. Desde el momento en que comencé a practicar Falun Dafa hasta el día de hoy, todavía tengo fiebres falsas ocasionales. No hace mucho, durante un evento de aclaración de la verdad, entregué muchos materiales informativos de Dafa. Cuando regresé exhausta a mi departamento, comencé a desarrollar síntomas de un resfriado acompañado de fiebre. No pude dormir en toda la noche, tosiendo constantemente. Sufriendo y soportando, los síntomas desaparecieron en una semana. Gracias, Shifu por tu aliento y por eliminar el yeli para mí.

Creo que era obvio que Shifu estaba expulsando mi yeli para ayudarme a mejorar en la cultivación. Si no hubiera sido practicante, podría haber muerto de esas enfermedades. Como practicantes de Dafa durante el período de rectificación del Fa, con una fuerte fe en Shifu y en el Fa, podemos hacerlo bien en la cultivación y hacer un buen trabajo salvando a los seres conscientes.

Arriba está mi experiencia y entendimiento sobre el yeli  de enfermedad.

¡Gracias, Shifu! ¡Gracias, compañeros practicantes!

(Presentado en el Fahui de Filadelfia 2024)